Investigaciones especiales

Juan Ayala Rivero: adiós SUTGCDMX, para siempre adiós

Por una deficiente estrategia jurídica, el ex presidente del sindicato de los trabajadores del Gobierno de la Ciudad, perdió su última oportunidad de regresar al liderazgo

El último intento de Juan Ayala Rivero de recuperar el liderazgo de los trabajadores sindicalizados del Gobierno de la Ciudad de México, le significó una humillante derrota por la inadecuada asesoría jurídica, al haberle sido rechazado un amparo en contra del reconocimiento gubernamental a la elección de Hector Castelán Moreno como su sucesor. Dejó en la orfandad a 14 -de un total de 40- secciones sindicales que lo apoyaban en su pretensión de recuperar la dirigencia.

En la demanda de amparo del ex presidente del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), reclamó la inconstitucionalidad de la toma de nota que el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje otorgó a la elección de Castelán Moreno, la que, argumentó, es ilegal al no cumplir con los extremos previstos por los estatutos sindicales.

En la demanda de amparo, el ex dirigente sostuvo que en el congreso ordinario que el SUTGCDMX llevó a cabo el 10 de julio y en el que se eligió al presidente y a los integrantes del comité ejecutivo general, no se sometieron a votación planillas para ser electas, por lo que ni Castelán Moreno ni ninguno de los integrantes de la dirigencia fueron electos.

El juez Noveno de Distrito en Materia de Trabajo en la Ciudad de México, Carlos Anuar Jaimes Torres, sobreseyó la demanda de amparo, con lo que no entró al análisis del fondo del asunto debido a que, estableció, debió impugnar la toma de nota a través del juicio de nulidad ante el TFCyA.

“En cierta medida, la parte quejosa sostiene su inconstitucionalidad, lo que refuerza la conclusión de que la vía ordinaria ante el tribunal burocrático, es la idónea para ventilar la controversia planteada en torno a la toma de nota y el acto accesorio de su notificación, por lo que, la causal de improcedencia invocada es patente”.

El sobreseimiento del juicio de amparo indirecto promovido por Ayala Rivero 1748/2019-III contra la toma de nota que validó la elección del presidente y de los integrantes del comité ejecutivo general del SUTGCDMX, estableció el juez de distrito, no permite analizar los conceptos de violación esgrimidos por el demandante, de acuerdo con jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En virtud de ello, el sobreseimiento implicó que se desechara la petición de amparo.

La Coalición del Frente Democrático de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México y Alcaldías, planteó, a principios del año, la nulidad de una toma de nota que en agosto de 2017 otorgó el TFCyA de manera irregular a Ayala Rivero para que se mantuviera al frente del sindicato de los trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México hasta julio de 2024, al no haber sido perfeccionada la reforma a los estatutos promovida durante un congreso realizado un mes antes.

En el congreso de ese año, se hizo viral una fotografía en la que el entonces dirigente sindical lucía cabizbajo luego que un movimiento encabezado por el secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes”, Hugo Alfredo Alonso Ortiz, abortó los trabajos, en los que se pretendía introducir la figura de la reelección indefinida de los dirigentes sindicales.

Sin embargo, meses después se conoció que el tribunal burocrático había validado una reforma estatutaria. A partir de entonces varios secretarios generales seccionarles optaron por una segunda reelección.

Sólo que no se había reparado en que en esa reforma estatutaria se incluyó un artículo transitorio en el que se estableció que la misma sería válida una vez que fuera aprobada por un consejo general extraordinario de delegados de la gestión 2015-2019, el cual no se realizó y por tanto la misma quedó inconclusa. Ese es el argumento central de la nulidad interpuesta por la coalición.

LA TRAICIÓN A ALEJANDRO VELÁZQUEZ

En la demanda de nulidad planteada por la coalición, el abogado Alejandro Velázquez Méndez promovió la ilegalidad en la segunda reelección de 23 secretarios generales seccionarles -en la actualidad el número es ya mayor-, bajo el argumento que al no haberse perfeccionado la reforma estatutaria, sólo se permitía una reelección.

