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¿5, 4, 3, Cuántos días se debe trabajar a la semana?

Advierten reducción salarial lo que impedirá disfrutar de más días libres

Con el regreso casi total de actividades presenciales en México tras el confinamiento por la pandemia de COVID19, volvió el debate sobre los días que se debería trabajar a la semana para equilibrarlos con un descanso adecuado y lograr una mejor productividad en la planta laboral.

La Ley Federal del Trabajo estipula jornadas de 8 horas diarias durante 6 días a la semana, lo que da un total de 48 horas de trabajo a la semana y sólo un día de descanso pagado; la posibilidad de trabajar menos días a la semana extendería los horarios en 10 o hasta 12 horas en los días laborales para completar las horas mínimas requeridas y el salario siga siendo el mismo.

Alfredo Suárez, analista en desarrollo humano, explicó que desde hace varios años se analizan diversos esquemas para que los trabajadores acudan menos días a su centros laborales, lo que reduciría costos en traslados, alimentos y gastos extras; teniendo a la vez al menos un día más de descanso lo que le permitiría recargar energía para ser más productivo en sus labores.

“Se han planteado esquemas 20 días de trabajo por 10 de descanso, 10 días de trabajo por cuatro de descanso o turnos 24/24 que funciona para vigilantes o personal de seguridad. No se ha podido concretar o generalizar nada porque para muchas empresas y para el mismo gobierno representa muchos ajustes administrativos ya que se debe buscar personal para cubrir al trabajador que está de descanso, ya que las empresas no pueden dar servicio en los esquemas planteados, las empresas tienen que funcionar todos los días, más las que se dedican a los servicios”, detalló en entrevista para RS.

El analista comentó que los esquemas de trabajo que permiten descansar más días al mes tampoco son tan atractivos para los trabajadores, en especial aquellos que tienen familia y las dinámicas de traslados y cuidados se basan en los días que trabajan los papás, así como en los sitios donde se encuentren los centros laborales.

“Hay trabajadores que optan por inscribir a sus hijos en escuelas cercanas a su trabajo para facilitar así dejarlos por la mañana y recogerlos por la tarde. Si se aplicara un esquema de 10 días de trabajo por 4 de descanso, forzosamente dos de los días libres o los cuatro completos serían entre semana, pero como el hijo va a la escuela por el trabajo, hay que ir de todas formas a la zona, lo que ya anuló el supuesto ahorro y descanso que se buscaba.

Obviamente, si son trabajadores más jóvenes, sin hijos o alguna otra responsabilidad fuera del trabajo, los días de descanso los aprovecharía más, aunque no siempre contará con su entorno disponible como amigos y familia, quienes tal vez sigan en un esquema tradicional de 6 días de trabajo por uno de descanso. La realidad es que le hemos encontrado más problemas que ventajas”, señaló.

Analistas, empresarios y el propio gobierno se han manifestado en algún momento en torno al tema y coinciden en que para México el esquema más viable sería el de 4 días con jornadas de 10 horas, dando un total de 40 horas y tres días descanso; sin embargo aún se ve lejana la posibilidad de ponerlo en marcha.

El esquema de trabajo de 5 días más dos de descanso tiene sus orígenes en 1926 cuando Henry Ford instaló una semana laboral de 40 horas, lo que representaba 8 horas por día, pero no por darle un descanso o bienestar a los trabajadores, sino para que consumieran y la economía creciera. Al poner en marcha la iniciativa identificó que la producción era exactamente la misma que cuando tenía a sus empleados 50 horas en la fábrica, con los respectivos gastos en las instalaciones que la empresa tenía que absorber, por lo que se quedó establecido el tiempo de trabajo semanal, teniendo a los trabajadores felices por el supuesto descanso concedido y él podía reducir los gastos en la operación diaria.

Cada país fue adaptando las jornadas conforme a las necesidades de las empresas y los gobiernos, aunque el INEGI señala que quienes se exceden de las jornadas diarias son quienes trabajan en la informalidad.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo realizada por el INEGI indicó que el 55 por ciento de quienes tienen trabajos informales están más de 48 horas a la semana en sus trabajos; mientras que los contratados por empresas formales el 27.42 por ciento también rebasa el horario establecido en la ley.

“No a todos nos gustan los días que tenemos que trabajar y descansar, y si se busca un verdadero cambio tendrán que ser los mismos trabajadores quienes impulsen las modificaciones legales, de otra forma será imposible”, advirtió Suárez.

PAÍSES REPORTAN BUENAS EXPERIENCIAS

Un reporte presentado por el Foro Económico Mundial destaca que 30 empresas del Reino Unido pusieron en marcha un proyecto piloto durante seis meses en los que la semana laboral sería de cuatro días.

Empresas como Microsoft en Japón y Unilever en Nueva Zelanda también lo aplicaron y han visto beneficios en el equilibrio entre la vida laboral y la personal de los empleados en hasta el

40 por ciento.

