Investigaciones especiales

Para las mujeres, panorama doloroso

La brecha laboral femenina en México y la tasa de participación en el mercado laboral corporativo, es una de las más bajas de los países establece de la OCDE

En ese triste y amargo horizonte, sólo el 45% de las mujeres mexicanas tienen un empleo remunerado. En la población indígena este número se reduce al 25%.

La perspectiva es angustiosa cuando se conoce que el 12% de las mujeres casadas en México debe pedir permiso a su pareja para trabajar, a pesar de que el trabajo es un derecho humano, fundamental para la autonomía y libertad de las mujeres.

Pese a que el 45% de los graduados universitarios mexicanos a nivel licenciatura son del sector femenino, las mujeres continúan sub representadas en todos los niveles en corporaciones privadas.

El problema se manifiesta más aún en compañías nacionales, las cuales tienen una representación de mujeres, en promedio, 10 puntos porcentuales más baja que la de las compañías extranjeras con presencia en México.

Además de ser un imperativo de justicia social, cerrar la brecha laboral de género presenta una oportunidad para agregar 12 trillones de dólares adicionales al PIB total global y 0.8 trillones de dólares adicionales, es decir un 70%, al PIB de México.

De las  tasas de participación en el trabajo femenino y masculino por tamaño de localidad, muestran una mayor participación de las mujeres en los cuatro segmentos de población. Además, se aprecia que al pasar de localidades más urbanizadas a menos urbanizadas o rurales las brechas en la participación de hombres y mujeres se amplían ligeramente.

En promedio las tasas masculinas oscilan alrededor de 94%, mientras que las de las mujeres alcanzan tasas del orden del 98%, siendo las localidades rurales, inferiores a 2 500 habitantes, en las cuales la participación de las mujeres es más elevada.

TRISTE INEQUIDAD

La carga de trabajo medida a través de las horas promedio semanales trabajadas complementa y profundiza en el análisis de género del trabajo en esta perspectiva amplia; pues permite hacer visibles la intensidad de las inequidades y, a la vez, la contribución que hacen hombres y mujeres a la producción en general de los bienes y servicios.

De acuerdo con datos de la ENOE del segundo trimestre de 2010, las mujeres destinaban 46.7 horas en promedio a la semana al trabajo, mientras que los hombres dedican 41.8, es decir, una diferencia de 4.9 horas más para las mujeres.

Esta medida de la carga global está influenciada por múltiples aspectos, donde la división sexual del trabajo, la organización doméstica y las condiciones económicas y sociales presentes, marcan las pautas de participación y de intensidad del trabajo de hombres y mujeres.

La participación de la mujer en distintos ámbitos, entre ellos el mercado laboral, ha permitido avances sociales importantes, al contribuir a reducir las inequidades entre hombres y mujeres, y potenciar el desarrollo social. Sin embargo, aun no se logran romper del todo las barreras que impiden que las mujeres participen en igualdad de condiciones frente a los hombres en todos los terrenos. El trabajo remunerado ha sido uno de los espacios en donde se ha exigido una mayor apertura, pues es un medio que posibilita el empoderamiento de la mujer, al apropiarse de recursos y participar en la toma de decisiones, tanto en la esfera familiar como en la vida pública.

En el periodo 2005-2010 la participación de las mujeres en el trabajo remunerado es inferior a la de los hombres, alrededor de 35 de cada 100 mujeres contribuyen a la producción de bienes y servicios de manera remunerada; en cambio, prácticamente 70 de cada 100 hombres perciben una remuneración por su trabajo, lo que significa que por cada mujer remunerada presente en el mercado laboral hay dos hombres, situación que evidencia cómo aún con la mayor participación de las mujeres en la actividad económica, la brecha que la separa de los hombres en términos globales todavía es muy grande.

