Llegó para quedarse, “el alcoholímetro”
El programa “conduce sin alcohol”, mejor conocido como “Alcoholímetro”, comenzó el 19 de septiembre de 2003, cuando se publicó en la Gaceta Oficial del Gobierno del DF hoy Ciudad de México, su objetivo y sus características, y si bien han tenido cambios desde entonces, continúa cumpliéndose.
El programa fue lanzado por el actual Canciller Marcelo Ebrard Casaubón, quien en ese momento fungía como Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México.
Durante su encargo el crimen y la delincuencia se redujo al promedio más bajo por día en una década y puso en marcha la creación de nuevos grupos de policía, como el Programa de Protección Ciudadana y la Unidad de Protección Contra el Crimen para Tarjetahabientes, y contrató los servicios del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, como asesor, pues el objetivo de Marcelo Ebrard como Secretario de Seguridad Pública de la capital era satisfacer y cubrir con eficacia las demandas y necesidades en materia de seguridad.
Al ya popular “alcoholímetro” se ha sumado el apoyo y colaboración de instancias, dependencias y sociedad civil, que ha permitido incrementar las acciones preventivas para inhibir percanes viales que atenten contra la integridad física o patrimonial de terceros por parte de quienes conducen bajo los influjos del alcohol, y de estos mismos.
Entre las disposiciones que regulan el “Alcoholímetro” se encuentra que si al realizar la prueba el conductor, sea hombre o mujer, tiene más de los 0.40 grados de alcohol en la sangre permitidos, tendrá que cumplir el tiempo de desintoxicación en el Centro de Sanción Administrativa “El Torito”. Además si el conductor da positivo a la prueba de alcoholemia, su automóvil no se entregará a ningún acompañante aunque no haya ingerido bebidas embriagantes, y será remitido al depósito vehicular.
El programa “Conduce sin Alcohol”, creado para sembrar en los automovilistas la conciencia de que “siempre habrá alguien que espere por ti a que llegues con bien”, tiene casi 19 años en operación y da buenos resultados, de ahí que continúe su aplicación.
Se estima que en el futuro el “Alcoholímetro” tendrá la aplicación “Mi policía”, que consistiría en que al salir de algún lugar de entretenimiento, las personas que así lo deseen pueden solicitar amistosamente a oficiales cercanos que se les haga la prueba, y paralelamente, mediante el Alcoholímetro didáctico infantil se buscará fomentar desde la niñez la conciencia social de no manejar en estado de ebriedad.
Cabe recordar que en su discurso por el noveno aniversario de la implementación de este programa, Ebrard enfatizó que “El Alcoholímetro tiene como ventaja que es exacto, que no importa de dónde vengas, a quién conozcas, cuánto tengas o incluso si eres representante popular, el programa se ha aplicado de manera rigurosa y sin salvedades”. Asimismo, acentuó que “Conduce sin Alcohol” ganó legitimidad y aceptación debido en gran medida a que se trata de un sistema de medición del índice de consumo de alcohol exacto ya que la sociedad ha sido madura y ha contribuido a que el programa no devenga en extorsión y abuso, y agradeció a los capitalinos por demostrar que con madurez y responsabilidad es posible construir una sociedad donde se garantice la seguridad de todas y de todos, particularmente de los jóvenes.
El programa se desarrolló con el objetivo de pasar de la sensibilización mediática a la intervención directa de la autoridad para proteger la vida e integridad de los ciudadanos. “Conduce sin Alcohol” se ha desarrollado siempre con un índice de cero corrupción, a lo que se debe su aceptación entre la ciudadanía a la vez que se le reconoce como una iniciativa donde se concilian el derecho a la búsqueda de esparcimiento y la libertad y la seguridad.
Así es el Derecho.