Islandia, España, e Irlanda también han aplicado pruebas piloto de reducción de días laborales con buenos resultados, aunque éstos se vieron interrumpidos con la llegada del COVID19, pues al cambiar la modalidad de trabajo a homeoffice, las dinámicas ya no fueron las mismas.

El Foro Económico Mundial puso en marcha la iniciativa titulada “Prepararse para el futuro del trabajo” con el que busca el reentrenamiento y la mejora de las competencias en los trabajadores para que haya nuevas líneas de trabajo y una redistribución inteligente del capital humano en las empresas.

ADIÓS A LAS “HORAS NALGA”

Alfredo Suárez comentó que otro punto a considerar en la reducción de días laborales a la semana es la productividad, ya que al haber menos tiempo en acción, los resultados deben ser los mismos o mayores.

“Una persona puede trabajar 8 horas o más al día y ser poco productiva, lo que practican la llamada coloquialmente ‘hora nalga’ que consiste en únicamente hacer presencia en el centro laboral pero no dedicarle tiempo y esfuerzo a conseguir los objetivos o metas establecidas”, dijo.

Frente a ello, están los que se aplican al 100 por ciento y en menos de ocho horas hacen su trabajo y más, situación que fue muy evidente durante el confinamiento por el COVID19, ya que muchas empresas condicionaron el trabajo en casa a cambio de que los resultados fueran iguales o mejores que en la presencialidad “ahí muchos sacaron la casta”, aseguró el analista en desarrollo humano.

Dijo que para lograr un buen funcionamiento de las jornadas reducidas las empresas tendrán que aplicar evaluaciones o estar en constante monitoreo de la productividad, lo cual suena bien a la distancia, pero para muchos trabajadores significa acoso y se convierte todo en un círculo sin salida. Jornadas largas en sector médico, un riesgo para doctores y pacientes

Un sector laboral con jornadas extenuantes que los ponen en riesgo a ellos y a los demás, es el médico, en especial de quienes realizan residencias, especializaciones o hacen guardias nocturnas en hospitales.

“Entramos a las 6:30 de la mañana, cubrimos el turno normal hasta las 6 de la tarde, 11 horas y media; pero nos ligamos a la guardia nocturna despiertos toda la noche viendo a los pacientes, al siguiente día, terminamos a las 6 de la mañana y a las 6:30 arrancamos con el nuevo turno del día, cuando acaba ese día, ya podemos regresar a casa. Así son los esquemas de residencias médicas en México”, compartió Lorena, residente de cirugía.

Aunque el gremio médico conoce lo sacrificada que es la profesión y las jornadas largas que tienen que cumplir como parte del entrenamiento para especialidades o por las plazas que han encontrado disponibles, como son las nocturnas, el problema se agrava cuando al estar cansados, sin sus cinco sentidos en total alerta, son los encargados de la atención médica de emergencia.

“Sí nos ha pasado que nos caemos de sueño durante el turno, si no hay tantas personas hospitalizadas podemos ir a dormir un par de horas, pero sirven de poco, vivimos tomando café y sí llega un momento del día en el que la atención médica que damos, ya no es la mejor”, comentó la doctora.

En países europeos los nuevos médicos se han rebelado contra los horarios inhumanos para su práctica en hospital y han logrado reducir las jornadas a cierta cantidad de horas que les permite seguir aprendiendo y dar una atención de calidad a los pacientes.

REDUCCIÓN DE DÍAS LABORALES MEJORA LA SALUD MENTAL

La salud mental es un tema que urge atender ya que los trabajadores viven sometidos a altos niveles de estrés dentro del centro laboral y aunque tengan días de descanso, los que sean, si al regresar a sus labores es un infierno, de poco le habrá servido desconectarse, advirtió Alfredo Suárez.

La Organización Mundial de la Salud ha advertido sobre el llamado burnout al que consideran un trastorno de gran relevancia que presentan muchos trabajadores, el cual consiste en un mal manejo del estrés acumulándolo y convirtiéndose en una limitante en la manera de desarrollar las asignaciones, mal humor, cansancio permanente.

Señala que trabajar más de 48 horas a la semana trae impacto negativo también en el área psicosocial de las personas pues les queda poco tiempo para convivir con amigos o familia, estrés, apatía a hacer cosas, que sin atención adecuada desencadenan cuadros de ansiedad y depresión.

Entre los daños a la salud física de las personas por trabajar jornadas largas durante 5 o 6 días a la semana destaca el cardiovascular ya que han podido asociar cardiopatías isquémicas

con aquellos que trabajaban jornadas largas, así como riesgo de infarto al miocardio y desarrollo de la hipertensión arterial.

Aunque no todos los trabajos requieren que las personas estén sentadas, la OMS calcula que el 70 por ciento realiza su jornada laboral con poca movilidad corporal, lo que abona a la obesidad, falta de actividad física y hasta pérdida de flexibilidad o movilidad plena del cuerpo.

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