Tata Martino da marcha atrás… por ahora
La quincena pasada (RS, edición 28) le platicaba a usted que el Tata Martino le había ofrecido a Iván Marcone incorporarlo a la Selección Nacional si se naturalizaba mexicano. Muchas voces en contra se levantaron, pero inteligentemente, Martino, lanzó una convocatoria llena de jóvenes nacidos en nuestro país y declaró: “Si a 30 días de ser técnico de México uno de mis puntos de partida es la naturalización de futbolistas, estaría empezando mal mi trabajo.
Yo tengo que pensar en los jugadores que tengo disponibles y empezar a trabajar con ellos”, lo cual tranquilizó las aguas, pero esto es momentáneo, porque varios jugadores recién nacionalizados o en proceso de naturalización, sabedores que muchos de los aztecas que juegan en Europa van de salida, están inquietos por ponerse la camiseta verde. Rogelio Funes Mori, del Monterrey, ha sido el último y ya dijo que si lo convocan, acudiría a la FIFA, porque tiene un impedimento: En 2011 jugó con la Selección Argentina Sub 20 en el Torneo Sudamericano, el cual es oficial.
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Por lo tanto, no se descarta que el Tata llame a algún o algunos extranjeros, lo cual no está mal, pero habría que abundar en la valiosa reflexión de la comentarista de Fox Sports, Marion Reimers, acerca de qué queremos para el Tri: 1) Una escuadra conjuntada por jugadores mexicanos que muestre lo mejor del futbol nacional y obtenga logros en los eventos internacionales o 2) Una escuadra diseñada para obtener títulos sin importar si está compuesta por futbolistas nacionales y naturalizados que obtenga logros en eventos extranjeros.
De la respuesta a esta pregunta, estará la solución a la duda de incorporar o no a extranjeros que decidieron abrazar la nacionalidad mexicana. Pero a ver si no nos pasa lo que decía el poeta Mario Benedetti: “Cuando creíamos tener todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas”.
LO QUE ARES DE PARGA QUISO DECIR…
Desafortunada declaración del presidente de Pumas, Rodrigo Ares de Parga, quien dijo que la idea en el equipo es que dentro de dos años hubiera el capital suficiente para poder comprar “jugadores de a de veras”, lo cual sin duda alguna causó malestar al interior de la escuadra felina.
Mire usted, de sobra es sabido que los del Pedregal no cuentan desde hace rato con recursos económicos para entrar en el recinto sagrado de quienes abren generosamente la cartera para realizar adquisiciones costosas, como lo hacen Rayados, Tigres o Águilas, incluso, han tenido que deshacerse de elementos valiosos como Josecarlos Van Rankin, Jesús Gallardo, el “Chavo” Alustiza o Nicolás Castillo, por nombrar algunos.
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Pero pienso que lo que realmente quiso decir es que en un par de años, esperaban contar con “el dinero suficiente de a de veras, para comprar jugadores”, nada más que acomodó mal las palabras en su declaración. Luego pidió disculpas al señalar que no intentó jamás –y le creo- minimizar la calidad de sus jugadores actuales.
Bueno, ya estoy como Rubén Aguilar, aquél vocero de Vicente Fox que en el sexenio 2000-2006 decía: “Lo que el presidente quiso decir es…”. Sin embargo, lo que realmente sucedió, es que los muchachos universitarios se pusieron la pila y a los dos días saltaron a la cancha de Ciudad Universitaria para derrotar al América, lo cual no hacían en los últimos 13 juegos que se enfrentaron. Les picaron el orgullo…
PIOJO ATACADO
Y a propósito de ese juego, al terminar el cotejo, Miguel Herrera, técnico americanista, abrazó a su homólogo de Pumas, Bruno Marioni y enfiló tranquilamente al vestidor, cuando un supuesto fotógrafo le dijo dos veces: “¡Perdedor!”.
El Piojo reaccionó de inmediato e inteligentemente llamó al inspector autoridad para delatar al personaje por lo que había dicho. De inmediato, el representante del orden le quitó la acreditación y se señaló que procederá una investigación acerca de la procedencia del sujeto y que nunca vuelva a acceder a la cancha.
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Quienes tienen el privilegio de cubrir para sus respectivos medios las vicisitudes en el campo, deben ser absolutamente respetuosos de los protagonistas independientemente de las preferencias que se tengan hacia determinado equipo y cumplir con el cometido encomendado. Yo he tenido el honor de compartir los alimentos con Miguel Herrera como producto de mi labor periodística y puedo asegurarle que es un tipazo que no merece ser agredido de ninguna manera.
¿Le parece que usted y yo nos leamos dentro de quince días?
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