Investigaciones especiales

A Flores Magón, homenaje manchado, por la agresión impune

Durante un evento en el que la clase trabajadora y la ciudadanía conmemoraba el centésimo aniversario luctuoso de Ricardo Flores Magón

Los hechos acontecieron en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en el Panteón de Dolores, y mancharon el homenaje. El acto, organizado por la Confederación Revolucionaria Obrera Mexicana (CROM) que preside el Maestro Rodolfo González Guzmán fue boicoteado por un grupo de mujeres encapuchadas que se asumieron como anarquistas.

Agresivas, violentas, vestidas de negro y siempre con el rostro oculto, pasaron de la agresión verbal a la física contra los asistentes que se dieron cita en el mausoleo donde se encuentran los restos del personaje y en donde estaban presentes familiares de don Ricardo Flores Magón, invitados especiales, exlegisladores y  representantes de diferentes organizaciones sindicales.

El grupo de liberales ahí presentes, escuchaban el discurso del dirigente obrero González Guzmán cuando repentinamente vieron llegar un nutrido grupo de encapuchadas que gritaban consignas anarquistas y de repudio al evento que organizó la CROM.

Curiosamente no hubo intervención de los empleados del Panteón de Dolores ni las fuerzas policiacas, todo indicaba que las agresoras fueron enviadas exprofeso para boicotear el evento.

Al final consiguieron su objetivo, porque los asistentes para evitar un zafarrancho prefirieron alejarse del sitio y dejar que el bloque de las atacantes siguieran lanzado amenazas y agresiones verbales.

UN LUCHADOR INCANSABLE

Durante su alocución Rodolfo González Guzmán destacó que la  lucha de Flores Magón inició junto con sus hermanos Jesús y Enrique.

Ricardo, añadió el dirigente de la CROM, sostenía que “Los rebeldes no generan los problemas, son los problemas los que generan a los rebeldes”.

Que por eso, siendo muy jóvenes participaron en varios mítines en contra del gobierno del general Porfirio Díaz Morí, mítines y reuniones que acabaron con golpes y arrestos por parte de la policía y que los llevaron, en sus primeras detenciones a la cárcel de Belén.

Ilustró que varias veces, el gobierno cerró los periódicos y les decomiso o destruyó la imprenta, a donde atacaban ferozmente al presidente Porfirio Díaz, por eso aparte de ideologizar a la clase trabajadora y al pueblo en general, fueron participando en la creación de clubes de liberales, como el club liberal Ponciano Arriaga en San Luis Potosí, pero además crearon infinidad de círculos de obreros libres en diferentes estados de la República.

González Guzmán recordó que ahí se leían los periódicos de Regeneración y El Ahuizote, para formar ideológicamente a la clase trabajadora y que lucharan por crear sus derechos en una forma continua y permanente.

Los Flores Magón fueron desterrados y se trasladaron a la unión americana, en donde crearon la junta del Partido Liberal Mexicano cuyo presidente era Ricardo Flores Magón, vicepresidente Juan Sarabia, secretario Antonio Villarreal, tesorero Enrique Flores Magón, 1er vocal el profesor Librado Rivera, 2do. vocal Manuel Sarabia, 3er vocal Rosalío Bustamante.

Todos ellos redactaron el manifiesto a la Nación Mexicana, el primero de julio de 1906 en San Luis Missouri, en donde demandaban entre otras cosas establecer:

  • Una jornada máxima de ocho horas de trabajo.
  • Un salario mínimo en la proporción siguiente:

$ 1.00 para la generalidad del país en el que el promedio de los salarios es inferior al citado, y de más de $ 1.00 para aquellas regiones en que la vida es más cara y en las que este salario no bastaría para salvar de la miseria al trabajador.

