Del dicho al hecho…
A partir del 1 de mayo de 2019 México tiene un nuevo modelo laboral. Ese día se publicaron en el Diario Oficial de la Federación (DOF), las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la Ley Federal de la Defensoría Pública, la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores y la Ley del Seguro Social, que forman parte de la Reforma Laboral.
Esencialmente, la iniciativa plantea dos cambios relevantes: el primero es que la justicia laboral pasa del Poder Ejecutivo Federal al Poder Judicial de la Federación. ¿Qué quiere decir esto? Que las Juntas de Conciliación y Arbitraje se transformaron en Tribunales Federales, los cuales buscaran realizar de una manera más ágil y expedita los procesos.
El segundo tiene que ver con cuestiones de libertad sindical y negociación colectiva. De acuerdo con la nueva Ley, los trabajadores tendrán derecho a formar parte de un sindicato o bien a constituirlo, sin necesidad de autorización previa, ejerciendo su libertad de adhesión o separación. En tanto, en materia de contratos colectivos, el objetivo será mejorar los mecanismos para su celebración.
Sin duda son cambios importantes que modificarán, significativamente, el panorama laboral actual del país de una manera positiva.
Porque contar con Tribunales Laborales permitiría que los litigios en la materia se lleven a cabo de una forma más eficiente y con mayor celeridad que la utilizada en las Juntas de Conciliación y Arbitraje.
Asimismo, en materia sindical y colectiva, las acciones aprobadas impulsaran la democracia, la rendición de cuentas y la transparencia en ese sector, en el que la opacidad ha tendido a ser la constante, y fomentará la participación de los trabajadores para buscar mejorar sus condiciones laborales.
Así, la Reforma Laboral es una iniciativa que beneficia no solo a uno, sino a los tres participantes de sector: empleadores, trabajadores y sindicatos.
A los empleadores, porque la nueva Ley busca evitar extorciones sindicales, como puede ser la exigencia de un pago a cambio de desistirse de un emplazamiento a huelga o exigir la titularidad de un contrato colectivo. Ahora, la relación entre ambos actores (empleador y sindicato) cambiará y deberá de ser transparente y más eficiente.
Para los trabajadores, representa un beneficio grande, ya que, con la entrada en vigor de la reforma, su representatividad será real y su participación, inevitable. En consecuencia, podrán exigir una mejor y mayor rendición de cuentas por parte los sindicatos, como resultado de las nuevas políticas de transparencia en materia de estatutos, contratos colectivos, entre otros.
Finalmente, para los sindicatos, será un cambio positivo que promueva la democracia sindical, la participación y una mejor comunicación directa tanto con los agremiados como con el patrón, enriqueciendo así sus actividades.
Como todo cambio, la Reforma Laboral supone importantes desafíos que deben ser atendidos. El más importante es la construcción de una cultura sindical en la que tanto patrones como trabajadores tengan el mismo nivel de participación.
El reto será que los trabajadores conozcan sus derechos colectivos y los ejerzan de una manera responsable y activa, y que, a su vez, los empleadores reconozcan estos derechos y los promuevan.
Por otro lado, es cierto que las modificaciones establecidas en la legislación representan, en cierta medida, una carga administrativa y operativa adicional para los patrones, quienes ahora tendrán que, por ejemplo, otorgara a los trabajadores una copia del contrato colectivo, para asegurar su participación e involucramiento.
Sin embargo, esto obligará a los patrones a estar más pendientes de la relación sindical y del papel que los trabajadores juegan dentro de las asociaciones, abriendo así un canal de comunicación más amplio y eficiente entre las tres partes (empleador, trabajador, sindicato), que hoy es difícil de visualizar y que resultará en beneficio de todos.
Bueno esto es lo que se espera, a poco de verdad los sindicatos van a ser transparentes, los empleadores van respetar sueldos, prestaciones y jornadas laborales; y los trabajadores van a organizarse para hacer valer sus derechos.
Del dicho al hecho……….