Osorio ante el dilema del quinto partido
Menuda rabieta realizó el técnico nacional Juan Carlos Osorio, cuando el pasado 25 de marzo su homólogo croata anunció que seis jugadores serían dados de baja del juego amistoso contra México: Daniel Subasic, Luka Modric, Mario Mandzukic, Ivan Perisic, Marcelo Brozovic y Nikola Kalinic. Si se analiza frío, lo que hizo el entrenador fue precisamente unas “rotaciones” en su conjunto, lo que Osorio ha recetado a sus propios futbolistas, rivales deportivos, medios y afición en general. Ahora supo lo que se siente.
El técnico de la escuadra azteca respondió con este berrinche: “Considero darle la oportunidad a tres de nuestros jóvenes, igual que como ellos piensan a futuro, nosotros también. Cabe pensar que Edson Álvarez, Jorge Hernández, Omar Govea, en el propio Jonathan Dos Santos y ya veremos en el once que pondremos en el campo y nos va a dar la oportunidad de competir contra un equipo que respetamos mucho a pesar de sus bajas”. Mal razonado. Si Croacia se había llevado seis titulares, a tres meses de iniciar el Mundial, el técnico debió alinear a su primer cuadro, para armar conjunto. Él prepara a su seleccionado para un magno evento deportivo y no debe importarle los nombres que le pongan enfrente.
Las proverbiales “rotaciones” de Osorio han creado un extraño efecto en la Selección Mexicana. Nadie sabe a qué juega, se ignora el planteamiento táctico que propone, se desconoce quiénes son los titulares, pero de una forma u otra, el equipo gana. Calificó con brillantez y sin dificultades en comparación por ejemplo a los Mundiales de 2002 y 2014 donde nos encontrábamos al borde de la eliminación. Sin embargo, en 45 juegos distintos, jamás se ha repetido una alineación y esto en verdad que es muy raro, tal vez se trate de un récord en el balompié mundial, habría que investigarlo.
Ahora, si se considera que el fútbol es un juego de conjunto, o como su misma denominación señala “fútbol asociación” es lógico suponer que debe existir una regularidad en el equipo y pongamos dos ejemplos: 1 ) El Campeonísimo Guadalajara de los años 50 y 60 jugaba por nota, Sabás Ponce relataría al diario “Esto” el 1 de octubre de 2013: “Me decían “La Hormiguita” porque era el enlace en la media cancha, el cerebro, el que trabajaba surtiendo balones, volteaba a todos lados sin ver a nadie, pero ya sabía a dónde estaban. Éramos un gran equipo”. 2 ) Alberto García Aspe, ahora comentarista, acaba de declarar que en aquella magnífica Selección Nacional de los años 90, todos sabían a qué jugaban y dónde estaban ubicados en el terreno de juego. Entonces, lo que quiere decir es que el secreto del triunfo es que se repitan las alineaciones, lo cual no se ha hecho en este proceso.
No hay que omitir que los jugadores han sido responsables y hasta cierto punto cómplices en todo esto, pues nadie ha externado insatisfacción al no jugar continuamente, tal vez por miedo a represalias del técnico. Todos dicen de dientes para afuera que esto genera “competitividad”, lo cual no es cierto, porque una competencia se hace para que alguien gane y por tanto, que obtenga el puesto, lo cual no ocurre. La única referencia que conocemos, es la de Miguel Fraga, portero del Atlas, convocado para la Selección en 2017, quien dijo el 1 de agosto de ese año que el profesor no realizaba interescuadras en los entrenamientos y con eso se dice todo, ya que en los interescuadras el equipo titular se conoce, coordina sus movimientos y cierra filas, pero aquí no sucede esto.
Si Juan Carlos Osorio llega al sexto partido, -el quinto México ya lo alcanzó en 1986-, entonces habrá que compararlo con los grandes técnicos mundialistas del tamaño de Sepp Herberger quien inventó el esquema de la “WM” y obtuvo el Mundial de 1954 al derrotar contra todo pronóstico a la aplanadora húngara; o bien, a Rinus Michels que con la “Naranja Mecánica” revolucionó en 1974 el balompié mundial e hizo nacer el “Futbol Total”, porque Osorio, con un esquema de rotaciones donde no hay titulares definitivos, creó un novedoso sistema en el que los juegos se plantean según la capacidad del rival, bajo un claustro de 23 disciplinados seleccionados quienes saben que siempre jugarán de acuerdo a las características que posean y además, todos ellos estarán contentos y a brazo partido con su técnico.
Ojalá así sea. Mientras tanto, usted y yo ¡nos leemos dentro de 15 días!
El secreto del triunfo es que se repitan las alineaciones y el entrenador.