Opinión

¿Por qué nos agrava la contratación de 500 médicos cubanos?

“El agradecimiento, es la memoria del corazón”.

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El médico, es una de las profesiones más respetables para pueblos como el nuestro, los queremos porque curan a nuestros seres amados, no son perfectos, pero los reconocemos como las manos que utiliza Dios para curar nuestros males, acudimos a ellos cada que necesitamos y eso ha pasado muchas veces en nuestras vidas.

Por eso, nos solidarizamos con ellos, les guardamos gratitud y difícilmente olvidamos los momentos de desesperación que hemos sufrido cuando vestidos con sus batas blancas se equiparan a ángeles que salvan la vida de nuestros hijos o padres, amor, con amor se paga y ese sentimiento de gratitud y solidaridad, surge en la memoria del corazón.

Muy en especial hemos visto a los médicos de los hospitales públicos que atienden a los necesitados de la población abierta que no tienen beneficios de seguridad social y que llegan en condiciones extraordinarias de precariedad y deterioro.

Probablemente ese cariño solidario y la gratitud generalizada que por ellos sentimos, explica que la reacción de los mexicanos fue muy sensible cuando percibimos un acto de discriminación y menosprecio por ellos del propio Presidente de México.

El nueve de mayo de este 2022, el titular del Ejecutivo anunció que en su viaje a Cuba comprometió la contratación de 500 médicos cubanos, aduciendo que en México no los tenemos.

El anuncio irritó a los mexicanos por muchas razones, la sociedad reaccionó porque sabía que el presidente nos mentía otra vez en su afirmación de que no hay médicos en México, su anuncio agravó la desconfianza personal en él que se hace creciente por muchas razones.

Las notorias inconsistencias de su justificación para sustentar esa contratación fueron percibidas como una afrenta al gremio y a la sociedad mexicanas porque el anuncio sobrevino en el contexto en el que durante la pandemia muchos médicos enfrentaron sus deberes con valentía y hasta sacrificio personal en condiciones paupérrimas, varios murieron en ese esfuerzo dejando huérfanos y viudas y esa entrega refrendó el cariño que les tenemos en el pueblo.

La sociedad sabe que ¡Sí hay médicos en México! Y los hay por varios miles que buscan empleo y no lo encuentran porque no hay plazas vacantes en el sector público y en el privado casi no hay oportunidades.

Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática “INEGI”, hay 305,418 médicos en México con capacidad de ejercer su profesión; ese mismo instituto informa que somos 126,014,024 millones de habitantes en nuestro país.

Según la, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico “OCEDE” en su segmento denominado “panorama de la Salud” 2021, explicó que en México atienden 2.4 médicos por cada mil habitantes y que la recomendación internacional es que sean 3.6 de cada mil.

En apoyo al presidente, el Secretario de Salud informó que hay déficit de atención de salud por falta de médicos, pero su apoyo agravó el descontento y empeoró la credibilidad en el gobierno por tratarse de una afirmación sesgada para confundir ya que, en efecto, hacen falta médicos pero porque el 100% de las plazas institucionales de médico están ocupadas, y son insuficientes para atender la demanda popular de un sistema de salud que es diminuto con relación a la demanda social.

Significa que sí hay médicos, pero que no hay empleos creados para ellos, no obstante que sí hay necesidades sociales crecientes, especialmente en zonas marginadas.

Si el gobierno en realidad tuviera el propósito de atender la demanda social, y cuenta con dinero para contratar médicos extranjeros, lo razonable y deseable hubiere sido que abriera más plazas y convocara a profesionistas mexicanos para desempeñarlas.

Eso es lo debió pasar ya que el artículo 32 de la Constitución Política Federal establece que los mexicanos serán preferidos a los extranjeros en igualdad de circunstancias para todos los empleos de gobierno.

Como se sabe, los médicos, para ejercer necesitan permisos que les reconozcan sus capacidades académicas para ejercer y esos requisitos no los cumplen los médicos cubanos; no los cumplieron los que trajeron durante la pandemia.

La nota fue muy desafortunada porque además se generalizó la idea de que ganarían más salario que los nacionales.

Ese tema se percibió como una afrenta a los médicos y a la sociedad mexicana por entenderse como un compromiso político personal del Presidente con el gobierno filo socialista cubano, acuerdo que nada tiene que ver con los delicados temas de atención a la salud en México.

La contratación de médicos cubanos nos hizo recordar la ofensiva promesa que tendríamos servicios de salud como los de Dinamarca, ¡Que burla fue esa!.

Causó molestia porque ésta experiencia es repetición de otra desastrosa, ya durante la pandemia el Presidente contrató médicos cubanos que cuando se incorporaron al servicio se supo que ni siquiera eran médicos y fueron altísimamente cuestionados por deficiencias profesionales en comparación con los mexicanos.

El Presidente aún está a tiempo para corregir, a esta hora, ya se habrá dado cuenta que el gremio y la sociedad quedamos profundamente incómodos con la marginación y que el pueblo se solidarizó con sus médicos.

Un cálculo inteligente le hará recapacitar y entender que esa ocurrencia lastima a los mexicanos.

En lo político, le trascenderá en un número incuantificable de votos de castigo, como los que se emitieron cuando él ganó las elecciones en el 2018.

carblanc@yahoo.com

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