  • Reglamentación del servicio doméstico y del trabajo a domicilio.
  • Adoptar medidas para que en el trabajo a destajo los patrones no se burlen de la aplicación del tiempo máximo y salario mínimo.
  • Prohibir, en lo absoluto, el empleo de niños menores de 14 años.
  • Obligar a los dueños de minas, fábricas, talleres, etc., a mantener las mejores condiciones de higiene en sus propiedades y a guardar los lugares de peligro en un estado que preste seguridad a la vida de los operarios.
  • Obligar a los patrones a pagar indemnización por accidentes de trabajo.
  • Prohibir a los patronos, bajo severas penas, que paguen al trabajador de cualquier otro modo que no sea con dinero efectivo; prohibir y castigar que se pongan multas a los trabajadores o que se les haga descuento de su jornal o se retarde el pago de la raya por más de una semana o se niegue al que se separe del trabajo el pago inmediato de lo que tiene ganado.
  • Suprimir las tiendas de raya.
  • Obligar a las empresas o negociaciones a no ocupar entre sus empleados y trabajadores sino una minoría de extranjeros.
  • Hacer obligatorio el descanso semanal.

González Guzmán destacó que estos y otros derechos fueron la piedra angular del artículo 123 de la Constitución Política de 1917.

El dirigente de la CROM expresó que Ricardo Flores Magón concebía que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipación no deben tender a constituir nuevos privilegios, sino establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes y que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos.

En referencia a condiciones actuales del movimiento obrero, manifestó que por eso es que debemos mantener nuestra ideología diáfana, tenemos que actuar con plena conciencia y ser congruentes, debemos siempre ser firmes en nuestras convicciones ideológicas, llevar a la acción lo que pensamos, lo que decimos y como actuamos.

Y antes de que las agresiones de las mujeres anarquistas cumplieran su objetivo, el líder obrero destacó:

Hoy aquí Ricardo, donde reposan tus restos mortales, alzamos tus banderas, los liberales Magonistas, trabajadores y ciudadanos, como aspiración legítima de millones de hombres y mujeres de alcanzar en la sociedad una vida mejor, más digna, más justa, más humana. ésta ansia de libertad que sacude las almas, que aguijonea las leyes económicas arcaicas y opresoras, porque el pobre está abajo y sufre y el gobernante está arriba y olvida.

Además puntualizó:

Porque es la aurora del proletariado que comienza a apuntar en el horizonte de la civilización moderna, un nuevo sol espléndido, magnánimo y justo; la redención del trabajo, esa constante lucha del pensador contra los gobiernos timoratos, contra las legislaciones retardatarias y contra los espíritus pusilánimes.

Porque el mejoramiento de la clase trabajadora corre parejo con su educación general; porque las leyes progresistas en pro del trabajador deben estudiarse en gabinetes, observarse en los centros de trabajo y discutirse en los parlamentos.

Luego habría de establecer hoy, tenemos imprescindiblemente que reconocer, que hay que reinventarnos como sociedad, como ciudadanos y como gobierno, para hacer un país progresista necesitamos de la unidad de todos, campesinos, trabajadores, maestros, intelectuales, artesanos, industriales, gobernantes, es decir, para generar un gobierno para todos, tenemos que pugnar indeclinablemente por la unidad nacional, trabajar por la reconciliación nacional.

Antes de abandonar la rotonda de los Hombres Ilustres frente a la agresividad del grupo de mujeres encapuchadas que amenazaban con elevar sus agresiones, dejó sentado que

Por eso no podemos coincidir con quienes traicionaron sus ideales y claudicaron en su responsabilidad histórica de llevar a México a la unidad nacional.

No podemos estar de acuerdo con aquellos que nos arrancaron del pecho, a mujeres y hombres la etiqueta de mexicanos nacionalistas y nos etiquetaron como conservadores y liberales, como fifís y chairos o solovinos, por que México es más grande que eso y se requiere de la unidad nacional por la que tantas generaciones luchamos y que en los destellos del sol de una nueva etapa hiciéramos de México un país plenamente orgulloso de su nacionalismo, unidad nacional y de su solidaridad.

 

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