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Periodismo satanizado

Infiltrado por la improvisación, injuriado por el poder presidencial, invadido de advenedizos, manchado por el servilismo

El periodismo es la disciplina y la profesión centrada en las labores de difusión de información a través de los medios masivos de comunicación. Involucra la obtención, tratamiento, interpretación, redacción y difusión de informaciones consideradas relevantes, importantes o pertinentes para lectores, escuchas y televidentes. Una audiencia heterogénea como receptora.

Uno de sus principales propósitos es facilitar y proporcionar información para que la sociedad tenga acceso al relato de los hechos y testimonios confiables basados en la veracidad y la oportunidad.

Para lograr y cumplir su cometido emplea recursos auditivos, visuales, escritos o audiovisuales.

La relación que hay entre el periodismo y la política es el mismo que hay entre la opinión pública y el gobierno en una sociedad. Así, el periodismo permite a la comunidad cuestionar a las autoridades y exigir respuesta a los asuntos que sean de interés.

Es básico que los periodistas se rijan por un estricto código ético y profesional, y evitar convertirse en actores políticos que permitan y legitimen opiniones parcializadas al esconderlas en lugar de revelarlas, mintiendo en lugar de ser veraces y desinformando en lugar de brindar datos confiables.

DESTERRAR SOMETIMIENTOS

El periodismo sometido al poder político mediante la censura, no cumple con su rol y termina convirtiéndose en un instrumento de propaganda.

La independencia del periodismo de los poderes fácticos de una sociedad (el Estado, los partidos políticos, las clases económicas, las sectas gubernamentales, entre otros) es considerada como una garantía de la salud de una democracia, ya que puede informar a la población de los asuntos que no convengan a los poderosos. Por eso se lo llama el “cuarto poder”.

La comunicación, con todas sus ramas involucradas como es el  periodismo, es una de las carreras de más proyección y mayor demanda en el mundo contemporáneo.

La tarea periodística, ubicada dentro de las Ciencias de la comunicación o bien de la sociología, forma parte de la Comunicación Social.

Josep Carles Rius en su libro Periodismo en reconstrucción (Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona, 2016)  propone la regeneración del oficio a través de una mirada optimista.

Nacido en el municipio catalán de Valls en 1956, Rius Baró es licenciado en comunicación y posee un máster en investigación, comunicación y periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde ha sido profesor desde 1992.

Periodismo en reconstrucción habla de la transformación que  sufre la profesión: ¿Cuándo comienza realmente esta reconstrucción? ¿Con la llegada de Internet? ¿O es un proceso que se inicia mucho antes?

La crisis del 2007/08 lo que hace es poner en evidencia una serie de problemas que ya tenían los medios de comunicación, en especial la prensa y por consiguiente el periodismo.

Las sensaciones eran de tocar fondo. A causa de una serie de déficits que ya existían, de pronto, con la confluencia de diferentes factores se demuestra que existe una crisis profunda, que no es tanto del periodismo, sino de todo el sistema mediático.

Un factor básico es la pérdida de confianza. La ciudadanía tiene la percepción de que, durante muchos años, los medios de comunicación no han estado a su servicio, sino al servicio del poder y por eso hay una crisis de confianza. Y en eso se enfoca el libro, en que hay que reconstruir sobre todo esta confianza.

Hay avances, pero también retrocesos y hay un factor fundamental que es la polarización de la sociedad. Las redes sociales juegan un papel muy importante en esto. Pero también hay otros factores como por ejemplo la coincidencia entre los mensajes que se envían y lo que la gente ya cree y aquí viene lo que llamamos periodismo de trinchera que lo que hace es avivar esta polarización. Este es el gran riesgo.

El periodismo es fundamental para la convivencia de las fuerzas democráticas de un país, ya que sirve de vigilante de los actores políticos, económicos y sociales que hacen vida en la sociedad, asegurando que la opinión pública se entere de lo que le convendría saber.

