Opinión

Tormenta arrasadora

Lo que parecía un chubasco pasajero, se ha convertido en una tormenta donde el arrebato y la furia por cobrar venganza, son el motor que convulsiona los círculos políticos.

Dos campechanos son el ojo del huracán: Layda Sansores San Román, gobernadora del estado, y Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI.

Ella, con el rencor a cuestas, es heredera de un político de alta estatura, Carlos Sansores Pérez quien fue gobernador del estado, dirigente nacional del PRI, líder del Senado de la República y director general del ISSSTE. Su madre Elsa María San Román, también fue senadora y candidata a la gubernatura del estado.

Con una larga carrera partidista y legislativa, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas (conocido como ‘Alito’), nació el 25 de abril de 1975 en Campeche. El presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene 47 años y problemas para dar y prestar.

El principal de ellos, el odio que le dispensa Layda Sansores quien es la gobernadora campechana y tiene como obsesión ver en la cárcel al dirigente nacional priista.

Para lograr su cometido, la hija de “El Negro” Carlos Sansores Pérez recurre a todo tipo de argucias que, incluso, fueron desaprobadas por el presidente López Obrador.

El brazo ejecutor en ese operativo para ir en contra de quien enfrenta problemas por acusaciones de lavado de dinero, es Renato Sales Heredia, Fiscal estatal, quien sobra decirlo es incondicional de Sansores.

Pero la persecutora no es un dechado de virtudes ni el mejor de los ejemplos en materia de una carrera limpia. Ella tiene casas y terrenos en la Ciudad de México, Querétaro, Chiapas, Cuernavaca y participación en empresas que olvidó poner en su declaración patrimonial.

La ex alcaldesa de Álvaro Obregón y actual gobernadora por Morena es, también, propietaria de una hacienda en Campeche con playa privada.

El poderío económico del que puede presumir incluye inversiones en los sectores de la construcción, inmobiliario, hotelería, restaurantes, gasolineras, tiendas de conveniencia, arrendamiento de vehículos y maquinaria. Así como equipamiento de estaciones de combustible, arrendamiento de bombas y reparación automotriz.

No se ignora que Josefina y Sara Negrete Frías S.A. de C.V. y Gas Le Pont S.A. de C.V. son dos de las empresas encubiertas que Sansores San Román no incluyó ni manifestó en sus declaraciones patrimoniales no obstante que su participación está probada.

Otra empresa es el Colegio Gran Unión S.C., que había declarado en la plataforma 3 de 3 en 2017. En dicho sistema, Layda Sansores había reportado también, en ese año, sus fincas, terrenos, joyas y obras de arte. Sin embargo estos últimos bienes los excluyó de su declaración oficial de 2020.

Debe tenerse en cuenta que su declaración patrimonial del año  2020, Layda Sansores omitió reportar la existencia de la productora televisiva, teatral y cinematográfica Sister in the Jungle S.A. de C.V., de su hija Layda María Esther Negrete Sansores. Tampoco la constructora e inmobiliaria Servicio Panorama Empresarial, de sus hijos Tania Patricia y Alberto Carlos Negrete Sansores, ni el Servicio Panorama, de Alberto Carlos, Tania Patricia y Layda María Negrete Sansores, en sociedad con Josefina y Sara Negrete Frías.

Y como Layda es más rica que el tradicional chocolomo que se consume en su tierra natal, menos hizo referencia a la plantación cafetalera que en Chiapas posee su pareja, Romeo Ruiz Armenta, embajador del gobierno lopezobradorista en Guatemala.

Dos son las únicas empresas en las que Layda Sansores admitió inversiones oficialmente. Una de ellas es Hotel Playa San Lorenzo, empresa de hospedaje, restaurantes y cafetería, la cual fue fundada en 1986, y en la que también son socios sus hermanos Libertad, Laura, Elsa y Margarita Sansores San Román. La otra compañía que sí declaró es Bienes Raíces Mikra, S.A. de C.V.

Ella que acusa y persigue a Moreno Cárdenas por tener propiedades en extremo lujosas, es uno de los mejor ejemplos de excentricidades.

Como quien dice los dos personajes centrales de la tormenta política, están bañados por las mismas olas del mar caribeño y ambos tienen la piel dorada por el mismo sol.

Habrá que esperar el rumbo que toman las cosas, pero en materia de fortunas con origen nada legal, entre ellos pueden expresar que “el comal le dijo a la olla”.

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