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Los maestros no necesitamos la Cartilla Moral

El profesor Héctor Manilla García sabe desde hace más de ocho años que es un agente social transformador. Sus principios y valores lo han llevado a crear métodos de enseñanza. Volcar su solidaridad en la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER), es decir, capacitar a sus pares para que puedan atender y crecer juntos en pro de los alumnos con capacidades diferentes. Es crítico con el plan del gobierno de la Cuarta Transformación de repartir en las escuelas públicas la Cartilla Moral Alfonso Reyes, como vía para “para iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a que en las comunidades, en nuestro país, haya una convivencia armónica y respeto a la pluralidad y a la diversidad”, como lo escribe el propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

“No nos queda duda que nosotros como maestros nos manejamos con principios y valores. No necesitamos tener la Cartilla Moral impresa en las escuelas para conducirnos con propiedad y respeto hacia nuestros alumnos. Hacia nuestros padres de familia y compañeros”, asegura este profesor que, junto con otros tres maestros, por su compromiso y entrega a la educación de los niños y jóvenes de diversos estados, es reconocido con el Premio ABC 2019, que otorga la prestigiada organización de la sociedad civil Mexicanos Primero.

“Siento que se polariza mucho el tema de la Cartilla Moral, sobre la conducción de cómo ser. Nosotros como mexicanos, como maestros, hemos demostrado que nuestros valores son nuestros principios para la función como directores y autoridades escolares”, afirma el profesor.

Héctor Manilla procede de la ciudad de Tehuacán, Puebla. En su reseña subraya que su mejor inspiración es su madre, a quien considera la mejor “maestra del mundo”. 

Ha dedicado los últimos ocho años de su vida a aprender con sus pares, así como con sus estudiantes y sus familias.

¿Por qué fue premiado con un equipo de cómputo, un viaje a Chile y un diplomado en línea por parte de Mexicanos Primero?

Es director de una Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER). Se encarga del proceso de inclusión educativa de 75 “alumnxs” en diez escuelas de educación regular, de los niveles primaria y secundaria.

Su compromiso es lograr una mayor una mayor participación de lxs estudiantes en las actividades académicas y escolares.

Junto con un equipo de expertos creó el proyecto “Asesoría a docentes: proceso de intervención educativa” que busca cubrir la necesidad de las escuelas regulares que no cuentan con una USAER. Su objetivo es sensibilizar a docentes y directorxs sobre la importancia de la correcta atención educativa de estudiantes que enfrentan barreras –discapacidades- para el aprendizaje y la participación con estrategias específicas y ajustes razonables.

“Mi experiencia es muy particular. Vengo de un servicio para la educación especial.

“Nos enfrentamos a muchos retos, y lo que pretendemos es hacer escuelas cada vez más inclusivas”, indica el profesor poblano.

Enfatiza que la labor es con niños, adolescente y jóvenes que presentan alguna barrera para el aprendizaje y la participación, por algún motivo de discapacidad.

Y afirma: “Los maestros de México quieren aprender cómo intervenir en el aprendizaje de los alumnos con discapacidad”.

Y se pregunta: “¿Cuáles es el problema?”

“Mucha de la información para capacitar a los maestros no llega a todas las comunidades sobre la educación especial y maestros que atiendan esta condición también es insuficiente el número de profesores, por lo tanto, no todas las escuelas pueden acceder a una USAER”, lamenta Manilla.

Y abunda: “En la región de Tehuacán, Puebla, que es de donde yo vengo, tuvimos la necesidad de crear un servicio para asesorar en educación especial. Personalmente, y con el apoyo del director y de mis supervisores ideamos esta asesoría que lleva por nombre “Asesoría a docentes: proceso de intervención educativa”.

Dice – en conferencia de prensa para dar a conocer a estos maestros que son trabajadores extraordinarios al servicio de la educación- que acudieron a escuelas que tienen alumnos con discapacidad. Explica que se organizaron asesorías de cuatro sesiones para orientar los profesores en temas de atención a la diversidad.

Con el servicio de la USAR poco después algunos maestros pudieron dar una mejor atención a la educación especial.

