Frente a la parálisis laboral derivada de la pandemia del coronavirus, un amplio grupo social de trabajadores viven lejos del temor y cerca de los riesgos.
Ahí están sin importarles las fatales consecuencias que puedan enfrentar, ni las condiciones que permitan evitar los riesgos generales en los que se ven involucrados por el ejercicio de sus labores.
Empleados públicos de hospitales, limpias y transportes, jardinería, seguridad pública, bomberos, centros penitenciarios, panteones, funerarias, alumbrado y muchas otras dependencias a nivel nacional que arriesgan la vida.
No obstante la identificación de amenazas y peligros, en la valoración de riesgos, se ignora o se carece de los controles de peligro.
Los diagnósticos, en diversos sectores, no determinan cuál es el grado de exposición y vulnerabilidad, ni generan las estrategias administrativas y operativas para identificar, valorar y establecer los diferentes factores de inseguridad.
Ejemplo tácito es el de la basura generada por instalaciones hospitalarias, hogares y desechos generados en comercios, industrias, restaurantes, bodegas, centros de abasto y de producción.
Tan solo en la Ciudad de México cerca de 35 mil trabajadores de limpias (15 800 de base, 10 mil no sindicalizados y cerca de 9 voluntarios) diariamente están en contacto con desechos de alta, baja y mediana peligrosidad de contagio.
A pesar de las limitadas condiciones y recomendaciones que contribuyan a preservar las condiciones de salud y seguridad en el trabajo, día con día se entregan a la recolección de basura.
En la capital del país diariamente se recogen 17 mil toneladas de basura, en la cual deben incluirse desechos tóxicos, desechos químicos, material hospitalario de alto riesgo y otros residuos que deben tener un manejo especial.
Para su transportación y traslado se cuenta con un promedio de 2 800 camiones y casi 50 mil carritos que todos los días recorren la ciudad calle por calle.
En el pasado reciente, el gobierno capitalino tuvo que enfrentar las consecuencias de un desfalco por el cual no se entregó vestuario ni equipo de seguridad a quienes tienen como misión mantener limpia la ciudad y los hogares, en claro perjuicio para la sociedad.
Hay tres tipos de basura: la basura residencial, o basura por individuo o habitante que desecha en los hogares.
La domiciliaria compuesta por la suma de las basuras que se generan en los hogares, a la que se agregan los desechos de oficinas, comercios y otros establecimientos.
La basura urbana, que comprende los dos tipos anteriores más los desechos de origen industrial.
Sobra decir que la basura sugiere suciedad, falta de higiene, mal olor, desagrado a la vista, contaminación, fecalismo, turbiedad e impureza
Por su parte, el servicio de limpia del GDCMX enfrenta que los programas de recolección y separación de los residuos actualizados, no son respetados por la población.
Hacen caso omiso de prácticas que teóricamente funcionan hace más de una década.
Tampoco puede ignorare que los rellenos sanitarios, se ejemplifica claramente la ausencia de autoridad al proliferar la pepena, los olores desagradables, la fauna nociva y los incendios que dan como resultado que el suelo quede inutilizado para usos agrícolas, los mantos acuíferos sean infectados por la migración del lixiviado, que es líquido que forma la basura en su contacto con agua.
El problema de la basura en la ciudad de México puede ser abordado desde el punto de vista cultural y educativo.
En opinión de Julio Miranda, integrante del Directorio integrado para reponer la elección de la dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX) y antiguo integrante de la Sección 1 de Limpias y Transportes, sus compañeros se juegan la vida.
Precisa:
Todos necesitamos ser reconocidos, es una cuestión innata del ser humano, necesitamos cariño y respeto.
El reconocimiento laboral, agrega, produce una satisfacción personal que hace que el trabajador sea más feliz desarrollando su trabajo y en su vida en general.
Es importante que los trabajadores sepan que su trabajo es reconocido y que su aportación es necesaria para la sociedad y que por su desempeño merecen darles un aliciente.
No me estoy refiriendo a un reconocimiento que se limite a incrementos salariales o premio cuantiosos. Tampoco se trata sólo de dar palmaditas en la espalda o de poner la foto del empleado del mes. Me refiero a la necesidad que tenemos los trabajadores de sentirnos apreciados, no ignorados.
Es necesario que el trabajador tenga una retroalimentación constructiva y un reconocimiento edificante e inteligente que aprecie las tareas desempeñadas. Sólo habría que imaginar qué sucedería si mis compañeros no recolectaran la basura que diariamente se producen en la ciudad durante estos días difíciles.
Y especifica: La falta de reconocimiento en el trabajo es uno de los problemas que genera desmotivación.
RESIDUOS PELIGROSOS
Los residuos peligrosos se generan principalmente en la industria y servicios, aunque en los hogares también existe una contribución importante.
