La generación millennial enfrenta problemas de retiro, pues la mayoría de ellos no planea su jubilación bajo el esquema de las Afore.
De acuerdo con una encuesta realizada por la Asociación Mexicana de Administración de Fondos para el Retiro (Amafore) los jóvenes —los que tienen entre 18 y 40 años— no piensan en ese momento.
Más de la mitad —56 por ciento— sostiene que tienen la esperanza de que sus familiares, sobre todo los hijos, se hagan cargo de ellos; otro tanto —40 por ciento—, no espera que alguien lo mantenga en su vejez, mientras que el resto —4 por ciento— no supo qué contestar.
Sin embargo de los encuestados sólo 15 por ciento espera vivir de sus ahorros, otro 14 por ciento espera hacerlo con una pensión, y 3 por ciento espera que el gobierno vea por ellos.
“Los datos son escalofriantes cuando uno ve las prospectivas de lo que se viene en materia de pensiones”, dijo a El Economista Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), un organismo sin fines de lucro que ha dado seguimiento al tema de las pensiones desde hace varios años. “Muchos no pasarán de 30 por ciento de su último salario, quisiera pensar que no estamos condenando a una generación entera a la pobreza en su vejez, pero la situación no pinta bien”.
De los 24 millones de trabajadores que cotizan en algún esquema de seguridad social y tienen derecho a una pensión, 66 por ciento está bajo el régimen de las Afore y el resto en el anterior sistema de pensiones.
A partir del próximo año comenzarán a jubilarse quienes se pensionen con las afore y la muchos especialistas estiman que los ahorros generados por sus cuentas para el retiro están por debajo de lo necesario para alcanzar una pensión suficiente.
Por poner un ejemplo, el Inegi registró que en 2018 los jóvenes de entre 20 y 29 años tenían un promedio de ingresos por 5 mil 952 pesos mensuales, los que se traducirían en una pensión aproximada de apenas 3 mil pesos al mes.
Es decir, no tendrán dinero suficiente para que estos jubilados mantengan el mismo nivel de vida que mantenían cuando eran activos laboralmente.
Con información de: El Financiero
