Investigaciones especiales

“Nueva normalidad” eleva riesgo de contagio en la clase trabajadora

De lejitos, bien acicalados y envueltos en equipo de protección para evitar contagiarse de coronavirus, así regresaron a sus centros trabajo miles de mexicanos este 1 de junio con el inicio de la “Nueva Normalidad” decretada por el gobierno federal, aún plena contingencia sanitaria.

Pese a que los reportes de contagio y muertes siguen al alza, la autoridad determinó que los sectores de la construcción, minería y fabricación de equipo de transporte volverían activarse cumpliendo una serie de protocolos de higiene que a decir de expertos, en lugar de proteger, podrían exponer al personal al contagio del virus.

Edgar Aceves, abogado laboral, explicó que el riesgo para los trabajadores no estará en los centros de trabajo, pues al cumplir con las medidas de higiene obligadas por el gobierno serán espacios seguros, el problema son los traslados desde la casa y posteriormente la convivencia con los compañeros.

“Si saliendo de casa, al subirse al transporte público se contagia, llega al trabajo y ahí no permiten entrar (al detectarle fiebre) ¿aplica o no el riesgo de trabajo?”, cuestionó, ya que los lineamientos de reapertura emitidos por la autoridad endosan a la empresa el cuidado de los traslados pero no lo establecen como riesgo.

En entrevista para RS dijo que los patrones están cargando con una responsabilidad de cuidado del trabajador en espacios que van más allá de las empresas, lo cual no pidieron, sino que el gobierno los está obligando y no todos están en posibilidad de hacerlo.

“Es controvertido porque es también un riesgo para el patrón. No es su obligación”, señaló.

Aclaró que los derechos laborales son irrenunciables, sin embargo, el impacto económico que ha causado la pandemia mermó la capacidad de muchas empresas por lo que algunas buscarán convenir con los trabajadores el deslinde en responsabilidades por riesgo de trabajo.

De ser el caso, si el trabajador se contagie en el trayecto de casa al centro laboral, el IMSS lo consideraría como enfermedad general y el pago de su salario sería del 60 por ciento, lo que impactaría en las finanzas familiares, en lugar de considerarse un riesgo de trabajo, que lo es, y durante el periodo de incapacidad podría cobrar el 100 por ciento de su salario.

El protocolo

Para un ordenado regreso a la actividad productiva en actividades “esenciales”, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social emitió los Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral, para orientar y que su regreso a la nueva normalidad sea “exitoso, escalonado y responsable”. 

En un documento publicado el pasado 18 de mayo en el Diario Oficial de la Federación establece como obligación de las empresas doten a los trabajadores dotar de equipo de protección básico (tres cubrebocas, caretas o goggles para la protección de los ojos). Mantener la sana distancia de 1.5 metros entre unos y otros (señalada en el piso y paredes), lo que implica la adecuación de los espacios y dinámicas dentro de los centros. 

Tendrán que determinar horarios alternados de comidas y uso del baño para reducir las concentraciones en periodos de descanso, así como garantizar durante en horario de trabajo agua potable, jabón papel higiénico, gel antibacterial con base de alcohol al 70 por ciento, y toallas desechables para secarse las manos.

Para el uso de las escaleras, la autoridad exige a las empresas que el personal evite tocar los barandales y en elevadores solo podrán haber dos personas por metro guardado y los que estén en espera, guardarán una distancia de 1.5 metros.

En las actividades que cada trabajador realice no podrá compartir herramientas ni objetos personales, mientras que los proveedores y contratistas se deberán sujetar a una política de control de visitas.

Indica también que las empresas deben fomentar la promoción de la salud informando a la plantilla laboral sobre el COVID-19, síntomas, mecanismos de contagio y las medidas de prevención. 

Cumplir con la llamada “etiqueta respiratoria”, que consiste en cubrir boca y nariz al toser o estornudar con la parte interna del codo o con un pañuelo. No escupir, no tocarse la cara con las manos y limpiar y desinfectar áreas de trabajo y objetos de uso común. 

En caso de que un trabajador presente temperatura mayor a 37.5 grados, será llevado a un área de estancia y aislamiento, utilizando cubrebocas en todo momento y mandarlo a casa o al médico lo antes posible.

