En el país 21 millones 600 mil personas no tienen trabajo, de las cuales, 13 millones 800 mil se sumaron desde que se decretó la pandemia. El desempleo ha afectado principalmente a mujeres y jóvenes, afirmo Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Dicha agrupación emanada de la asociación civil, señala que en el primer semestre la tasa de desempleo se disparó hasta 33 por ciento, y los trabajos perdidos durante la pandemia de covid-19 son de más de 13 millones. A inicio de año había alrededor de 7 millones 700 mil personas sin empleo y actualmente son más de 21 millones.
Respecto a la situación laboral de las mujeres, Acción Ciudadana Frente la Pobreza, dice que más de la mitad de las personas desempleadas son femeninas: 11.6 millones, aunque ellas representan un tercio de la fuerza de trabajo. Es alarmante como esta puerta al mercado de trabajo, a tener un ingreso y poder solventar los gastos de las familias para las mujeres hay una clara barrera que les impide acceder.
Sobre los jóvenes, la tasa de desempleo incrementa a 40 por ciento, mientras que en la población adulta, de 30 a 64 años, es de 28.2 por ciento.
También se destaca que la subocupación en el país se triplicó. Este indicador corresponde a las personas que quieren y necesitan trabajar más horas, pero la situación laboral no lo permite. Son 13.4 millones de personas, 8 millones más que a principios de año.
En cuanto a la situación que viven las persona que todavía conservan sus empleos, se dijo que de seis de cada diez personas que ganan lo suficiente para adquirir la canasta básica de una familia integrada por dos personas, sólo el 7 por ciento ganan más de 12 mil 800 pesos al mes, que son cuatro canastas básicas. Eso significa que son 1.2 millones menos que a principios de año.
La pérdida de empleos formales ya supera la crisis de 2008, que llego a su momento más álgido a mediados de 2009. Para que México regresara a la a la tasa que mantenía antes de esos años tuvieron que pasar 10 años. Por ello urge que las personas que perdieron su empleo obtengan un ingreso vital, calculado en el costo de la canasta básica, y que sea temporal.
De igual manera, que se incentive la creación y recuperación de empleos, en los que se garanticen los derechos laborales, pues de otra manera si no se soluciona nada, puede ser una fábrica de pobreza con ingresos insuficientes y sin seguridad social.
El panorama del mundo laboral no es alentador para los próximos años, la Organización Internacional del Trabajo OIT, estima que como resultado del menor dinamismo de la economía la situación del desempleo se extenderá en México hasta el 2021.
El organismo internacional estima que la tasa de desocupación en México pasará de 3.7 por ciento del PEA en 2020, al 4.3 por ciento en 2021.
El rubro más impactado por el desempleo será el campo, se espera un ligero repunte en las plazas laborales creadas por el sector servicios y en el renglón de trabajadores independientes.
El organismo cambio así sus proyecciones de empleo para la economía mexicana a un terreno negativo, ya que se estimaba que la tasa de desempleo se reduciría en el 2020 hasta alcanzar el un nivel del 3.3 por ciento.
Lo anterior coincide con el estancamiento de la economía mexicana en 2019 y una pírrica recuperación en 2020, que además luce cada vez menos asequible luego de que el Fondo Monetario Internacional FMI redujera su pronóstico de crecimiento para México.
Este fenómeno no es exclusivo de México, la OIT estima que a nivel global este año terminara con 190.3 millones de personas en esta condición.
El desempleo mundial se ha mantenido relativamente estable en los últimos nueve años, pero la desaceleración del crecimiento económico significa que, mientras a nivel mundial la fuerza de trabajo se incrementa, no se están creando suficientes nuevos empleos para absorber a los que se incorporan al mercado laboral.
Además del impacto de la falta de las plazas laborales para satisfacer el crecimiento del mercado, también se espera el crecimiento de la subocupación, es decir, personas que trabajan jornadas más cortas de las que pueden. En esta situación se estima que actualmente existen 165 millones de personas, 4.3 millones de personas en México.
También se estima que a nivel global 120 millones de personas o bien han abandonado la búsqueda activa de trabajo o no tienen acceso al mercado laboral.
Estas cifras muestran que el desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra, se extiende más allá del desempleo a una amplia subutilización de la mano de obra, lo que en suma afecta a 470 millones de personas en el mundo.
Otro fenómeno que se ha acrecentado en los últimos años, advirtió al OIT, es el de la precariedad laboral. Tener un trabajo remunerado no supone una garantía de condiciones de trabajo decentes o de un ingreso decoroso.
Esta situación implica que en la actualidad al menos 630 millones de trabajadores en el mundo siguen viviendo en pobreza a pesar de contar con un empleo. En México, la tasa de condiciones críticas equivale al 18.5 por ciento de la población ocupada, lo que equivale a 10.2 millones de personas en precariedad laboral.