Dicen en los pasillos de la FSTSE que tras la reelección de Joel Ayala al frente de la central burocrática hubo un líder que no quedó muy contento con la asignación de nuevas vicepresidencias y secretarías.
Fermín Acevedo, líder del Sindicato de Correos y millonario excéntrico que tiene una residencia allá por el rumbo de Pachuca, tipo el “Partenón de Durazo”, el célebre jefe de la policía capitalina que se enriqueció en el gobierno de José López Portillo, se fue rumiando su derrota.
Dicen sus cercanos que este “soldadito de plomo” —de sangre pesada—, aspiraba incluso, con el apoyo de gente de Morena, a disputarle la dirigencia al ex senador o de ya de perdida ser nombrado vicepresidente para estar cerca del máximo cargo de la burocracia nacional.
Parece que a Acevedo sus padrinos políticos lo dejaron colgado de la brocha porque lo único que alcanzó fue ser representante de la FSTSE ante el ISSSTE. ¿Acaso el colmillo retorcido del cachanilla Almeida le alertó del posible complot en su contra?
Verdad o mentira pero corre con fuerza el Run Rún de que el senador Napoleón Gómez Urrutia ha decidido diversificar sus negocios y meterle con todo al ramo editorial.
Se dice que Napito le ha inyectado una importante suma al diario Milenio y está por comprar, sí leyó usted bien, La Jornada, que por cierto no vale 20 pesos. El asunto es saber qué busca el líder de los mineros con esto y de dónde saca el dinero para tales negocios.
En los pasillos de la CTM hay preocupación tanto por la salud de su líder, Carlos Humberto Aceves del Olmo, como de su expulsión de una organización internacional porque esto les restará puntos para conservar su sitio en la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Mientras sean peras o manzanas, la misma suerte corrió la central que medio dirige el impresentable Isaías González Cuevas, a la que le dieron la patada en el trasero en esa organización mundial por su marcado charrismo y la venta de contratos de protección. El 2019 se antoja a ser el principio del fin de este personaje que pretendió acuchillar por la espalda a los trabajadores con su propuesta de Reforma Laboral del pasado año.