Su composición es muy variada, e incluye sustancias orgánicas e inorgánicas.
Su producción está muy dispersa en el Área Metropolitana, lo cual dificulta su control y la logística de acopio, recolección y transporte.
De manera frecuente los residuos se encuentren mezclados entre sí, o con otros materiales no peligrosos, lo que incrementa significativamente su volumen, dificulta su transporte y los procesos de tratamiento y estabilización.
En el fondo, una importante proporción de la generación de residuos peligrosos está asociada con un mal manejo de inventarios, por sobre existencia de materia primas y almacenamiento de productos fuera de especificación.
Además en la industria se generan vicios en la operación de los procesos industriales, como la deficiente capacitación del personal, la falta de estandarización de procesos y la carencia de programas de mantenimiento preventivo y correctivo.
Con frecuencia, estos residuos se encuentran almacenados en los patios de las industrias, lo que representa para estas tanto problemas de operación como una subutilización de espacios, además de riesgos ambientales.
Entre los giros industriales que producen los mayores volúmenes de residuos peligrosos, destacan la industria química, fundidora, metalmecánica, textil, artes gráficas y galvanoplastia.
A nivel nacional se calcula que se producen más de 200 mil toneladas de residuos industriales por día, y que la mayor parte de los industriales, incluyendo a los dueños pequeños de talleres, los entregan a los servicios municipales de recolección, donde son mezclados sin ninguna precaución con la basura doméstica y son transportados a tiraderos a cielo abierto.
En diversas zonas de la República Mexicana el empleo de productos plaguicidas, cuyos residuos y los de sus envases constituyen un serio problema ambiental y sanitario, en particular cuando estos últimos son empleados para contener agua de bebida o alimentos.
Los residuos de la minería y de las actividades de extracción del petróleo se encuentran entre los más abundantes y por la ubicación territorial de estas actividades.
Representan problemas de diferentes grados de severidad, dependiendo de la vulnerabilidad de los sitios en los que se producen, en el caso de los primeros existen ciudades enteras que han sido constituidas sobre las montañas de residuos dejadas por alrededor de cuatrocientos años de minería.
Los residuos que reclaman mayor atención son los llamados residuos peligrosos: alimentos y fármacos no aptos para consumo humano, residuos generados en clínicas, laboratorios y unidades médicas, pilas, pinturas, patógenos y virus encontrados en la basura y en lodos de aguas negras.
Los llamados residuos peligrosos, por ser corrosivos, reactivos, explosivos, tóxicos, inflamables o biológico-infecciosos, no han podido ser regulados ni controlados eficientemente, a pesar de que existe tecnología conocida para ello.
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) produce anualmente alrededor de 587 mil toneladas al año de residuos peligrosos, lo que representa alrededor de 33 kilogramos al año por habitante.
Aproximadamente la mitad de estos residuos se generan en el Distrito Federal y la otra mitad en los municipios conurbados del Estado de México.
De esas 578 mil toneladas, únicamente el 12% se recicla, reusa, trata o confina, mientras que el resto se dispone en forma inapropiada, a través de descargas al drenaje o mezclados con residuos municipales, así como a través de quemas y tiraderos clandestinos.
Por regiones, la zona centro con la Ciudad de México genera 62% del total de los residuos del país. En cuanto al tipo de materiales que componen los desechos hay un cambio sustancial: hace medio siglo, 5% de la basura era material no biodegradable, y en la actualidad estos representan 50%.
Datos oficiales afirman que en 1997 la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) generaba 20 mil 166 toneladas de residuos sólidos, 11 mil 140 en el Distrito Federal y 9 mil 26 en los municipios metropolitanos del Estado de México, que corresponden a 1.04 kilogramos por habitante cada día.
La política en materia de residuos sólidos del Gobierno de la Ciudad de México va encaminada hacia la prevención y minimización de los residuos sólidos, a través de acciones, operaciones y procesos que permiten disminuir su cantidad en cada una de sus etapas: generación, almacenamiento, recolección, tratamiento y disposición adecuada.
Además, cuenta con un marco regulatorio actualizado y la coordinación interinstitucional de las áreas administrativas involucradas, bajo un esquema de supervisión y vigilancia.
Porque el manejo de residuos peligrosos cuenta con un alto grado de peligrosidad y riesgo si no son correctamente manipulados, por lo que es conveniente que se conozcan las medidas de protección y normas para su manejo y transporte.
De esta manera, fomenta una cultura ciudadana que contribuye a la reducción y reúso de los materiales que consume diariamente; la responsabilidad compartida del sector servicio, comercio y establecimientos mercantiles para la elaboración de sus planes de manejo, y la investigación científica y tecnológica para el aprovechamiento y la valorización de los residuos.