En el despacho del abogado Velázquez Méndez, Ayala Rivero, encontró un aliado que terminaría generándole condiciones para que en julio de 2011 fuese electo presidente del SUTGCDMX, consecuencia de una demanda para la incorporación de dos prestaciones económicas al salario de unos 300 Trabajadores del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX)), en la que el dirigente tiene su base laboral.

Una vez electo presidente del SUTGCDMX, Ayala Rivero le dio un pésimo pago a su hasta entonces abogado: lo desconoció como su apoderado.

También les dio la espalda a sus compañeros trabajadores del SACMEX: pactó con el gobierno de Miguel Ángel Mancera para que no cumpliera con el laudo laboral que habían obtenido en 2008 en el que se ordenaba que se incorporaran al salario el pago de las prestaciones “servicios generales” y “tiempo extra”. El asunto, desde entonces, no ha sido liquidado totalmente.

PERDIÓ CON HUGO ALONSO

Durante el congreso de julio de este año, 17 secciones exigieron se mantuviera la validez de la toma de nota que dos años atrás había obtenido Ayala Rivero, lo que le permitiría mantenerse otros cuatro años más en la dirigencia sindical. Con gritos a través de un micrófono y manotazos, obligaron al presidente de los trabajos, Miguel Ángel Reyes Guerrero -secretario general de la sección 21-, a decretar pequeños recesos.

Durante los trabajos quedó de manifiesto la profunda división provocada por las ambiciones políticas del dirigente saliente: un grupo de 73 delegados -cada sección aporta 3, para hacer un total de 120- se agruparon para impedir el intento que se validara esa toma de nota, debido al vacío jurídico en el que hubiese sumido a la organización sindical.

En efecto, de haberse hecho valer esa toma de nota, el SUTGCDMX solo tendría presidente, sin integrantes del comité ejecutivo general.

En tal virtud, entre el griterío y el caos que imperaba en el congreso, el presidente de los trabajos sometió a votación en introducir cambios en la convocatoria al congreso y desconocer la toma de nota de Juan Ayala Rivero, aprobados con el voto mayoritario de 73 delegados.

Posteriormente sometió a votación incluir un artículo transitorio en el estatuto, a fin de que la dirigencia que fuese electa por única ocasión tuviera una duración de sólo seis meses en lugar de los cuatro años. Nuevamente los 73 votos aprobaron la propuesta.

Entonces se propuso una planilla encabezada por Castelán Moreno para la presidencia sindical, la que fue avalada por la mayoría de los delegados. Les tomó protesta, mientras las secciones que exigían se mantuviera la toma de nota del para entonces ex presidente, estaban más interesados en lograr sus propósitos que en atender lo que ocurría en el congreso.

El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, en el pleno de sus magistrados del 6 de agosto, validó la anulación de la toma de nota de Ayala Rivero para el cuatrienio 2019-2024, la inclusión de un artículo transitorio para que la gestión electa fuese de solo seis meses -concluirá el 10 de enero de 2020- y la elección de Héctor Castelán Moreno como presidente y del resto de los integrantes del comité ejecutivo general del SUTGCDMX.

Esa toma de nota era la que Ayala Rivero pretendía nulificar mediante un juicio de amparo.

ANTECEDENTES DE LA CAÍDA

En mayo pasado, luego de casi cinco meses sin interlocución con el gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México, nuevamente el secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes”, Hugo Alfredo Alonso Ortiz, convocó a una concentración en el Zócalo para abogar por la normalización de las relaciones y resolver los problemas laborales que seguían acumulándose.

Ayala Rivero reaccionó furioso: anunció que se aplicarían sanciones en contra de los trabajadores que hubiese concurrido. Agudizó la inconformidad en su contra.

