Para comprender la relevancia que tiene en la actualidad el buceo industrial tenemos el caso Pemex en las actividades que se desarrollan para explorar nuevos yacimientos en las costas nacionales. No se podría aumentar la producción petrolera y los derivados de ese recurso natural sin la labor realizada por los buzos profesionales que colaboran con la paraestatal. La importancia petrolera en México no se podría comprender sin las tareas que prestan los buzos mexicanos.
Su trabajo es arduo y las guardias pueden ser de 14 días laborando y 14 de descanso o de 28 días de trabajo a bordo y 14 descansando. Las jornadas suelen ser de doce horas en turnos de día o de noche. Se entiende que la práctica el buceo es en sí una actividad de riesgo y no tan solo un deporte; esto se complica más cuando se hace de ella una profesión que tiene aplicación industrial como la soldadura y corte bajo el agua en su variante de saturación.
Es por ello que las personas dedicadas a esta actividad están sujetas a una rigurosa capacitación y entrenamiento, en el que ponen en juego su capacidad física y habilidades técnicas para poder realizar soldaduras de saturación en periodos prolongados de tiempo a profundidades mayores a los 50 metros, cerca de las plataformas marítimas que procesan el petróleo crudo cerca del golfo de México.
El buceo industrial es una actividad muy cotizada en lugares de extracción de petróleo en aguas profundas. Es necesario estar en posesión de certificaciones de buceo industrial y las especialidades de corte y soldadura submarina, pero quizá lo más importante es tener experiencia de maniobras bajo el agua. En zonas como el Mar del Norte y Estados Unidos el salario que recibe un trabajador de estas características es elevado. En otras zonas como México el salario percibido no es tan atractivo.
La reforma energética, aprobada en 2013 fue presentada a la sociedad como la vía más propicia para alentar la modernización de Pemex y generar mayores niveles de riqueza y empleo. Desde entonces Petróleos Mexicanos pasó de ser la tercera productora petrolera del mundo al octavo sitio, y de la posición 11 que tenía en 2011 entre las empresas más importantes del mundo, paso a la 15 en 2017.
En la celebración del 76 aniversario de la expropiación petrolera, Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) pronunció un discurso para respaldar los cambios constitucionales en el sector energético.
Por su parte, en el mismo evento del 18 de marzo de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto reconoció las labores de los petroleros como clave en la operación la industria de los hidrocarburos y también como un punto de referencia en la transformación de Pemex a la modalidad de empresa productiva del Estado que competirá con petroleras internacionales.
“Su trabajo y sus derechos laborales están a salvo y así habrá de mantenerse. Todos ustedes tienen garantizados su antigüedad y sus conquistas laborales” dijo a los trabajadores en el evento”, dijo el mandatario.
Empero, en los hechos la planta laboral de Pemex se está reduciendo día a día por la práctica constante de despidos. Según datos aportados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2013 tenía 128 mil 616 trabajadores y abril de 2017 reportó 104 mil 31 plazas, es decir, ha perdido 24 mil 585 empleos en poco más de cuatro años. En junio de 2017, dos mil 785 trabajadores de la subsidiaria Exploración y Producción fueron echados a la calle.
Ahora resulta que en lugar de convertirse en un motor para el desarrollo regional, la reforma energética ha causado desalación en ciudades veracruzanas, campechanas, tabasqueñas y tamaulipecas que dependen de la industria petrolera ubicada en el Golfo de México, en las que ahora pululan centenares de ex trabajadores de Pemex que subsisten en otra actividad productiva. Ciudades como Coatzacoalcos, Veracruz y Ciudad del Carmen, donde se construyó una economía local afianzada en los ingresos de los obreros del petróleo que ahora lucen desoladas.
Ante la noticia de los miles de despidos, el senador y dirigente sindical de los trabajadores petroleros Carlos Romero Deschamps, justificó la medida con el argumento de que los despedidos no eran trabajadores sindicalizados.
Inaceptable el cinismo de esta clase política que dicen velar por la clase obrera. Sus reformas resultaron todo lo contrario a lo pregonado y miles de trabajadores ahora pasarán a engrosar la filas del desempleo con la pobreza tocando a la puerta de sus hogares. Los buzos son el ejemplo de que el desempleo está tocando fondo, allá hasta las profundidades donde se oculta la ineptitud oficial.