La discriminación laboral en México es una constante. El género, edad, embarazo, salud, discapacidad, apariencia física y orientación sexual son los principales motivos de exclusión en el ámbito laboral, y el en caso específico del embarazo, una mujer denuncia cada cinco días que ha sido despedida de su trabajo porque va a ser mamá, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

La fundadora de Mamá Godin, Aideé Zamorano dice: “Es común escuchar que un candidato fue excluido de una vacante laboral porque no cumplía con el rango de edad solicitado, o que una mujer no fue contratada por ser madre, y que incluso fue despedida por su situación de embarazo”.

Afirma que las mujeres son apartadas del ámbito laboral por el embarazo, por ser madres o por el simple hecho de ser mujeres. De acuerdo con el INEGI, sólo 43.1% de las mujeres mayores de 15 años están en el mercado laboral, en contraste, con el 74.5% de los hombres del mismo rango de edad, una diferencia del 30 por ciento.

De igual forma expresa que la situación empeoró con la pandemia, ya que durante el 2020 más de un millón de mujeres dejaron o perdieron su trabajo, lo que significó una disminución del 5.2% en la participación femenina.

Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) encontró que el PIB podría tener un crecimiento acumulado del 15% en los próximos 10 años si se suma a 8.2 millones de mujeres en la economía. Por lo que sumar a más mujeres a la fuerza laboral no sólo las favorece a ellas, también coadyuva al crecimiento económico del país.

No obstante estas cifras todavía son frecuentes los actos de discriminación en México, siendo las mujeres las principales afectadas en el ámbito laboral, y si bien existen organismos que protegen a los trabajadores de la discriminación, todavía falta mucho para lograr la igualdad en los centros de trabajo.

LA INCORPORACIÓN, UNA URGENCIA

La Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación es un mecanismo de adopción voluntaria para reconocer a los centros de trabajo que cuentan con prácticas en materia de igualdad laboral y no discriminación, para favorecer el desarrollo integral de las y los trabajadores.

Dicha norma es impulsada por el Inmujeres, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y el Conapred. Sus principales ejes son:

Incorporar la perspectiva de género y no discriminación en los procesos de reclutamiento, selección, movilidad y capacitación, garantizar la igualdad salarial, implementar acciones para prevenir y atender la violencia laboral, realizar acciones de corresponsabilidad entre la vida laboral, familiar y personal de sus trabajadoras y trabajadores, con igualdad de trato y de oportunidades.

A su vez, la STPS se encarga de vigilar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores, además de promover la igualdad de género en los centros de trabajo, la Conapred tiene como responsabilidades, vigilar, prevenir y eliminar la discriminación.

El Comité del Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género elaboró un estudio enstablece que la Violencia laboral (mobbing) desde la perspectiva de género.

El documento “Violencia laboral (mobbing) desde la perspectiva de género” se desarrolló con el fin de dar cumplimiento al proyecto “Análisis jurídicos en materia de violencia contra las mujeres” y retoma las recomendaciones emitidas al Estado mexicano por parte de los órganos internacionales que dan seguimiento a las convenciones internacionales sobre derechos humanos, de organismos internacionales, como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).

Indica que una vez detectados aquellos ordenamientos que tienen como resultado discriminar a las mujeres, que resultan omisos o que no tutelan los derechos laborales de las mismas, se plantean propuestas legislativas concretas.

El objetivo es proporcionar información sobre el estado que guarda actualmente la legislación nacional, contrastándola con el marco jurídico internacional, y en caso de encontrar una falta de armonización de los contenidos nacionales con los instrumentos internacionales en la materia, contar con elementos para plantear propuestas de reformas legislativas, a fin de garantizar a las trabajadoras, el pleno goce y ejercicio de sus derechos.

Además refiere la necesidad de proporcionar a las y los diputados información oportuna que permita dimensionar la importancia de legislar en este tema, pues al hacerlo no sólo se garantizarán los derechos humanos de las mujeres, también se da cumplimiento de los instrumentos internacionales en la materia.