Una sociedad desprovista de periodismo, carece de medios para informarse respecto a sí misma, para pensar sus dilemas y para oír la voz de sus intelectuales. El periodismo es, así, un lugar de encuentro de la sociedad consigo misma.

Rius Baró es claro y preciso al establecer:

Los futuros periodistas tienen la necesidad de conocer muy bien el mundo al que se van a enfrentar. Necesitan una formación intelectual muy sólida, porque yo entiendo al periodista como un intelectual que mira, analiza la realidad y toma decisiones. Para ello, la lectura, las experiencias y la adquisición de información de calidad son fundamentales.

También debe tener dominado los instrumentos para emitir información de forma efectiva y para ello es indispensable dominar las redes, la imagen o la escritura entre otras cosas. Yo diría que se trata de introducirse en la formación de oficio, dominando las técnicas de oficio actuales.

Por otra parte, hay otro factor que para mí es clave, que es la formación deontológica y ética. Es decir, que se debe tener cultura, formación técnica, pero también es importante tener una formación ética muy sólida sobre todo para la toma de decisiones.

Para lograr el crecimiento hay que encontrar la manera de ser útil en el periodismo para poder ser útil en la sociedad.

Uno de los cambios más significativos en el periodismo de la última década ha sido la irrupción de los ciudadanos en el proceso informativo, estableciendo diversas formas de interacción con los profesionales de la información, con los medios de comunicación y también entre ellos.

Esta novedad ha establecido una nueva cultura periodística donde la noticia adquiere una dimensión dinámica y en la que la propia interactividad con el público puede contribuir a alimentar distintos aspectos que también han entrado a formar parte de los medios de comunicación. Sin embargo, este papel activo del público no puede sustanciar el denominado periodismo ciudadano, pues adolece de las garantías necesarias de una información de calidad que asegure un debate público ordenado y constructivo.

Cualquier ciudadano con un teléfono móvil o una cámara podía ser testigo de un hecho noticioso y difundir ese material para el consumo del resto de la sociedad. Y no sólo videos y fotografías, sino también relatos desde el escenario de los hechos mediante los cuales suplir a los cronistas profesionales. Los propios medios de comunicación se han valido de este nuevo rol informativo del ciudadano en determinadas situaciones en las que era más fácil publicar una fotografía o una información remitida por un testigo que enviar a un equipo de profesionales al lugar.

Según la definición de Bowman y Willis podemos hablar de periodismo ciudadano cuando el usuario “juega un rol activo en la adquisición, reporte, análisis y diseminación de noticias e información”; es decir, cuando es el responsable último de recopilar, editar y distribuir la información mediante plataformas digitales autogestionadas, controlando de este modo todos los procesos productivos de la noticia.

Esta definición marca la diferencia con el periodismo participativo, en el cual la colaboración entre ciudadanos y periodistas se desarrolla en el marco profesional del medio.

PANORMA TENEBROSO

La mayoría de los mexicanos reconocen altos riesgos de la labor periodística en el país.

Un 47% de entrevistados por Consulta Mitofsky opinó que las autoridades federales “hacen lo que pueden” para atender esta situación; mientras que el 43% respondió que no está de acuerdo con esta afirmación.

La creciente violencia contra periodistas en México sumado a la retórica del Gobierno Federal a algunos integrantes del gremio periodístico evidencia una crisis de seguridad para quienes ejercen esta profesión en el país, al punto de que organismos internacionales y otros gobiernos han alertado sobre esta situación.

Consulta Mitofsky decidió explorar cuál es la percepción entre los mexicanos sobre la libertad de prensa y la condición en la que laboran los periodistas en el país.

A pregunta expresa sobre qué tanta libertad de prensa existe en México, casi el 50% de los entrevistados consideró que en el país hay “mucha” libertad.

