Héroes para la clase obrera
Durante los últimos meses, a raíz de la pandemia mundial provocada por el virus COVID-19, se ha estado haciendo una campaña mediática desde el estado y desde los medios de comunicación, que se basa en glorificar los trabajadores esenciales en héroes, a pesar de las pésimas condiciones por la falta de material, protección personal y carencia de información.
Son muchos los trabajadores y trabajadoras que actualmente se están visualizando en el imaginario colectivo como héroes y heroínas. Se trata de las personas que trabajan a sectores esenciales, como la sanidad, el amplio abanico del sector social, la ciencia, la alimentación, los servicios de limpieza, entre otros. Estas personas están haciendo durísimas jornadas laborales, con pocas o en algunos casos, ninguna medida de seguridad óptima para la situación, después de recortes en personal, en los suyos sueldos y básicamente en condiciones laborales.
Es importante remarcar que no es lo mismo ser un héroe para la clase trabajadora que para el estado y el capitalismo. Evidentemente son héroes y heroínas en muchos sentidos: todas son esenciales en esta crisis, salvan vidas a pesar de las precarias condiciones a las que son expuestas, se encargan de que no se acabe el abastecimiento de alimentos y productos básicos, realizan jornadas incansables buscando vacunas, haciendo pruebas, exponiéndose al virus, limpiando la ciudad, limpiando y sanitizando los hospitales y los centros de trabajo, haciendo que el transporte se mantenga, despachando el combustible que permite la movilización vehicular, atendiendo la ventanillas bancarias, cuidando de las personas en situación vulnerable, entre otras.
Muchas de estas personas están sometidas a contratos a tiempo parcial, temporales, salarios bajos y un largo etcétera. Es decir, a un año de entrada en vigor la nueva Reforma Laboral y las modificaciones a la Ley Federal del Trabajo, a ellos no les han llegado las bondades de la referida Reforma.
Es difícil no emocionarse con las muestras de apoyo que la ciudadanía les brinda a estas personas. Son una forma de agradecimiento público por la difícil tarea que están llevando a cabo las trabajadoras, en especial al sector sanitario, un agradecimiento desde la clase trabajadora y hacia la clase trabajadora. No obstante, si los aplausos se quedan solo en esto, de nada nos servirán.
El hecho de que el gobierno trate a los trabajadores como héroes, hace que esta imagen penetre al imaginario colectivo, deshumanizando su profesión y alejando el foco de la situación en la que se encuentran y que ya han denunciado muchos de ellos.
Con la llegada al gobierno de la 4t y en aras de combatir la corrupción, se han realizado recortes al por mayor, en algunos casos diríamos sin ton ni son. Ahora en plena pandemia estamos padeciendo las consecuencias de estos recortes, todavía el año pasado el gobierno federal hablaba de recorte de personal del sector salud, recorte presupuestal a la ciencia y la investigación.
Tenemos escasez de personal en atención a la salud mental, y la psicología.
Durante estas semanas muchas personas han perdido familiares y han necesitado atención psicológica, personal del sector salud se han vuelto expuestos a situaciones durísimas y han necesitado acompañamiento psicológico. Además, ya se empiezan a hacer algunas predicciones sobre el grave impacto en la salud mental que nos dejara la crisis sanitaria del COVID-19, y la posterior crisis económica.
No basta que la sociedad reconozca a estos sectores como héroes, para darles ese trato es necesario que el gobierno se desprenda de su austeridad republicana y sin regateo destine los recursos económicos necesarios para atender esta contingencia. Todas estás personas deben sentirse protegidas.
De igual forma el capital debe garantizar, por lo menos, la estabilidad laboral de sus empleados, no van a perder nada, al contrario, están invirtiendo en quienes de siempre les han dado a ganar, además se tendrán que dar nuevas formas en la relación laboral que contemple este tipo de eventualidades.