A nivel internacional ONU Mujeres promueve los ‘Principios para el Empoderamiento de las Mujeres’ (WEPs, por sus siglas en inglés), que consiste en siete principios que ofrecen orientación a las empresas sobre cómo promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en el lugar de trabajo.

Estos principios son:  promover la igualdad de género desde la dirección al más alto nivel tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo velar por la seguridad, salud y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres llevar a cabo actividades de desarrollo empresarial a favor del empoderamiento de las mujeres promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y cabildeo evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género

Aunque estas herramientas, la NOM025 en México y las WEPs a nivel internacional son voluntarias, representan un gran paso hacia la prevención de la discriminación laboral, ya que, sobre todo, impulsan la participación laboral de la mujer en centros de trabajo libres de estigmas y con mejores políticas corporativas con perspectiva de género.

Sumando a esto, el ranking de “Las mejores empresas para madres trabajadoras” elaborado por Mamá Godín, busca impulsar el desarrollo profesional de las mujeres y madres, en el cual se mide el número de madres en la organización, el número de madres en posiciones de liderazgo, prestaciones y licencias parentales equivalentes.

Someterse a cualquiera de estas evaluaciones sin duda proporciona un reconocimiento y prestigio a las empresas que logran obtener estos certificados, además las pruebas son totalmente gratuitas y permiten avanzar hacia un país libre de discriminación y con mayores oportunidades profesionales para las mujeres.

Al conmemorar el Día Internacional de la Igualdad Salarial, es imperante mejorar en nuestro país las políticas públicas y corporativas en pro de las madres trabajadoras, y brindarles oportunidades de crecimiento personal y profesional, pues las madres también somos seres independientes y tenemos metas que deseamos cumplir”, concluye Aideé Zamorano de Mamá Godín.

Según el análisis “Violencia laboral, una realidad incómoda. Estudios de caso desde una perspectiva de género”, alrededor de 30.1% de las mujeres de 15 años y más ocupadas como empleadas, obreras o jornaleras en México, afirman haber padecido algún tipo de violencia en el trabajo.

En el siglo XXI la violencia laboral es indirecta y pasiva, entre las formas más comunes de violencia se encuentra la psicológica, como el aislamiento y vacío que se le hace a la víctima, el cual puede llegar a destruirle psicológicamente. Esa violencia pasiva puede consistir en “acusaciones de incompetencia, manipulación de los hechos para que el empleado pueda parecer demente, para que pierda sus herramientas; en otras palabras, mezquindades menores.

Esta situación se ve reforzada al observar las cargas de trabajo por nivel de escolaridad, que en todos los niveles es superior la jornada global de trabajo de las mujeres e incluso entre las mujeres más escolarizadas es donde se aprecian las cargas de trabajo más elevadas, resultado asociado con las mayores oportunidades de participación en el mercado laboral, lo cual no las exime del trabajo doméstico.

Aspecto que se ve claramente reflejado al ser las mujeres casadas o unidas las que, además de aportar una mayor cantidad de trabajo para la producción de los bienes y servicios, también reportan la mayor brecha respecto a la cantidad de trabajo aportado por los hombres.

De ahí la necesidad de promover e impulsar las políticas conducentes a compartir las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres y paulatinamente ir reduciendo las inequidades; así como promover la inserción de las mujeres en el mercado laboral en condiciones de igualdad frente a los hombres.

El acoso puede también ser una manera de obligar a las trabajadoras a renunciar sin pasar por el procedimiento de despido, es decir, tiene como finalidad que la persona “indeseada” se desgaste y renuncie, y no sea indemnizada conforme a derecho en los casos de despido injustificado.

El acoso laboral implica una violencia psicológica, utilizada para intimidar a las y los trabajadores a fin de orillarles a renunciar a sus trabajos.

El término mobbing significa “acosar, hostigar, acorralar en grupo”, y se refiere a una modalidad de violencia psicológica en el lugar de trabajo con efectos en la salud emocional de sus víctimas.