Sin duda, “con sus acciones, Héctor ha logrado una mayor participación de lxs estudiantes en las actividades académicas y escolares”, y por ello es considerado un agente social transformador.

Héctor Manilla también, de paso, hizo un exhorto a las autoridades a las escuelas de comunidades alejadas, donde no hay internet y nos imponen encuestas electrónicas.

“Si realmente les interesa la educación deben acercarse a las escuelas, no mediante encuestas. Aquí están sus amigos, los maestros, los directores y los supervisores, y nosotros podemos sumar muchísimo a mejorar la realidad de las escuelas y para tener leyes secundarias, no de segunda (de la reforma educativa), porque nuestro interés superior son los niños, adolescentes y jóvenes para sean una mejor versión de sí mismos”, concluye el joven maestro.

“Sus muñecos, sus alumnos”

La queretana Alicia Aguilar Hernández aprendió jugando a ser maestra. De muy pequeñita formaba a sus muñecos para impartirles clases, tal y como veía que lo hacían su madre y su padre en el aula. 

Hoy tiene tras de sí 18 años de servicio, y la maestra Alicia Aguilar sigue entregando su tiempo y conocimiento a promover que sus estudiantes aprendan, dice su reseña personal.

Su método de enseñanza es la diversión. La clase debe tener eso una chispa o un momento de diversión. 

“Con clases divertidas, la maestra Alicia les muestra a sus niñxs, a través del baile y la música, diversas formas de aprendizaje”.

Aguilar Hernández es especialista en educación artística, cultura y ciudadanía. Ha creado un taller literario fuera de su labor frente a grupo y gestiona recursos para propiciar el gusto por la lectura, de acuerdo con la organización Mexicanos Primero, que dirige Jennifer L. O’Donoghue.

Su Diccionario de la lengua infantil –con 200 ejemplares impresos en la primera etapa- es su proyecto que deriva del amor por los niños y su pasión por la literatura.

“Este diccionario tiene como objetivo brindar a lxs niñxs un taller para realizar lecturas libres y en el que puedan compartir sus emociones de manera oral y escrita, así como aprender a escuchar y respetar las ideas de otrxs e identificar palabras importantes. Con la   colaboración y compromiso de docentes de cinco escuelas diferentes, familias y la Secretaría de Cultura de Querétaro, esta profesora ha logrado aumentar el vocabulario de lxs niñxs que hoy se sienten más empoderadxs y se han percatado de que lo que dicen, y piensan que tiene un gran valor”.

“Espacio real para los niños y espacio de expresión para los niños, entre otras, fueron palabras que ellos expresaron –durante un ejercicio escolar- que no les gustaría que desaparecieran del vocabulario”,  

Cómo “bajarla” a las comunidades

Con respecto a la Cartilla Moral, Alicia Aguilar Hernández admitió que México atraviesa por una severa crisis de seguridad y tiene una sociedad resquebrajada, por lo que consideró que este cuadernillo -que advierte que “la práctica del bien es objeto de la moral, y supone el acatamiento a una serie de respetos”- podría ser un elemento de ayuda a los mexicanos para sanarnos un poquito. 

“En mi escuela se está distribuyendo la Cartilla Moral vía estructura, a través de supervisores. Quizá nos falte un espacio para analizarla y cómo poder reflexionar su contenido, sobre todo a nuestro contexto, a nuestro memento y a nuestras comunidades, principalmente”.

La galardona también hace referencia a la llamada Nueva Escuela Mexicana. Pero sobre todo a la continuidad de lo ya aprendido y lo ya evaluado en el nivel de la docencia

“Preocupa no saber qué pasara con la promoción, evaluación y los programas que van a sustituir a ésta, además de la carrera magisterial, y no menos preocupa los incentivos para no manchar o hacer tropezar a los docentes en la pérdida de los derechos que ya tenemos ganados”, indicó.

Hizo un llamado a las autoridades para que les den certeza y claridad.

Prohibido decir no puedo

María Guadalupe Rodríguez Carrillo es maestra de preescolar en Perote, Veracruz, una ciudad que no escapa a las balas que acechan a este estado. La escuela se llama Narciso Mendoza, y de niña –como mucho en este país- jugaba a ser maestra y hoy tiene ya 16 años de aprender junto con pequeños de entre cuatro y cinco años de edad. Su mayor satisfacción es ser parte del aprendizaje de sus niñxs y poder compartir grandes experiencias con ellxs, de acuerdo con su reseña.

