La contienda para renovar la dirigencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), presenta como desafío superar viejos vicios, enfrentamientos y pugnas que han imperado en detrimento de los trabajadores sindicalizados. Además, se asoma la posibilidad de replantearse como una organización sindical democrática en la que pueda superarse el antecedente de un presidente derrocado.
El proceso de renovación de esta estructura laboral, votación que está programada para este próximo día 9 de enero, es en respuesta a la convocatoria publicada.
Por cierto ese llamamiento fue impugnado y descalificado, pero finalmente llega el momento de acudir a las urnas.
La elección de la que habrá de surgir un nuevo liderazgo para los próximos cuatro años se hará mediante el voto personal, libre, secreto y directo.
Dos son los candidatos que disputarán la presidencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México: Armando Bautista, ex secretario general de la sección 33 “Desazolves” y Hugo Alfredo Alonso Ortiz, secretario general de la sección 1 “Limpia y transportes”.
Para que los miembros activos sindicalizados puedan expresarse en las urnas, habrán de instalarse casillas en los todos diversos centros de trabajo.
Podrán votar aquellos trabajadores que ocupen una plaza de base y se encuentren afiliados a esa organización en pleno goce de sus derechos.
LEGALIDAD CON VOTO LIBRE Y SECRETO
Conforme a las bases publicadas, los trabajado- res de nuevo ingreso deberán comprobar tener más de seis meses de antigüedad.
La actividad previa al día de las elecciones y la convocatoria de los dos aspirantes a presidir esta organización, ha estado centrada en los 110 mil agremiados que podrán definir quién asume el cargo del que fue depuesto Juan Ayala Rivero y que dio paso a un encargado transitorio.
El pasado 10 de julio, Héctor Castelán Moreno, fue nombrado presidente interino del Sindicato.
El encargo para Castelán Moreno fue que en un plazo de 6 meses, junto con el Comité Ejecutivo, modificarían los estatutos internos del SUTGCDMX para adaptarlos a la nueva Ley Federal del Trabajo y para que los 108 mil trabajadores sindicalizados pudieran elegir a su dirigente sindical a través del voto libre y secreto, sin ser amenazados o comprados por los candidatos.
El SUTGCDMX, cuyos orígenes se remontan a casi 9 décadas de existencia, está integrado por un padrón de trabajadores que obligadamente deberán acreditar sus derechos vigentes.
Esta importante organización sindical, enfrenta serios retos para insertarse en un proceso de renovación y resurgimiento que le permita subsistir como ejemplar en el marco de la legalidad y el Estado de Derecho.
Los llamados para que se tenga un proceso limpio y transparente, tiene como principal finalidad que los trabajadores sindicalizados del gobierno de la Ciudad de México estén digna- mente representados.
Anticipadamente puede decirse que la participación de dos planillas garantiza la oportunidad de que el sufragio se emita por la que se considere la mejor opción para que dirija los destinos de la organización sindical más grande de la Ciudad de México.
El Gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, se mantiene expectante y sigue de cerca el proceso en la renovación de la dirigencia sindical, que esperan se realice de manera pacífica y estable, ya que ni los trabajadores ni a la autoridad pretenden poner en riesgo los servicios que el GCDMX presta a nueve millones de personas, más cinco millones que diariamente concurren
a laborar o realizar diversas actividades.
El gobierno capitalino ha destacado la importancia de que los trabajadores tengan plena libertad para elegir la mejor oferta sindical que se presentará a contender en esta elección inédita.
Previamente se ha conminado a los aspiran- tes que encabezan las planillas a que el padrón sea firmado por ellos y se desglosado por casilla y unidad administrativa y contendrá el nombre y número de empleado de cada uno de los trabajadores.
Las cédulas de votación serán selladas para garantizar su absoluta legalidad, establece la convocatoria y también firmadas ambos aspirantes, así como por dos integrantes de la dirigencia saliente designados por la Secretaría de Procesos Electorales.
Tanto Armando Bautista como Hugo Alfredo Alonso Ortiz, han manifestado su conformidad en que este proceso electoral esté a cargo del Comité Ejecutivo General a través de la Secretaría de Procesos Electorales y del Comité de Vigilancia.
La renovación de la dirigencia en el SUT- GCDM6X habrá de marcar nuevos precedentes, ya que se encuadra en las nuevas condiciones que marca la Ley Federal del Trabajo.
Una vez que haya concluido la votación (el horario establecido es de las ocho de la mañana a las cinco de la tarde) el conteo de los votos se realizará cuando hayan sido cerradas las casillas, con la presencia y participación de representantes del Comité Ejecutivo.
El resultado deberá hacerse público, en un cartel hará constar el número de votos que obtuvo cada uno de los dos candidatos y que será colocado afuera de cada uno de los centros de trabajo donde se instalaron casillas.
También se contará con la presencia de un notario público ante quien se levantará un acta que deberá avalarse con la firma de los contendientes para darle legalidad.
La elección ha generado pugnas y divisiones internas, por lo que uno de los principales retos deberá asumir el triunfador de la contienda, será hacer una convocatoria para restaurar la unidad gremial.
Las confrontaciones presentadas desde las impugnaciones que se hicieron al anterior presidente del SUTGCDMX, que culminó con su destitución, fueron alimentadas y consentidas por autoridades de la anterior administración.
De ahí que se haya pedido a la jefa de Gobierno que se haga respetar la ley para que el proceso se haga conforme a los principios de democracia y libertad sindical establecidos en la nueva legislación laboral.
Nadie que pertenezca a la fuerza laboral del gobierno de la Ciudad de México ignora que un hombre poderoso en la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa, Miguel Ángel Vásquez Reyes, ha sido acusado por el Gobierno de Claudia Sheinbaum, por uso ilegal de atribuciones y ejercicio indebido del servicio público.
El exsubsecretario de Desarrollo y Capital Humano, manejó en la administración de Miguel Ángel Mancera Espinosa un presupuesto anual de 80 mil millones de pesos, de un total de 230 mil millones de pesos que era el presupuesto de toda la Ciudad.
Tampoco puede desconocerse su intro- misión para controlar y manejar a su antojo al Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México, desde la Subsecretaría de Desarrollo y Capital Humano.
Basados en esas irregularidades, el GCDMX a través de la Contraloría y la PGJ, lo investigaron y se busca que por la vía legal sea sometido a un juicio penal.