Opinión

El enemigo

En una plática muy amena donde me encontraba con varios de mis amigos y departiendo muchas cosas que nos pasaron durante el tiempo que dejamos de vernos a raíz de la ya tan trillada pandemia, fueron tocados acontecimientos trascendentes. Hablamos de nuestras experiencias con la familia, los pormenores y experiencias en el trabajo y la pena de la ausencia de algunos amigos y conocidos que desafortunadamente pasaron a ser parte de las estadísticas fatales emitidas por el gobierno.

Esos que padecieron los estragos de la pandemia y se fueron para nunca más volver. Les relato que en este grupo se encontraban amigos periodistas, un magistrado y sindicalista así como un amigo de ustedes y servidor.

Tratamos y comentamos temas muy importantes. Uno de ellos fue precisamente el tema que hoy les comentaré, la experiencia de lo vivido a través de los años. Coincidimos en que el enemigo principal de los trabajadores se encuentra al interior de las diferentes organizaciones.

Precisamente  son los líderes sindicales y los que se encuentran inmersos en estos quehaceres como son delegados de trabajo, Comités Ejecutivos seccionales, secretarios generales y estructuras del Comité Ejecutiva General así como en presidencia ya que sin que se den cuenta o por conocimiento de causa se dividen por medio de chismes y envidias mal fundados y haciendo por sus propios intereses olvidándose de todos los que realmente los hacen llegar a los cargos que representan.

Argumentando tener cada uno en su trinchera la razón, en donde la demagogia y las promesas imperan en todas las voces tal parece que se compite por emitir las más inverosímiles de las promesas para convencer a sus adversarios que existen al interior de los diferentes grupos que componen estas organizaciones y esto se practica en todos los niveles sin importar el número de agremiados.

Y sin duda se acentúa en las secciones que agrupan al mayor número de trabajadores y esto obedece por obvias razones a los intereses que se mueven y que tiene cada representación es una competencia que empieza desde los inicios de cada periodo que se establece a través de las elecciones de cada sección sindical donde no solamente el que sale ganador o electo quiere tomar decisiones.

También prevalecen los intereses del patrón gobierno quien además cuida sus intereses y siempre buscará a quien pueda manipular para tener controladas las instituciones a su cargo.

Busca a alguien que resulte cómodo y manipulable ya que con esto no traerá ni representará  problemas para nadie y así todo irá en contra del trabajador a quien no defenderá por sus compromisos adquiridos con el patrón y por sus  intereses personales que son muchos y así el único perjudicado es el gremio que representan.

Pero vayamos por partes. A través de los años y siendo observadores me permitiré decirles que cuando una persona llega a  una posición como secretario general quizá llega con las mejores intenciones de hacer un excelente trabajo y pensando que todo es posible gracias al apoyo de todo su equipo y de los trabajadores y que con esto se lograrán todos los objetivos y promesas de campaña.

Pero no son más que sueños guajiros y castillos en el aire, que se construyen en sus cabecitas locas y pecando de inocentes pensando que la luna es de queso y que estará en el país de las maravillas como Alicia.

Pero permítanme decirles que la política no es así, ya que dependen uno del otro y el otro del uno y no te permiten hacer lo que se debería de hacer ya que los múltiples compromisos que se adquieren con todos los poderes que interfieren en una organización son los que se imponen.

Pero eso no es toda la parte principal de este problema. Existe otro al interior de cada sede sindical, porque no conocen ni les han enseñado lo que es y representa la unidad o unificación por un bien común. El día que aprendan esta parte que es tan importante no sólo en los grandes sindicatos también se debe de emplear en toda empresa y el decir empresa no quiere decir un negocio, sino en todo lo que se emprende.

Lo  que deben de saber a conciencia es que un cambio representa en la actualidad un bien necesario que a gritos piden los trabajadores. Ellos necesitan de facto que las representaciones se pongan a trabajar realmente por la causa que representan y que se dejen de malas prácticas que a nadie benefician, que dejen de lado sus intereses personales, el divisionismo, el rencor la envidia la soberbia, el orgullo y la persecución de sus adversarios.

Que practiquen la buena convivencia y la unificación de todos los grupos velando por los intereses de los trabajadores y la grandeza de su organización sindical.

En sí y como conclusión los verdaderos enemigos de los trabajadores son sus representantes sindicales, así como los aspirantes a representarlos porque una vez que llegan a representarlos actúan de igual o peor forma que los actuales.

El nefasto modelo ya debe de cambiar porque de lo contrario, y lo hemos visto a través del tiempo, siempre es pan con lo mismo. Y los únicos perjudicados son los trabajadores, ya déjense del viejo cuento que dice así, a la hora de votar todas son promesas y a la hora de cumplir todas son excusas.

Me entiendes Méndez, o me explico Federico.

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