La temperatura y condiciones ambientales en las que un trabajador desarrolla su actividad puede alterar la productividad y también poner en riesgo su salud.
Mucho calor, mucho frío, fuertes vientos, sequedad en el ambiente, humedad o lluvia, una o la combinación de dos o más deben ser consideradas como riesgos por parte de los patrones para ofrecer la protección necesaria a la planta laboral, así lo consideró Armando Villegas, especialista en seguridad e higiene laboral.
“En ciudades lo más común es que veamos a quienes entran a las cámaras de refrigeración con chamarras tipo esquimales, pero poco se habla de quienes están en cocinas con hornos a altas temperaturas, los equipos de emergencia que en un día de lluvia intensa, con granizo y frío, deben entrar a las zonas inundadas a rescatar a alguien, ellos se mojan y enfrían, es parte de su trabajo pero también es un riesgo para su salud mental y física”, indicó.
La Norma Oficial Mexicana NOM-015-STPS-1994, relativa a la exposición laboral de las condiciones térmicas elevadas o abatidas en los centros de trabajo indica que la temperatura corporal del trabajador medida en la cavidad oral, no debe exceder del valor de 38 grados centígrados, y si eso sucede debe ser retirado por el patrón de su puesto de trabajo y con propósitos preventivos, puesto en observación.
Detalla diferentes escenarios y mediciones térmicas que podrían presentarse y el daño que podría causar a los trabajadores, tanto en calor como en frío.
Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo advierte en especial sobre el trabajo en climas calurosos, esto como resultado del cambio climático y también por la mala gestión de los patrones en las condiciones laborales que ofrecen a su equipo.
En el estudio titulado “Trabajar en un planeta más caluroso: el impacto del estrés por calor en la productividad laboral y el trabajo digno”, indica que ante el aumento en la temperatura los empleados estarán sometidos al estrés por calor y con ello se reducirán los niveles de productividad global equivalente a 80 millones de personas trabajando a tiempo completo en una proyección al año 2020.
Se estima que para el año 2100 la temperatura global se elevará en 1.5 grados y el 2.2 por ciento de las horas laborales se perderían debido al calor extremo siendo la agricultura el sector más afectado. Otros sectores afectados serían la construcción, que inevitablemente se hace en exteriores, trabajos de reparación, transporte, turismo y algunos sectores de la industria.
“El impacto del estrés por calor en la productividad laboral es una consecuencia grave del cambio climático que se suma a otros impactos adversos, como los cambios en los patrones de la lluvia, el aumento del nivel del mar y la pérdida de biodiversidad”, dijo Catherine Saget, jefa de la Unidad del Departamento de Investigación de la OIT.
¡Qué frío!
El trabajo en frío extremo en exteriores se presenta con aquellos que están en zonas montañosas altas en donde las bajas temperaturas, neblina y hasta nieve provocan una sensación térmica de menos de cero grados.
Las actividades más comunes son las de vigilantes, policías, personal médico y veterinario, entre otros.
El equipo de protección que comúnmente las empresas otorgan al personal consta de uniformes, chamarras, pantalones y botas, elaborados con telas gruesas y forros térmicos que ayudan a mantener la temperatura corporal ideal. En algunos casos se complementan con gorros y guantes de la mismas características.
“Los uniformes para frío son indispensables para proteger la salud del personal aunque los trabajadores generalmente los complementan con ropa propia, con la ingesta de bebidas calientes, protegiéndose lo más posible de espacios en donde el frío sea menor”, indicó Villegas.
La resistencia del cuerpo a las bajas temperaturas es limitada ya que el cuerpo utiliza gran parte de su energía para mantenerse templado y a la vez, debe enfocarse en poner atención y desarrollar la actividad laboral que se requiera, lo que coloca a la persona en el llamado estrés por frío.
El frío artificial también tiene consecuencias en la salud y productividad de los trabajadores. Éstos se presentan en empresas procesadoras de alimentos como carnes o perecederos que requieren bajas temperaturas para la conservación de los productos.
Este tipo de empresas se pueden encontrar en cualquier lugar, incluso, en establecimientos comerciales cuentan con cámaras de frío para carnes y lácteos, ahí el personal ingresa y permanece por largos periodos.
La protección que las empresas ofrecen a los trabajadores son overoles, chamarras y a veces gorras, lo que los mantiene templados mientras están en las cámaras.
“Las chamarras con las que entramos a las cámaras generalmente son muy grandes, no sé si es para protegernos más o porque no hacen tallas pequeñas; a veces son estorbosas para los trabajos de desempaque de productos que hacemos, pero es la única forma de aguantar por mucho tiempo estar en ese tipo de frío”, explicó Claudia Sánchez, trabajadora de la tienda Sams Club.
Explicó que por reglamento no pueden pasar más de una hora dentro del espacio con bajas temperaturas, pero a veces la carga de trabajo los obliga a estar más tiempo.
