La reforma laboral logró ser más incluyente y con perspectiva de genero, cuando pasó todo los temas laborales al Poder Judicial.
Este poder se ha alineado más pronto a las luchas de las mujeres, las personas no binarias, las disidencias sexuales y otras poblaciones vulnerables, dice Alix Trimmer, laboralista feminista.
El nuevo modelo de justicia del trabajo, con centros de conciliación y tribunales laborales, ya se está implementando en 21 estados del país. Y partir del 3 de octubre entrarán en funciones en las 11 entidades restantes, entre ellas, la Ciudad de México.
Susana Casado, funcionaria de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), asegura que la perspectiva de género en la reforma se encuentra en la obligación de los sindicatos a incluir a mujeres en sus directivas.
Además, las empresas deben contar con un protocolo de atención a la violencia, acoso y hostigamiento, sostuvo la funcionaria en un foro convocado por la embajada británica.
Definitivamente hay un avance dice, Alix Trimmer. “Éste surgió en un contexto bélico, que fue la Revolución Mexicana, y cosas más patriarcales que la guerra hay pocas. Su origen se ubica en un tiempo en el que la sociedad era estructuralmente “más machista”, explica.
“El mundo del trabajo estaba identificado principalmente con el hombre cisgénero, heterosexual y sin discapacidad. Y lo que no cupo en esa cajita, simplemente quedó fuera de la protección de la ley”, añade.
El derecho laboral surgió en la segunda década del siglo pasado y fue algo novedoso, tanto en el país como nivel mundial.
Bajo ese contexto, las población excluidas poco a poco han logrado que se reconozcan algunos de sus derechos.
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