De inmediato Alonso Ortiz se deslindó del presidente del SUTGCDMX. Y es que en las elecciones federales del año pasado, Ayala Rivero se empecinó en ser candidato de PAN, PRD y Movimiento Ciudadano a diputado local -tres años antes había sido derrotado cuando compitió por el PRD-, y emprendió una agresiva campaña en contra de Andrés Manuel López Obrador y de la doctora Sheinbaum que, de acuerdo con distintas versiones, ordenó que trabajadores sindicalizados del gobierno de la Ciudad portaran cartelones contra el candidato de Morena a la Presidencia de la República al finalizar el primer debate con los otros aspirantes.

Una vez que la doctora Sheinbaum asumió la Jefatura de Gobierno de la CDMX en diciembre pasado, se interrumpió la interlocución con la dirigencia sindical encabezada por Ayala Rivero. Los problemas laborales empezaron a agudizarse, lo que obligó a la sección más numerosa del sindicato de los trabajadores del gobierno dela ciudad, a pedir públicamente una solución.

Ayala Rivero al darse cuenta de la inconformidad y ante la cercanía de la celebración del congreso, maniobró para obtener el apoyo de las secciones. Trabajó en busca del apoyo de la mayoría, con la finalidad de mantenerse en la dirigencia otros cuatro años, como se lo garantizaba la toma de nota que tenía en su poder.

Sin embargo, el descontento por los resultados de su ambición política, provocó que con la sección 1 “Limpia y transportes” se agrupara la mayoría, hasta sumar 73 delegados al congreso. Se sumaron las secciones más numerosas, incluidas la 6 “Parques y jardines”, encabezada por Alejandro Pérez y la 12 “Servicios médicos”, con Héctor Carreón -de última hora de les sumó la 2 “Construcción y Operación Hidráulica” de Jacinto Gaona-.

Con Ayala Rivero se quedaron 17 secciones -la más numerosa es la 4, cuyo secretario general, César Piña Rodríguez fue candidato suplente en las dos ocasiones que aquel perdió para diputado local y secretario de finanzas del SUTGCDMX en los últimos ocho años-. Concluido el congreso de julio, 3 de esas secciones decidieron dejar ese grupo, luego de quedarse sin representación en el comité ejecutivo general.

En la actualidad, los 14 secretarios generales seccionarles que mantienen reuniones con el ex dirigente del SUTGCDMX son: Alfredo Delgado Vásquez, César Piña, Rodríguez, Alberto Ocampo García, Víctor Hernández Villeda, Jaime Patiño Gutiérrez, Osbert Esquivel Jaramillo, Leticia Lorencez Olvera, Susana Paz Martínez, Jorge Castro Carpio, Rafael Torres Correa, María Antonieta Soto Pacheco, María Inés Verjel Martínez, Lilian L. Porras Carreño y Hugo Benito Alvarez Pérez.

ADIÓS PARA SIEMPRE ADIÓS

En la resolución del juez de distrito para sobreseer la demanda de amparo en contra de la toma de nota de la elección de Castelán Moreno y los integrantes del comité ejecutivo general del SUTGCDMX, estableció que el TFCyA “no puede denegar” la misma “por irregularidades de fondo del proceso que motiva su expedición, porque, conforme a la propia jurisprudencia, si lo hace, se extralimitaría en sus facultades, toda vez que solo está autorizada para llevar a cabo una verificación formal, en el contexto de un cotejo entre las etapas o pasos básicos del procedimiento de elección y la mera confirmación de su realización en las actas relativas, sin que pueda pueda abordar irregularidades de los hechos que se hagan constar en las actas y menos aún pronunciarse sobre su validez”.

Con el sobreseimiento, el ex dirigente sindical perdió la oportunidad que se analizara el acta del congreso sindical, en el que el presidente de los trabajos diera cuenta que sometió a votación desde la modificación a la orden del día, la anulación de la toma de nota que tenía para mantenerse en la dirigencia hasta 2024, la inclusión del artículo transitorio para que la gestión del presidente y del comité ejecutivo general que se elegirían fuera  el TFCyA fuera de seis meses y que se hubiese leído la planilla que postuló a Castelán Moreno y al comité ejecutivo general.

Si hubiese tramitado la nulidad de la toma de nota que era lo adecuado, quizá tuviese oportunidad de retomar la dirigencia sindical…

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