La STPS advirtió que en caso de dar positivo a la prueba de COVID-19, la persona deberá aislarse voluntariamente por al menos 15 días, con goce de sueldo, y las empresas no deberán tomar represalias posteriores contra ellos como el despido, baja o cambio de actividades que signifiquen una reducción en su salario. 

El Instituto Mexicano del Seguro Social fue designado como la autoridad para aprobar los protocolos de cada empresa, mediante una solicitud que de obtener el visto bueno, se formaliza en una carta compromiso del particular hacia sus trabajadores y el gobierno. Anunció que harán verificaciones en coordinación con la STPS y Cofepris para garantizar su cumplimiento.

La Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN) indicó que el 95 por ciento de las empresas que presentaron ante el IMSS el plan de reactivación obtuvieron la aprobación.

Francisco Cervantes, líder nacional de los industriales, dijo que el sector cumplirá “perfectamente y ya tienen los protocolos de sanidad autorizados” para la reapertura.

En tanto, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) notificó que sus sindicatos agremiados estaban de acuerdo con los protocolos de las respectivas empresas.

Pedro Haces, a través de su cuenta de twitter informó que vigilarán que los trabajadores cuenten con la protección necesaria y en sus centros de trabajo se cumplan con las medidas sanitarias para evitar contagios.

“Estamos en favor de la reactivación económica anunciada por el Gobierno de México, sin arriesgar la salud”, dijo.

Padres de familia trabajadores

El regreso a la normalidad para ciertas actividades durante este mes trae consigo un problema logístico para muchas familias, ya que la escuelas siguen en cuarentena y quien tenga hijos no pude ni llevarlos a una guardería y menos “encargarlos con la abuelita”, pues son de los sectores de la población que más se ha tratado de cuidar del contagio.

Consultados por RS algunos trabajadores que volverán a trabajar exponen su situación. 

Arturo Rivera, técnico de la planta de Ford en Cuatitlán Izcalli, compartió que por la cuarentena se ha tenido que hacer cargo de sus padres, adultos mayores, quienes regularmente cuentan con el apoyo de su demás familia, pero por la sana distancia no se han podido acercar.

Su regreso a la planta implicará dejarlos solos en casa y aunque son adultos, si requieren de algo necesitan que una tercera persona los apoye y no por el momento no hay nadie. Además, reconoció el estrés que le genera contagiarse o ser vehículo del virus durante sus trayectos al trabajo, afectando a sus padres.

Por otro lado, las madres trabajadoras se enfrentarán a no tener quién ni dónde les cuiden a sus hijos.

“Mi turno es de 8 a 6, cuando era antes y había escuela, dejaba a mi hijo temprano y regresaba de volada por él o me ayudaba la vecina a recogerlo, pero ahora no me lo quiere cuidar, mi familia está en otro estado y ni modo que se venga a la obra, ni permiso nos dan”, comentó Alma Cancero, empleada de limpieza en la construcción del desarrollo inmobiliario Marnos, en la alcaldía Azcapotzalco en la CDMX.

Comentó que la constructora no les ha confirmado si el pago de la jornadas laborales, en su caso semanales, regresará al 100 por ciento, o continuará parcial como las últimas semanas cuando se redujeron las horas y días de trabajo.

La STPS reconoció que el retorno a la vida laboral en campo de las mujeres tendría que ser evaluado, ya que en su mayoría son las encargadas de la supervisión escolar en casa y su ausencia implicaría retrasos académicos, así como el evidente peligro de dejar a menores solos en casa.

Aunque la “Nueva normalidad” pretende ser la antesala a la reactivación económica y social, podría resultar un “golpe al avispero” para la enfermedad pues el propio gobierno reconoció que habrá un repunte en los contagios y la capacidad hospitalaria.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dijo que el confinamiento ya está siendo insostenible social y económicamente, por lo que esperan que los protocolos que se implementen, contribuyan a la contención.

“En el momento en que empiece la reapertura vamos a tener experiencias de rebrote, que quede muy claro, pero es imposible, indeseable, inconveniente, potencialmente muy dañino pretender que se puede mantener el estado de inmovilidad”, reconoció.

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