Tiene claro que una parte de su papel deber el motivacional, por ello en su clase los alumnos no pueden decir: no puedo.

Ella motiva a cada niñx a no rendirse e intentarlo una y otra vez, a dar lo mejor de sí. Busca que cada niñx aliente y apoye a sus compañerxs en un ambiente de confianza, solidaridad y aprendizaje entre pares.

 Incluso, los hace “meterse en problemas”, para generar soluciones.

“Un día, sus alumnxs notaron un mal olor en el patio, e inmediatamente identificaron que era por la basura que se encuentra alrededor de su escuela. En busca de soluciones a ese problema surgió el proyecto Salvadores del planeta: manos en acción” que pretende que lxs niñxs sean partícipes activxs en la conservación de sus espacios y que, a partir del aprendizaje, puedan impactar a toda la comunidad para que hagan lo mismo.

El plan consiste en que lxs pequeñxs de 3º de preescolar investiguen, expongan, realicen visitas y actúen sobre temas de medio ambiente. 

“En todo este proceso, las familias acompañan a sus hijxs.

Además, mediante vistas y campañas de concientización, involucran a la comunidad”, dice en resumen Mexicanos Primero que premia a esta maestra por su innovadora forma de enseñar.

“Lo medular del proyecto era concientizar a la comunidad, pero de ahí surgió el pensamiento creativo de los niños. Se hicieron hipótesis que los llevaron a soluciones”. Hoy, derivado de esto, espacios queretanos están libres de basura.

Para la maestra Lupita, los docentes a lo largo de sus carreras buscan comportarse y dirigirse a sus alumnos y, en general, a la comunidad escolar con el mayor de los respetos y los mejores principios, “porque estamos muy comprometidos con la educación. Sabemos que somos agentes sociales transformadores.

También hizo un exhorto a la SEP para que se haga una revisión exhaustiva de las leyes secundarias de la reforma educativa, sobre todo que garanticen la inclusión de los niños, adolescentes y jóvenes. Y “esas leyes no deben tampoco violentar los derechos de los docentes”, indica.

El álgebra como método de cura

José Ernesto de Lira Cervantes es profesor de secundaria en Aguascalientes. 

Estudió la carrera de ingeniería electrónica, en esa época le ofrecieron un trabajo como maestro de computación en una secundaria. Al inicio ejerció por necesidad, pero pronto nació, de manera inesperada, el gusto por la docencia que disfruta desde hace 23 años, de acuerdo con su reseña.

En la docencia descubrió que la robótica es su otra pasión.

“Con donaciones de las familias y del Instituto de Cultura de la localidad logró la construcción de un laboratorio de robótica para sus estudiantes donde creó el Proyecto de domótica: Automatización de una casa inteligente desde un celular que, espera, sea la base de proyectos de ayuda social como la creación de una prótesis para personas sin manos”, dice Mexicanos Primero, innovación por el que lo premia.

Su labor como docente va más allá de la robótica o las matemáticas; este maestro se ha distinguido por ser incluyente, que impulsa a todos sus estudiantes a aprender y participar en la escuela. Para lograrlo, adecúa sus clases para que lxs niñxs con discapacidad logren un nivel de aprendizaje mayor; y se prepara y actualiza constantemente para promover el aprendizaje de todxs por igual.

Dice que ahora trabaja con una niña con autismo, por ello pide ayuda a las autoridades para que les acerquen las herramientas para el mejor desenvolvimiento. A la pequeña el álgebra la ha impulsado a salir adelante”, destacó.

 Sobre la Cartilla Moral Alfonso Reyes, José Ernesto admite que México necesita ayuda por la espiral de violencia, pero aclara contundentemente: “Los maestros somos ejemplo para los niños, transmitimos nuestros principios. La cartilla quiere abonar, pero ya lo estamos haciendo los maestros”, afirma el profesor,

 Los cuatro docentes fueron agasajados a finales de agosto en el Alcázar del Castillo de Chapultepec por su gran compromiso con el bien superior de la niñez.

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