Opinión

¿Renovación o Limpia?

A simple vista parece un proceso normal para la renovación de cuadros dirigentes en todo el país. Pero en política no siempre es lo que parece o se simula. Aunque a veces se engañe con la verdad.

En cualquiera de esos escenarios, habría que preguntarse cuál es el sentido de fondo para que los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena hayan aprobaron la convocatoria para que, durante los siguientes tres meses, se renueven los órganos internos de ese instituto político.

A simple vista podría tratarse de airear y refrescar cuadros que posibiliten un fortalecimiento del partido en el poder.

Pero como las suspicacias nunca deben descartarse, podría pensarse en que es la despedida (o la forma de deshacerse) de la dirigencia que encabeza Mario Delgado Carrillo.

Es posible que así se lo hayan hecho saber durante la inesperada visita que hizo a las instalaciones de Palacio Nacional y que ante la acumulación de tropiezos y torpezas le comunican que ya es hora de ir empacando sus chivas.

El anuncio de ese proceso, que parece natural, habría que analizarlo en diversos escenarios para el dirigente que no supo ejercer un liderazgo y solamente agitó las aguas de la sucesión presidencial.

En el mejor de los casos Delgado Carrillo podría pensar que, si cuenta con la bendición del mandamás, habría de convertirse en candidato al Senado de la República y, por tanto, perfilase como el coordinador de bancada de la próxima legislatura.

Aunque en las filas de sus promotores, entre los cuales por supuesto no se cuenta al canciller Marcelo Ebrard ni a la doctora Claudia Sheinbaum, hay quienes suponen que será el candidato al gobierno de la Ciudad de México.

La renovación anunciada contempla el nombramiento de nuevos dirigentes tanto a nivel estatal como nacional, a fin de organizarse para el proceso electoral del 2024. Eso es lo que dicen oficialmente.

Sin embargo la lectura puede ir más allá y pensar en una dirigencia nacional frente a los tropiezos que Morena a sufrido en algunos procesos electorales donde se pensaba que arrasaría.

Él mismo se encargó de vaticinar que durante los más recientes procesos electorales para renovar seis gubernaturas, aplastaría a la oposición y se llevaría carro completo. Anuncio no cumplido.

Conforme a la información oficial del partido gobernante, durante los días 30 y 31 de julio se realizarán asambleas en los 300 distritos electorales federales para elegir a las y los Congresistas estatales, así mismo en todas las entidades federativas del país para definir a las y los integrantes del Congreso Nacional y de los 32 Comités Ejecutivos Estatales.

Es de suponerse que empezarán por darle las gracias a Mario Delgado. Pero en eso de las reglas no escritas, habría que esperar a ver si una vez más se cae para arriba o entra en desgracia.

En el calendario anunciado se precisa que el 17 y 18 de septiembre se llevará a cabo el tercer Congreso Nacional Ordinario donde se renovará el Consejo Nacional y la presidencia, al igual que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), con excepción de la Presidencia y la Secretaría General, dado que su periodo concluye hasta agosto del 2023.

Lo cual se infiere que de respetarse los dos cargos de mayor responsabilidad en ese partido, no habría movimiento en las posiciones de mayor privilegio. Pero nada está garantizado.

También en el Congreso Nacional se actualizarán los documentos básicos de Morena y se refrendará el método de encuesta para elegir a quienes representen electoralmente al partido.

Lo que parece una renovación tersa, podría adquirir visos de una sacudida o un limpia que, incluso, podría venir a solicitud de quienes hasta ahora figuran como los 3 aspirantes con mayores posibilidades de obtener la candidatura presidencial.

Curiosamente la información difundida aclara que se reafirma que no puede haber grupos ni sectarismos, al interior de Morena.

Algo inimaginable, porque sí algo les caracteriza son las tribus que se mudaron del PRI al PRD y de éste a Morena. Es decir, irían contra su esencia y podría interpretarse como un suicidio político colectivo. Impensable siquiera imaginarlo. No pueden ir contra su naturaleza ni su origen.

Nadie debe cuestionar los triunfos electorales del 2021 y 2022 que consolidaron a Morena como la principal fuerza política del país, pero tampoco nadie puede negar que hubo traspiés en los que Delgado Carrillo es el responsable.

A quien le guste leer entre líneas y especular sobre lo que sucederá al interior de Morena, no deben descartar que ese será el momento preciso y oportuno para darle las gracias al insuflado Mario Delgado.

Habría que preguntase si el anuncio hecho mediante un comunicado le quitará el sueño o lo mantendrá flotando en una nube que amenaza con ser nubarrón del que pudiera aparecer una tormenta.

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