No obstante a esta percepción de “libertad de prensa”, más de la mitad (61.2%) de las personas consultadas por la casa de encuestas dirigida por Roy Campos opinó que los periodistas sí se enfrentan a un mayor riesgo a sufrir violencia que el resto de la población en México. Estos resultados reflejan la condición de violencia a la que se enfrenta actualmente el gremio periodístico.

En cuanto a la responsabilidad del Gobierno ante esta creciente violencia y la protección de los periodistas para que ejerzan su profesión en el país, existen opiniones divididas.

Al menos 47% de los entrevistados por Consulta Mitofsky opinó que las autoridades federales “hacen lo que pueden” para atender esta situación; mientras que el 43% respondió que no está de acuerdo con esta afirmación.

Mientras que 5.1% considera que el Gobierno debe proteger a los periodistas más que al resto de la población, debido a que corren más riesgo con su actividad.

El subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, ha admitido que la creciente violencia contra periodistas en el país ha representado un reto para la administración actual.

Es una situación que tenemos que asumir en el Gobierno actual y que no hemos podido remontar. Los niveles de violencia que hemos conocido y particularmente durante los tres primeros meses de este año, nos obliga a replantear las acciones para fortalecer las medidas de reacción contra la violencia”, afirmó Encinas el 26 de abril en Michoacán.

El gremio periodístico y defensores de derechos humanos han advertido sobre las constantes descalificaciones del propio presidente López Obrador contra diversos medios de comunicación y periodistas.

Balbina Flores, representante en México de la organización Reporteros sin fronteras (RSF) estima que la descalificación, la estigmatización, y la señalización de periodistas por parte del mandatario mexicano y el Gobierno federal, en un país tan peligroso como lo es México para el periodismo, no contribuye al respeto a la libertad de expresión ni al ejercicio periodístico.

Según datos de “Negación”, un informe anual de la organización Artículo 19 presentado a inicios de abril, la violencia contra la prensa en México aumentó el 85% en los tres primeros años de gobierno de López Obrador en comparación al mismo periodo de la administración de Enrique Peña Nieto.

En el informe se destaca que desde que el actual jefe del Ejecutivo asumió el poder en diciembre de 2018 suman más 2 mil agresiones a periodistas.

PROTEGER LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Ante ese magro panorama  la diputada priísta Cristina Ruiz Sandoval propuso reformar y adicionar diversas disposiciones de las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social, para proteger la libertad de expresión y a las y los periodistas de México, en materia de seguridad social.

Concretamente modificar la Ley Federal del Trabajo para adicionar el capítulo II Bis denominado “Trabajadores periodistas” que contempla los artículos 187, 188, 189 y 190.

La iniciativa incluye establecer que los patrones deberán proporcionar el equipo necesario para prestar el servicio, alojamiento y alimentos cuando se realice a más de 80 km de la ubicación del centro laboral, tratamiento médico y medicamentos, y un seguro de vida privado.

Indica que las condiciones de trabajo de periodistas serán proporcionales a la naturaleza e importancia de los servicios que presten y no podrán ser inferiores a las que rijan para trabajos semejantes dentro de la empresa o establecimiento.

Adiciona un inciso e) al artículo 562, a fin de precisar que para cumplir las atribuciones a que se refiere la fracción III del artículo anterior —sobre las investigaciones y estudios para fijar los salarios mínimos— se considerará el riesgo de la vida por el ejercicio de la profesión, en especial de las y los trabajadores periodistas.

En lo que corresponde a la Ley del Seguro Social, se alienta  reformar el artículo 73 para señalar que las y los trabajadores periodistas que por el tipo de información, investigación, servicio o nota que realicen pueda poner en peligro su vida, ya sea el inicio de su inscripción o ya inscrito, estarán clasificados en la Clase V.

Menciona que el salario promedio de un periodista en México es de 6 mil 195 pesos, y a pesar de la gran profesión y el riesgo que tiene, no se les ha considerado en otros tabuladores que puedan aumentar sus salarios y las prestaciones de ley.