LA SOCIEDAD ESTÁ PRIMERO
En el proceso que se afronta derivado de la emergencia sanitaria que enfrentan países de todo el orbe, en México hubo una tardía respuesta para dar a conocer e implementar lineamientos estructurales del riesgo público a los trabajadores.
Hizo falta fortalecer los sistemas de prevención en riesgo público, Identificar los peligros que se pueden generar en diversas fuentes de trabajo.
Por eso, afirma Alejandro Mayén quien pertenece a la Sección 12 del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX) debemos rendir tributo a los trabajadores que arriesgan sus vidas prestando ayuda humanitaria a otros, así como apoyar a las personas afectadas por las crisis en todo el mundo.
La Sección 12 del SUTGDCMX, donde se agrupan los trabajadores de servicios médicos, es otro de los ramos donde tienen contacto directo con materiales tóxicos, radioactivos, químicos y otros más que significan un peligro.
En los servicios médicos también debe reconocerse el trabajo aportado por afanadoras, afanadores, camilleros, técnicos y personal que no cuenta con los insumos para dar una atención adecuada.
En la Ciudad de México hay 33 hospitales, 5 unidades médicas en reclusorios, 2 unidades de toxicología, clínicas y oficinas centrales, entre otras.
Prestan sus servicios casi 9 mil trabajadores sindicalizados y más de mil por honorarios.
A todos ellos, establece Mayén, debemos el agradecimiento porque junto con médicos y enfermeras ofrecen servicios de emergencia en esta etapa crítica que se ha derivado del COVID-19.
Todos mis compañeros, dice, conforman un equipo de trabajo en el que no se escatiman esfuerzos para servir a la sociedad.
Hablamos, agrega, de heroínas y héroes anónimos que trabajan al frente a la comunidad en los terrenos más difíciles y riesgosos.
Por tanto se quiere honorar los esfuerzos de todas y todos los asistentes que humanitariamente se unen a las personas más necesitadas.
Me refiero, comenta, a un gran número de aquellos que arriesgan sus propias vidas para salvar a otros. A menudo son las primeras en responder y las últimas en irse.
En el marco de la acción protectora, establece Mayén, todos los trabajadores como colaboradores fieles a nuestro compromiso en la protección y salud de las personas.
Y es que una gran parte del personal de los servicios médicos hacen presencia en casos de aislamiento o contagio de las personas trabajadoras que han contraído el virus COVID-19.
La asistencia sanitaria es responsabilidad de nuestros compañeros que pertenecen al servicio público de salud en su integridad, resume.
Debe tenerse presente que los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos.
En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
El coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por coronavirus COVID-19.
La aparición de la pandemia evidenció que la infraestructura existente es insuficiente y/o no cubre todas las necesidades de un manejo adecuado, situación que se traduce en un detrimento de la salud de la población.
FRENTE COMÚN
Ante la emergencia de salud pública que vive México y el mundo a causa de la enfermedad conocida como COVID-19, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) llamó hoy a conformar un frente nacional para enfrentar de una mejor manera, desde las instituciones de la República, la pandemia de coronavirus y sus efectos económicos.
Joel Ayala Almeida, informó que junto con las dirigencias nacionales que conforman la FSTSE, en particular con las de los sindicatos de la Secretaría de Salud y del ISSSTE, se determinó atender las recomendaciones y medidas implementadas por la Organización Mundial de la Salud, así como del Consejo de Salubridad General, para colaborar en la detención de las posibles afectaciones por la propagación del COVID-19.
El líder nacional de la burocracia, precisó:
“Tomamos la decisión de unirnos al llamado de los trabajadores adscritos en los centros hospitalarios y hemos hecho gestiones, en tiempo y forma, ante las autoridades correspondientes, para que quienes atienden de manera directa a los pacientes que presenten afectaciones por el mencionado virus, tengan todos los elementos indispensables de prevención, protección y seguridad médica, para reguardar su salud y bienestar”.
Ayala Almeida también informó que han insistido reiteradamente en que se cuente con los insumos necesarios en las unidades médicas del sector salud.
Como representantes de los trabajadores, nos mantenemos en una acción coordinada como partícipes directos en esta tarea. Del mismo modo, agregó estaremos atentos con el resto de los trabajadores que por la naturaleza de sus nombramientos deben mantenerse resguardados.
Agregó que esto significa una reiterada colaboración con las instituciones de la República y fundamentalmente con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El líder nacional de la FSTSE, expresó nuestro trabajo será un esfuerzo de tiempo completo, sin ninguna limitación, lo que nos une a la convocatoria de hacerle frente a esta situación de emergencia. Por ello, el llamado que hizo la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, deja en claro que este problema atañe a todos los mexicanos para conformar un solo frente nacional en este desafío.