Vamos al teatro

En el monólogo “Una vez nunca más”, Carlos Álvarez encarna a Edgar Allan Poe

El actor, que llegó a la popularidad en series como “El Cuervo” y “Las Malcriadas”, se presenta con un rotundo éxito en el Foro Cultural Bellesecene, y será parte del elenco de una producción de Televisa sobre el Movimiento Estudiantil de 1968

Un comandate corrupto y malcriado. Un poeta atormentado. Un líder político que cría cuervos en el mundo del futbol. Todo eso y más ha sido el actor Carlos Álvarez con tal de reflejar la vida, que es el sueño por el que decidió dedicarse a la actuación. Y como consecuencia natural, ha conseguido también “ser visto”, ya que después de 33 años de trayectoria, en los que ha hecho teatro, cine y televi­sión, ha llegado por fin al punto en que la gen­te lo reconoce en la calle y le pide autógrafos.

Pero es necesario aclarar que “ser visto” no viene de un interés por la fama, sino una conse­cuencia de su trabajo y, en última instancia, parte de su historia familiar.

“Soy hijo de padres ciegos, entonces ahí está la interpretación psicológica de por qué busco ser visto y también explica, por otro lado, mi fascinación por la fotografía”, asegura.

Este afán por la actuación lo llevó a estu­diar teatro con Ludwik Margules, Héctor Men­doza y Raúl Quintanilla. De manera natural, hizo mucho teatro en Bellas Artes, televisión con HBO (actuó en los 13 episodios de Ca­padocia) y cine (trabajó en cortometrajes de Alejandro González Iñárritu y Carlos Cuarón y en películas como “Cristiada” con Andy García y “Sin remitente”, por citar algunas).

En 1996 entró a TV Azteca participando en telenovelas como “Nada personal” y El candi­dato” pero hace un par de años ganó notoriedad con “La Fiscal de Hierro” y de ahí se ligó con “Las Malcriadas”, en donde desarrolló el personaje del comandante Magaña, policía al servicio de la villana, interpretada por Rebecca Jones.

Después de 30 años de carrera tengo un per­sonaje que se hace memorable. A la gente le gusta mucho porque me dieron chance de hacerlo hablar de manera realista, con groserías. Es un personaje tremendo, misógino, homofóbico. Creció mucho”, afirma.

Pero este camino a la fama comenzó a los 16 años, cuando ingresó a la compañía de teatro se­miprofesional Julio Taboada, que era dirigida por uno de sus hijos, Adrián Taboada, quien le regaló el libro “Un actor se prepara”, de Constantin Stanis­lavski.

“Ese libro me encaminó hacia la utopía de dedicarme al arte, algo que es muy difícil por las condiciones que vivimos en este país”, recuerda Álvarez 30 años después y colocado ya no en una utopía, sino en la realidad de haber sido uno de los personajes centrales en la telenovela “Las malcria­das”, en la serie “Club de Cuervos”, y en el monó­logo teatral “Una vez NUNCA MÁS”, dice en entrevista.

Él sabe que el reconocimiento que goza se debe sobre todo a su trabajo en los dos prime­ros. “La televisión me permitió finalmente aso­ciar mi nombre a la imagen. Lo reconozco: me encanta que me vean, que la gente reconozca mi trabajo. Tristemente eso no sucede en el teatro. Sí, es muy grato que en las obras te vean 5 ó 300 personas y que salgan conmovidas del foro, pero la satisfac­ción de que la gente prenda la tele y te vea es algo distinto”.

Por eso combina ambas cosas. “Mi verdadera pasión es el teatro”, dice cuando tiene que elegir. “Todo en lo que he participado me ha dado algo de mi formación. No voy con la idea de que el teatro se tenga que sufrir; esa cuestión le ha hecho mu­cho daño al actor. Entiendo que la actuación debe ser diversión, me identifico con esta idea de que actuar en inglés es play”.

Esta filosofía marca el monólogo que actual­mente presenta todos los jueves en el Foro Cultu­ral Bellesecene, ubicado en la calle Zempoala 90, colonia Narvarte.

Dirigido por Alejandro César Tamayo, Carlos Álvarez se pone en la piel de Edgar Allan Poe (su capacidad camaleónica es una de sus mayores virtudes) para, a partir del poema “El Cuervo”, plantear al espectador preguntas sobre la eterna dualidad de la vida y la muerte, la oscuridad y la luz, el bien y el mal, agonía y éxtasis. “Al final des­cubrimos que van de la mano: para valorar una, debes haber padecido la otra. Es una obra a través de la fusión de 3 poemas y 3 cuentos salpicados con detalles de su tormentosa vida”.

El monólogo ha estrenado temporada con fun­ciones todos los jueves a las nueve de la noche, y estará en cartelera hasta el próximo 29 de marzo, pero se presentó por primera vez hace 5 años y suma ya más de 100 representaciones.

Próximamente, Carlos Álvarez regresará a la pan­talla chica con Televisa, empresa en la que también trabajó en los años ochenta y hasta principios de los noventa; pero ahora con una nueva encomienda que lo pondrá en el ojo del huracán: la serie sobre el movi­miento estudiantil de 1968 en México.

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