El gremio del periodismo en México, subraya, se enfrenta a diversos riesgos y afectaciones no sólo a su trabajo, sino también a su persona, por lo que resulta fundamental protegerlas y protegerlos ante este escenario adverso, para que en el ejercicio de su noble y necesaria labor, cuenten con una correcta protección a su integridad, a la confidencialidad de su información y una mejor calidad laboral.

Expresa que las y los periodistas son objeto de constantes ataques por diversas vías, como la publicación de sus datos personales e incluso condiciones precarias en materia laboral, lo cual representa una clara violación a la protección de datos personales, poniendo en riesgo su persona y la de sus familias.

Agrega que no obstante el amplio marco legal para sustentar una correcta protección a las y los periodistas, “las agresiones contra periodistas no han disminuido, y todos los días se encuentran en constante riesgo”.

La legisladora Ruiz Sandoval dio a conocer que a su vez la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos considera que las principales razones que provocan las agresiones son: crimen organizado, impunidad, corrupción y colusión entre autoridades y grupos delincuenciales, así como la falta de cultura.

Proteger libertad de expresión y a periodistas, en materia de seguridad social, propuso la legisladora.

El perfil de quienes agreden a los periodistas en México es de 43 por ciento servidores públicos y 33 por ciento miembros de la delincuencia organizada. .

La iniciativa fue remitida a las comisiones unidas de Trabajo y Previsión Social y de Seguridad Social.

En otro escenario, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión guardó un minuto de silencio por mujeres y periodistas asesinados en el país.

Diputadas y diputados, Senadoras y Senadores, guardaron un minuto de silencio por todas las mujeres víctimas de feminicidio y por los periodistas asesinados en el país.

Las cifras sobre violencia hacia periodistas mantienen una tendencia al alza en los últimos años y afectan de manera más grave a mujeres y a quienes realizan cobertura informativa de temas relacionados con corrupción, política y derechos humanos, establece el “Asedio, amenaza y ataque: la condición de vulnerabilidad de periodistas en México”, elaborados por Signa_Lab ITESO.

Datos de Artículo 19 México revelan la tendencia al alza en las agresiones sufridas por mujeres periodistas: “de 2010 a 2015 se denunciaron en promedio 50 ataques a la prensa, para el periodo de 2016 a 2021 la cifra por año alcanzó los 161 casos, siendo los últimos dos años los que más reportes registraron: 207 en el año 2020 y 202 durante el 2021”.

QUE NO PASA NADA

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dio a conocer que 91% de los asesinatos de periodistas en México están impunes. El 60% de estos crímenes han sido cometidos en seis entidades: Sonora, Veracruz, Guerrero, Michoacán y Oaxaca, cuyos gobiernos estatales han sido incapaces de terminar con la impunidad.

De 49 periodistas asesinados, sólo se ha dictado sentencia en cinco casos, lo que significa una impunidad del 91%, establece la CNDH en el informe “Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas”.

Sostuvo que en esta etapa de impunidad de los asesinatos contra periodistas 37 asuntos están en etapa de investigación, es decir 75%.

El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) instruyó a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dar a conocer el trámite de 557 quejas que ha recibido con relación a violaciones de derechos humanos de periodistas en la última década.

“El acceso a la información se convierte en un instrumento vital para visibilizar las problemáticas de la labor periodística, pero también para valorar la actuación de nuestras autoridades para respetar y garantizar los derechos humanos de las personas periodistas, posicionar el tema en el debate público y, principalmente, propiciar mejores condiciones para ejercer el periodismo en libertad; de ahí la importancia de conocer el trámite que se ha dado a las quejas relacionadas con violaciones a los derechos humanos de quienes integran ese gremio, derivadas de acciones u omisiones de nuestras autoridades, máxime que las mismas no solo afectan a las periodistas, sino a la democracia misma”, expresó la Comisionada Presidenta del INAI, Blanca Lilia Ibarra Cadena.

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