La violencia no para en el país
Es alarmante lo que está ocurriendo, sin duda en todo tiempo la violencia ha estado presente pero nunca a estos niveles, quizás porque ahora las benditas redes sociales permiten que quien porte un celular se convierta momentáneamente en un reportero y nos den cuenta de infinidad de delitos que se cometen a diario.
Además de que la estrategia de seguridad de los gobiernos ha sido la instalación de miles de cámaras en las Ciudades más importantes en donde quedan registrados infinidad de hechos, aunado a ello las cámaras de múltiples empresas y casas particulares que son los ojos que ayudan a las autoridades y a la difusión de imágenes que no quisiéramos ver y que la televisión nos repite una y otra y otra vez
Es por ello que en el estado Sonora en cuatro municipios en días pasados, grupos al parecer de la delincuencia organizada se dedicaron a destruir cámaras para que no dejaran evidencia de cuando menos su paso por esos lugares y evitar con ello ser detectados y perseguidos por las policías, Guardia Nacional, Marina o Ejército
Sobre de la efectividad de lo anterior es la fotografía que a un delincuente le toma una mujer cuando la acababa de asaltar en el preciso momento en que le dispara y a consecuencia de ello muere.
Pero muy a pesar de que la tecnología existe como un elemento para incrementar la seguridad, ello no ha inhibido a un número indeterminado de delincuentes que con sus actos lastiman a la sociedad.
El homicidio de compañeros periodistas se siguen dando incluso con más de alguno que se encontraba en el programa de protección que tiene el gobierno; y se respira inquietud y frustración ante lo que ocurre.
En los años 80s y 90s nos enterábamos que delincuentes realizaban robos a bordo de motocicletas en Italia o crímenes en Colombia, pero ese modus operandi ya se estableció con nosotros.
El robo con violencia de automóviles y en las carreteras de transportes de mercancía ya se ha vuelto una industria de tal suerte que el grito invitando en algún tianguis de “que no le dé pena comprar robado” toma sentido.
Y podemos seguir enumerando delitos y llenaríamos varias páginas, sin embargo lo que más alarma son los delitos cometidos se dice por la delincuencia organizada, entre otros el cobro de piso que se denuncia a sentado sus reales en varios estados, un ejemplo de ello es Guerrero, concretamente en el puerto de Acapulco.
Inexplicablemente han ocurrido varios incendios, el último antes de escribir ésta columna un mercado en dónde se perdió aparte de la construcción todas las mercancías y se dan diversas versiones, una de que se negaban a pagar derecho de piso, otra que no apoyaron una manifestación organizada por grupos de la propia delincuencia organizada para exigir que salga del puerto la Guardia Nacional; en plena Costera Miguel Alemán.
Hemos visto como unidades del transporte público son consumidas por el fuego al negarse los propietarios al pago que les es exigido y además sirve de ejemplo de lo que puede pasar a quienes se niegan a cumplir las exigencias monetarias.
Aún tenemos fresca la memoria del incendio de la icónica Discoteca Baby O y en televisión pudimos presenciar cómo unos sujetos se introducen a ella y le prenden fuego en plena pandemia por el COVID y por lo cual tenía meses de no funcionar.
Las balaceras, secuestro de personas incluso llegando a sacarlos de sus casas, los ajusticiamientos múltiples incluso en agencias funerarias cuando se encontraban velando a alguien que también había sucumbido a un ataque armado, los cuerpos destrozados, colgados o embolsados ya no son la excepción.
Los estados que más padecen de ésta violencia desatada son Zacatecas, Tamaulipas, Sinaloa, Guerrero, Michoacán, Colima, aunque en menor o mayor grado ello ocurre en todo el territorio nacional.
Gracias a las cámaras que mencionamos, hemos visto en esos estados como caravanas de camionetas con delincuentes fuertemente armados han tomado poblaciones enteras por horas.
Hace un par de meses en el estado de Hidalgo que son de los que menor incidencia delictiva tienen, un comando llegó a sacar de una prisión a varios sujetos derrumbando una puerta.
Lo que acaba de ocurrir en San José de la Gracia Michoacán, en dónde otra vez gracias a videos se pudo ver lo que parece ser un fusilamiento de un número impreciso de personas y posterior desaparición de los cadáveres y limpieza del lugar, hay más preguntas que respuestas.
Y si vemos que el nivel de impunidad rebasa el 95 por ciento, entonces entendemos porqué de lo anterior.