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Incertidumbre económica, la mano que mece la cuna del desempleo

Desde finales del 2018, en México se desencadenó una ola de desempleo nunca antes vista, sustentada en la austeridad republicana del gobierno, pero también, por la incertidumbre de la iniciativa privada sobre las condiciones económicas para la inversión.

Por ello, fueron muchas las llamadas “reestructuraciones” que empresas realizaron en su planilla laboral ante el miedo de lo que ocurriría en materia económica en el país los siguientes meses, pues en términos reales en ese momento el mercado operaba bien, sin embargo, optaron por el recorte de personal para reducir costos al máximo como una vacuna ante lo que pudiera venir, siendo los trabajadores los más afectados ya que los términos de sus despidos no fueron los óptimos y rayaron en la ilegalidad, reconoce Armando Solís, especialista en Economía Laboral del Centro de Estudios Económicos Independientes (CEEI).

En el gobierno la tragedia fue más escandalosa, ya que la burocracia, que en su mayoría apoyó la llegada del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, resultó ser la primera enviada al paredón.

Trabajadores a unos meses de jubilarse fueron despedidos, lo mismo ocurrió con empleados temporales, de base, por honorarios, los de supuestos cargos de confianza y altos mandos, el total (al menos en cifras oficiales) fue de 22 mil bajas.

El Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), reportó en marzo una tasa de desempleo del 3.6 por ciento a nivel nacional, lo que significó un aumento ya que en el mismo periodo del año anterior, la tasa fue de 3.2 por ciento.

A su vez, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informó que en el primer semestre del año había 20 millones 368 mil empleos registrados, que comparado con los que había en junio del 2018 representaban un incremento del 2.4 por ciento.

Aunque la cifra suena alentadora, en términos porcentuales representó una baja en el empleo, ya que en el primer semestre del 2018, aún en la administración de Enrique Peña Nieto, hubo una generación de 476 mil 120 empleos, frente a las 186 mil 819 plazas que generó el gobierno de López Obrador, lo que implica una contracción del 39 por ciento.

Comercio, servicios y turismo salen a flote

Pese al panorama laboral negativo, el sector de servicios, turismo y comercio logró repuntar y logró 12 millones 213 mil empleos, que representan el 60 por ciento del total de trabajos formales en el país, informó la Confederación de Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo.

“Los empleos totales del sector terciario como son el comercio, servicios y turismo, registrados en el IMSS a junio de 2018 fueron 11 millones 883 mil, que significó un crecimiento de casi 330 mil empleos, en relación a los registrados a junio pasado, lo cual demuestra su importancia en el aparato productivo”, señaló José Manuel López Campos, presidente de la Concanaco, en entrevista con RS.

Destacó que en el sector terciario no se ha registrado desempleo, sino una mayor generación de plazas por el dinamismo que muestran los 4.4 millones de unidades productivas y a las que han acudido miles de los despedidos de otros sectores, especialmente del gobierno.

“El sector turismo es uno de los más importantes de la economía, con crecimientos por arriba de los incrementos del Producto Interno Bruto en los últimos años, hasta llegar a representar casi nueve por ciento del PIB. La actividad turística en nuestro país genera diez millones de empleos directos e indirectos, lo que confirma su importancia para la economía mexicana. Por lo que se refiere a su conformación por segmentos, alrededor de 40 por ciento de los empleos del sector terciario se ubican en los servicios y el turismo y 20 por ciento en el comercio”, apuntó.

El líder empresarial explicó que el ritmo de crecimiento de la economía, de 0.3 por ciento en el primer semestre del año, en relación al mismo paso en 2018, se debe a un menor crecimiento de la inversión causado por el desabasto de combustible en los primeros meses, el subejercicio en el gasto público para realizar obras y programas que permeen en el aparato productivo, la falta de ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y al impacto negativo de la contracción de la economía global, entre otros factores.

“Para fortalecer la inversión privada y, por tanto, la generación de empleos, los tres niveles de gobierno requieren generar un contexto favorable a las empresas y que estas puedan realizar nuevos proyectos productivos y fortalecer los que ya tienen en marcha”, sostuvo López Campos.

Mejores empleos

Según datos de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), mediante la iniciativa #MejoresEmpleos, el entorno laboral y de ingreso en el país es dispar.

En los estados de Nayarit, Baja California Sur, Hidalgo, Michoacán y Sinaloa, el 60 por ciento o más, de su población tiene empleo formal y cuenta con ingresos suficientes para cubrir la línea de bienestar familiar establecida por el Coneval, que es de dos veces el valor de la canasta básica alimentaria y no alimentaria ($6,216.36 en zonas urbanas y $4,025.88 en zonas rurales).

En contraste, Guerrero, Veracruz, Estado de México, Morelos y la Ciudad de México tienen los porcentajes más bajos a nivel nacional con apena el 40 por ciento de su población, o menos, en estas condiciones.

Con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en el primer trimestre del 2019 la tasa nacional de desocupación fue del 3.5 por ciento y de subocupación del 6.9, cifra que prevén se incremente en las siguientes mediciones, ya que muchos trabajadores despedidos han recurrido al autoempleo o aceptado ofertas laborales sin prestaciones.

Coparmex destaca que los empleos bien remunerados en México tienen una tendencia a la baja desde hace 15 años, lo que afecta el poder adquisitivo de los trabajadores y sus familias.

Un ejemplo es Veracruz, donde en 2018 el 48 por ciento de la población tenía empleo con suficiente ingreso para cubrir la línea de bienestar familiar, y en la medición de junio de este año, bajó al 43 por ciento.

Del otro lado de la balanza se encuentran Guanajuato y Nuevo León, que lograron aumentar el porcentaje de trabajadores con salario suficiente, pero aún no se supera el 70 por ciento, que en otros países existe.

En busca de la certidumbre

Tal vez el desempleo sea inevitable para los trabajadores, pues aunque hagan su mejor esfuerzo y den resultados, la guillotina de los recortes los alcanzará si así conviene a las finanzas de las empresas.

Armando Solís consideró que el reto para mejorar las condiciones laborales está en manos de la iniciativa privada, pero para que puedan actuar deben recibir del gobierno un trato preferencial y ofrecer cierta estabilidad.

“Los empresarios pueden estar dispuestos a invertir en el país, a mejorar las condiciones de sus trabajadores o abrir nuevas fuentes de empleo, pero si el gobierno los señala, tacha y cambia las reglas del juego cada ‘mañanera’, será imposible que quieran actuar. Hay que recordar que los empresarios no invierten para perder, lo hacen solo si hay certidumbre de ganar”, señaló.

En Palacio Nacional son cada vez más frecuentes las reuniones entre las cúpulas empresariales del país con el Presidente;  se publican simpáticas fotos de los encuentros en las redes sociales oficiales con mensajes positivos y prospectivos sobre la economía, pero a la mañana siguiente el discurso de López Obrador vuelve a ser crítico e inquisitivo con los potenciales inversores, lo que ha mermado en la confianza directa de la IP con el gobierno.

En tanto, los miles de despedidos, en especial los que trabajaban para el gobierno continúan en la lucha por el reconocimiento de sus derechos laborales y el acceso a liquidaciones dignas. Ahí mismo, en Palacio Nacional, también se dan cita cada mañana, solo que para ellos no hay entrada a los suntuosos salones, sino que se quedan afuera, sin importar el clima, con pancartas pidiendo audiencia, apoyo y respeto.

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