Miden a García Harfuch
Cada vez más incómodo para los radicales de Morena de la Ciudad de México resulta la creciente presencia del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar Hamid García Harfuch, en eventos públicos donde es vitoreado por los asistentes.
El funcionario se ha convertido en uno de los principales acompañantes a los eventos de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien ya se dio cuenta del arrastre que tiene su colaborador y parece que lo está midiendo a ver si puede alcanzar tamaños para sucederla en el cargo en 2024.
Y es que a donde se para gana el aplausómetro, por encima del secretario de Gobierno, Martí Batres, y de la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, que son dos de los que han levantado la mano para anotarse como candidatos.
La figura de García Harfuch no deja de llamar la atención, pues por alguna razón los políticos de oposición, incluyendo alcaldes y presidentes de partido, tienen una excelente comunicación con él y les soluciona temas que incluso van más allá de la seguridad pública.
Es la dependencia capitalina con los resultados más tangibles, pues la percepción es que, si bien siguen habiendo una gran cantidad de delitos, los ciudadanos se sienten un poco más seguros y ven una importante mejora.
Y como la seguridad es la principal demanda ciudadana, el capital político que ha acumulado el jefe de Policía crece como la espuma, y eso no se puede echar por la borda.
Sobre todo porque las elecciones del 24 lucen bastante complicadas en la capital, donde la oposición ha construido un discurso anti 4-T que ha permeado y que quedó de manifiesto en las elecciones del año pasado, donde Morena perdió varias posiciones.
No sólo los políticos opositores, sino incluso varios sectores de la sociedad civil manifiestan sus simpatías por el secretario de Seguridad Ciudadana, quien representa un rostro fresco y, contra todo lo que pudiera decirse, lo ven como un hombre cumplido y honesto.
A pesar de que esto le ha ayudado a Sheinbaum a subir un poco sus bonos políticos, al interior de su equipo no todos están contentos con el ascenso de Omar, quien ya empieza a enfrentar los embates internos en el gabinete para intentar bajarlo.
El fuego amigo había logrado generarle mal ambiente en Palacio Nacional, pues decían que no era de las simpatías de Andrés Manuel López Obrador, por el simple hecho de que había pertenecido al equipo de Genaro García Luna, director de la Policía Federal con Felipe Calderón.
Pero en las últimas conferencias mañaneras, el presidente ha tenido palabras de elogio para García Harfuch, lo que renovó las versiones de que lo empezaban a ver como una de las posibles corcholatas para la capital, aunque no la principal.
Es claro que la favorita de Palacio sigue siendo la jefa de la Secretaría de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, pero en caso de que las cosas no pinten bien para la 4-T en la CDMX, los morenos pueden optar por Omar.
Si bien no es la primera opción, en caso de que se mantenga la alianza opositora y que las encuestas se cierren al grado de poner en duda el triunfo oficial, el más viable para tomar la candidatura capitalina de la 4T sería el titular de la SSC.
La jefa de Gobierno tiene ya la propuesta, pero todo dependerá de si el PRI se mantiene con el PAN y el PRD en una candidatura aliancista, porque si ésta se rompe y los números marcan un mínimo de 15 puntos para Morena, se irán con una candidatura tradicional.
Esto último es lo que espera la alianza opositora, porque dicen que si el candidato fuera García Harfuch, ven muy difícil que puedan derrotarlo, pues el jefe de la Policía tiene buena imagen entre la ciudadanía y, aunque trabaja para un gobierno morenista, no está identificado como orgánico de ese partido.
El funcionario es aspiracional para los jóvenes y tiene gran aceptación entre las mujeres, que lo consideran atractivo. Pero sobre todo, es el único que podría estar en el ánimo de las clases medias, que son las que definen las elecciones.
Hace tiempo, Sheinbaum le ofreció la candidatura al director del IMSS, Zoé Robledo, pero el chiapaneco declinó el ofrecimiento, pues tenía la esperanza de ser el caballo negro en la carrera presidencial o, en caso contrario, buscar la gubernatura de su estado natal.
Es curioso que hasta entre la oposición Omar Hamid tenga aceptación e incluso simpatías, al grado de reunirse periódicamente con sus dirigentes para tratar asuntos de política, que corresponderían al secretario de Gobierno.
Si en un principio los radicales de Morena no veían ni en broma que García Harfuch pudiera tener el más mínimo chance, hoy ya no lo ven tan lejano y en una de ésas es el bueno.
Por lo pronto, ya en Palacio lo ven como: “rómpanse en caso de emergencia”.