Brillante, esplendoroso, Mario Delgado Carrillo asume la función de merolico pueblerino al repetir lo que escucha que pregona quien lo tripula. Carente de ideas propias, desborda ingenio y para no equivocarse en las frases sin sentido que difunde, sólo espera que le den cuerda para redundar en los temas que no es capaz de solventar con su trabajo.
Va por la vida obedeciendo a la manipulación, sin importarle pisar a quienes lo hicieron y le dieron la oportunidad de figurar en la política, que no es lo suyo. Ahora es el aplaudidor del tabasqueño Adán Augusto López. Ya quedó lejos de presumir ser un consentido de Marcelo Ebrard, a quien sin pudor supo traicionar.
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Referirse a la tragedia de la Línea 12 del Metro significa buscar que se castigue a los responsables, que no queden impune las 26 muertes y el ciento de heridos. Ha pasado más de un año y los culpables andan por la calle como si fuera un hecho digno de aplaudirse.
Los mismos que agarraron como bandera los muertos de la normal de Ayotzinapa, usan un lenguaje de doble moral y critican que haya interesados en buscar justicia.
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Victimado por un elemento de la Guardia Nacional en Irapuato, Guanajuato, el estudiante de agronomía Ángel Yael Ignacio Rangel, cayó por el abuso de poder.
Luís Felipe Guerrero Agripino, rector de la Universidad de esa entidad, ha formado parte de las manifestaciones donde se condena el hecho. Hasta el momento de redactar estas líneas, Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad Federal, no ha dado la cara a los padres del joven victimado. Ah, si fuera un evento de aplausos ya hubiera orquestado una lluvia de aplausos.
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Curiosa aparición de Félix Salgado Macedonio, encabezando grupos de protesta afuera de la Cámara de Diputados en San Lázaro. El senador que solicitó, y obtuvo, licencia para promover la revocación de mandato no quiere echar al olvido sus grandes oficios de promover marchas y mítines.
Difícil sería imaginarlo legislando para encontrar soluciones al rosario de problemas que utiliza para promocionarse.
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Ya encarrerados por la disputa de la candidatura para gobernar el Estado de México, los integrantes del llamado Grupo Texcoco (Higinio Martínez, Delfina Gómez y Horacio Duarte) andan a la rebatinga como si tratara de repartirse los moches de los descuentos al personal de la Presidencia Municipal.
La terna se dicen amigos y cómplices, up es mejor decir compañeros de partido, pero en la realidad ya cercana la fecha de que uno de ellos sea postulado, las patadas son del tamaño de sus mañas, grandes pero muy grandes.