“Al principio sufrí mucho y era muy lenta para trabajar con tanto frío, las manos las tenía congeladas, tenía que salir cada 10 minutos al pasillo para recuperar calor y volver a entrar. En esos días no pasaba tanto tiempo dentro. Poco a poco fui agarrando callo y ahora paso la hora completa sin problema, no es lo ideal, insisto, pero si es necesario, ya aguantamos todos”, añadió en entrevista para RS.
Los primeros síntomas del estrés son sentir mucho frío y tiritar, perder sensibilidad en manos y pies lo que lleva a un movimiento torpe o limitado de estos y el trabajo que desarrolla requiere movimiento de las articulaciones o motricidad fina, le genera problemas a la persona.
En casos extremos, en especial para quienes apenas se enfrentan a bajas temperaturas durante su jornada laboral, puede perder equilibrio, coordinación, estar confundido, hipotermia y hasta la muerte.
La NOM relacionada con el tema indica que los empleadores deben proporcionar a los trabajadores calentadores o carpas con calefacción. Considerar dentro de la jornada diaria tiempo para recuperar calor tras la jornada y durante ésta otorgar descansos para que los trabajadores recuperen la temperatura corporal.
Otro dato importante es el trabajo en pareja, para que no estén solos y en caso de que alguno presente síntomas de hipotermia el otro pueda ayudarlos y reportarlo para que reciba el apoyo necesario.
Las empresas deben realizar evaluaciones periódicas de las condiciones climáticas de las cámaras o espacios de trabajo, controles de protección y capacitación a los trabajadores sobre la forma ideal de trabajar en el frío
¡Qué calor!
El calor extremo también tiene implicaciones en los trabajadores. A diferencia del frío en el que es posible cubrirse y mantenerse a una temperatura templada, con el calor la ventilación puede aminorar la sensación térmica pero el cuerpo tiene que adaptarse a funcionar “calientito”.
Se estima que entre 4 y hasta 7 días son necesarios para que el cuerpo haga suya la temperatura ambiente, por lo que un trabajador que no esté acostumbrado al calor debe tener, al menos, esos días para aclimatarse.
“El periodo de aclimatación debe ser por lo menos de 6 días, iniciando con el 50 por ciento de la exposición total durante el primer día, siguiendo con incrementos del 10 por ciento diariamente hasta llegar al 100 por ciento de la exposición total el sexto día. Los trabajadores aclimatados que regresen de nueve días consecutivos de ausencia, deberán someterse a un periodo de aclimatación de por lo menos cuatro días. El periodo de aclimatación debe iniciar con el 50 por ciento de la exposición total el primer día, siguiendo con incrementos del 20 por ciento diariamente hasta llegar al 100 por ciento de exposición total el cuarto día”, estima la NOM 015.
En ciudades con climas áridos y mucho calor, cualquier trabajo en exterior implica la exposición al calor, el cual también genera estrés y lleva golpes de calor.
Quienes trabajan como conductores tienen la ventaja del aire acondicionado en las unidades, los que están en calle como policías o trabajadores de mantenimiento utilizan gorras y protectores que los ayudan a mantenerse a una temperatura más baja, la sombra de un árbol, de una estructura o un viento puede ser refrescante. Además, el calor extremo solo ocurre durante algunas horas del día, conforme el sol está en su esplendor durante el día.
Sin embargo, el calor extremo y complicado de sobrellevar laboralmente es el de sitios cerrados, con poca ventilación como una fundidora, panadería, entre otras.
Los trabajadores que tienen padecimientos previos, se pueden agravar con el calor como los dolores musculo-esqueléticos, enfermedades respiratorias, y todo empeora más conforme es más avanzada la edad de la persona.
Los síntomas que presentan aquellos a quienes el calor dentro de su jornada laboral ya está causando daños en su salud son la irritabilidad, que en el contexto laboral deriva en conflictos entre compañeros, con superiores y baja productividad ya que una persona irritada pierde la motivación para trabajar; también se pueden desmayar, dolor de cabeza, sudoración excesiva, calambres, dolor de cabeza, enrojecimiento y sequedad en la piel.
El escenario se puede considerar grave cuando el trabajador presenta cambios en el ritmo cardiaco, calambres fuertes, dolor de cabeza severo y problemas para respirar, ya sea estrés por calor o golpe de calor, cualquiera de los dos pone en peligro la salud de la persona.
Otros peligros laborales debido a las altas temperaturas son los accidentes en los centros de trabajo ya que las personas dejan de estar cómodas con su cuerpo y no están totalmente concentrados.
Las recomendaciones para este tipo de situaciones es tomar al menos una taza de agua cada 15 minutos, descansos periódicos y reducción en la actividad física, horarios de trabajo con descansos continuos, en estaciones frías o con sombra, con agua fría disponible para que el trabajador nivele su temperatura; programar las actividades que requieren mayor esfuerzo físico para las horas más frías del día.
El clima templado es para muchos el ideal para trabajar ya que no distrae al organismo en regular la temperatura y la energía se concentra en las actividades físicas o mentales que requiera la ocupación; sin embargo, una dosis de calor, frío, viento y hasta lluvia puede ayudar a cambiar la perspectiva de un día monótono, así como la dinámica diaria, concluyó Armando Villegas.