La OCDE, por su parte, es un documento denominado Construir un México inclusivo: políticas y buena gobernanza para la igualdad de género ha defendido la igualdad de género en diversos terrenos.

Indica que no sólo hemos aportado pruebas del por qué la discriminación de género es perjudicial, para los individuos, las familias y la sociedad en general, y para el nivel de bienestar al que aspiran, sino también de las repercusiones negativas que afectan al crecimiento potencial de nuestras economías.

Expresa que el fuerte apoyo de la OCDE, así como la diligente labor que realizan las y los sherpas (incluida la OCDE), ha incrementado la importancia de la agenda de género y conducido a fuertes compromisos de los líderes del G20 y del G7.

Agrega que este trabajo ha ayudado a promocionar aún más la meta de género del G20, con la intención de que para 2025 se reduzca en 25% la brecha en las tasas de participación en la fuerza laboral entre hombres y mujeres.

El estudio Construir un México inclusivo: políticas y buena gobernanza para la igualdad de género, redactado en colaboración con Inmujeres, constituye una contribución importante para la agenda nacional de igualdad de género.

El informe presenta un análisis detallado de la situación de México en cuanto a igualdad de género y hace recomendaciones específicas para obtener mejores resultados.

México necesita invertir en instituciones y competencias para asegurar que dichas herramientas den resultados. Su eficaz implementación y un cambio de parámetros culturales son fundamentales, ya que, en distintos campos, el país va a la zaga no sólo de los países de la OCDE, sino también de países latinoamericanos con niveles de desarrollo similares.

México todavía tiene una de las tasas más bajas en cuanto a participación de la mujer en el mercado laboral. Sólo 47% de las mexicanas en edad productiva son parte de la fuerza de trabajo, en comparación con el 67% promedio de la OCDE y niveles de alrededor de 60% en Chile, Colombia, Perú y Brasil.

La violencia contra la mujer aún afecta profundamente el tejido social del país y los estereotipos de género están muy extendidos. En muchos casos, los medios masivos de comunicación, incluida la televisión reproducen estos sesgos o prejuicios, lo que resulta en mayores grados de desigualdad y discriminación de género.

Las desigualdades entre mujeres y hombres tienen consecuencias morales y éticas, pero también económicas.

El análisis de la OCDE muestra que reducir a la mitad la brecha de género en la participación en la fuerza laboral entre hombres y mujeres de México para 2040 incrementaría el PIB per cápita en casi 0.2 puntos porcentuales, al año, sobre las proyecciones de la línea de base.

Por lo tanto, las acciones decisivas de México para reducir las brechas de género deben seguir siendo una prioridad. Inmujeres ha ejercido un papel crucial en el fortalecimiento de las políticas de género y la promoción de medidas como las cuotas de género, lo que ha resultado muy efectivo.

Es importante reducir las brechas de género e incrementar el empoderamiento de las mujeres porque México enfrenta muchos retos y ha propiciado una agenda importante para una reforma estructural.

La discriminación y desigualdad en el mundo laboral siguen siendo una realidad para las mujeres en México y la muestra de ello es que los primeros tres meses del año 2022, se registraron en promedio  10 mil abandonos laborales derivados del acoso y hostigamiento, según el Instituto Nacional de las Mujeres.

Inmujeres, establece que es urgente implementar acciones de política pública que ayuden a garantizar la igualdad sustantiva, pero principalmente que tengan un impacto real en la vida de las mujeres.

El mundo laboral en México sigue siendo desigual, ya sea en contratación, permanencia, promoción o despido y los datos indican que las mujeres dejan sus empleos debido a que siguen siendo las principales responsables de los cuidados de las familias y en los primeros tres meses del 2022 una cuarta parte lo hizo porque se casaron, embarazaron o por otras razones, mientras que en el caso de los hombres sólo lo hacen en un 2% en el mismo periodo.

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