Editorial

Formación de cuadros sindicales

La diferencia entre la formación profesional y sindical radica principalmente en la caracterización de cada una de ellas, es decir en este contexto, la formación profesional prepara y capacita al trabajador para el desarrollo de sus competencias laborales, mientras que la formación sindical capacita al representante de los trabajadores para la preparación de la defensa de los intereses del colectivo gremial al cual pertenece.

Así mismo, la formación sindical del trabajador es sumamente importante ya que se ha cambiado el paradigma del dirigente empírico quien fue el producto necesario de fases de desarrollo sindical que ya han sido superadas, el desafío es ahora formar otro tipo de dirigente sindical, calificado política y técnicamente. De allí la importancia de la formación sindical debido a que por su contenido permite dotar a los cuadros sindicales de información general sobre el rol de los sindicatos, su papel en la negociación colectiva, sobre legislación del trabajo, sindicalismo internacional, historia sindical, estructuras sindicales, OIT.

Aspecto destacado es que la formación profesional se convierte en una herramienta para mejorar la calidad del empleo, y así incrementar el nivel de vida y de condiciones laborales de los trabajadores. Ayuda al acceso a empleos de calidad, e incluso al ascenso profesional. Es un instrumento estratégico capaz de contribuir a orientar la contratación laboral hacia el capital humano de los trabajadores, y no a basarse en su disposición a emplearse a bajo precio.

Tiende a ayudar al trabajador a conservar su empleo, ya que le permite adaptarse mejor a los cambios, asumir nuevas tareas y mejorar su rendimiento.

Se concluye que la formación profesional sindical del representante de los trabajadores, influye en su desempeño en la negociación colectiva, ya que del dominio de este cúmulo de competencias el cual no se limita solamente al conocimiento por sí mismo de una serie de temas que son de vital importancia, sino que además también abarca habilidades y destrezas que deben adquirirse para tener la capacidad de negociar, es por ello que se deriva el perfil del dirigente sindical como representante de los trabajadores en la negociación colectiva.

Es necesario caracterizar la formación profesional y sindical dentro del contexto, para que puedan ser diferenciadas y permita el desarrollo de conocimientos, habilidades y destrezas que permitan el logro de una negociación colectiva eficaz.

Es recomendable que dada la importancia de la formación profesional del dirigente de los trabajadores, se promueva su formación en el medio laboral, más allá de la educación formal, en forma sistemática y planificada, de manera que dote a los trabajadores de las competencias requeridas para la consecución de los objetivos planteados en una negociación que beneficie al colectivo gremial.

Considerando que dentro de la formación profesional el diseño curricular va dirigido a que se debe enseñar y que se deben aprender versus la formación sindical que se enfoca a quien aprende y quien necesita aprender, se recomienda entonces emprender programas de formación que conlleven a la adquisición de ciertas habilidades de cálculo, oratoria, comunicación en grupo, formulación de peticiones, manejo de técnicas de negociación y motivación de grupos, que internalicen y apalanquen la responsabilidad, honestidad y una fuerte orientación hacia la acción solidaria.

Es necesario laborar programas que incluyan la formación de nuevas calificaciones para la dirigencia sindical que se estructuren teniendo en cuenta la situación del país. Los programas de formación profesional sindical dentro de las organizaciones se recomienda que sean mandatorios para los dirigentes sindicales que actúan como negociadores por parte de los trabajadores en una negociación colectiva. Las organizaciones patronales y sindicales, deberán organizar foros y seminarios, informativos dirigidos a la dirigencia sindical.

Se recomienda la elaboración del perfil del dirigente de los trabajadores en la negociación colectiva, que permita identificar los conocimientos, habilidades y destrezas requeridas para el desarrollo exitoso del proceso y de las actividades de las cuales será responsable el dirigente sindical, identificando inclusive la formación y adiestramiento que serán requeridos para este fin.

Que sepa trabajar en equipo, tratar a la gente, conocer sus limitaciones, que sea proactivo, que le guste ayudar a sus agremiados. Con capacidad de liderazgo: Que sea líder y pueda coordinar a sus agremiados. Que busque los intereses de sus trabajadores y de la empresa antes que los suyos.

Uno de los grandes desafíos para los dirigentes sindicales es estar a la altura del dinamismo de los avances tecnológicos y de sus implicaciones en el mundo del trabajo, así como también mejorar día a día sus competencias individuales, dando a la formación académica y formativa una real importancia para poder construir con bases sólidas el rumbo de sus organizaciones, así como también en la relación con la empresa y su entorno.

Hay que posicionar al dirigente como un actor relevante en los cambios que generen una mejor calidad de vida para sus asociados e incidir en futuras mejoras a los trabajadores del país equilibrando la productividad, con una retribución que acorte las brechas de la desigualdad y que en un futuro seamos ese país desarrollado, justo y productivo.

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