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Temo que el tragarme el semen de mis amantes engorde.

Soy Neto, tengo veintitrés años y disfruto comerme los fluidos de mis amantes.

Debo decirlo abiertamente, me siento orgulloso al admitir que soy gay porque después de mucho tiempo de estar en el clóset, hoy puedo gritar a los cuatro vientos que me gustan los hombres.

En cada acto sexual pienso que no soy un hombre desperdiciado y por ello siempre le pido a mi pareja sexual que eyacule en mi boca, me encanta sentir ese sabor y ese líquido calientito entre mi lengua.

El sabor del líquido seminal es muy especial para mi paladar, tanto que antes de tener algún encuentro sexual lavo muy bien mi boca para que ningún sabor de alimento anterior le quite el buqué a la lechita de mis novios.

No hay nutriente para mí mejor que esa mezcla caliente de mis machos, sé que estos espermas no podrán germinar mi vientre, pero me conformo con pensar que una buena cucharada de ellos calienta mi estómago y luego se dan un paseo por mis intestinos.

Creo que mi obsesión no daña a nadie, además no he encontrado quien se rehúse a disfrutar de mis succionadas mientras eyacula. No he tenido a ninguna pareja que no diga que es una experiencia increíble y que eso me pone en el top 10 de sus amantes.

Mi lengua complementa el placer sobre de miembro de mis “amigos” y ellos se retuercen de placer, yo me doy cuenta de ello porque se retuercen de aplacer cada vez que estoy en la intimidad con ellos.

Yo me siento soñado cada vez que paladeo el sabor de las entrañas de mis machos y no concibo la vida sin hacerlo una vez más. Sueño con el siguiente encuentro sexual y de que al final de este, pueda comerme la mezcla que sale de sus entrañas.

Pero, no todo es miel sobre hojuelas, pues aunque he investigado al respecto, temo que mi obsesión me engorde. Me he dado a la tarea de leer todos sobre el tema, sobre el valor nutrimental del semen y no he encontrado nada que me indique que podría perder mi esbelta figura.

Te escribo porque necesito saber si estos fluidos lechosos me pueden hacer engordar, no quiero perder la línea y tampoco deseo dejar de disfrutar de las mieles de placer.

 

RESPUESTA:

Estimando Neto, agradezco te hayas tomado el tiempo de escribirme y de contarme lo que te está molestando en los temas sexuales.

Tragar el semen puede ser placentero para algunas personas, y por lo que leo, representa una parte fundamental de tu encuentro sexual y no veo la razón por la cual debas dejar de hacerlo.

Cada descarga seminal representa unos cuantos mililitros, no excede en cantidad por lo que no representa un problema para incrementar el peso en ti, pero si tienes otros aspectos que debes cuidar al tragar el líquido de espermatozoide.

Es muy común que al tragar los fluidos seminales puedas contagiarte de alguna enfermedad de transmisión sexual y que en la garganta y otras partes del aparato bucofaríngeo se puedan contagiar de células malignas que incluso puedan desencadenar en cáncer.

Por ello, es recomendable que después de cada encuentro sexual de sexo oral, laves tus dientes y desinfectes el área con enjuagues bucales antisépticos para que se elimine cualquier virus o bacteria que te pudiera enfermar a corto o largo plazo.

En lo personal no veo nada de malo en el hábito de tragar semen, pero sí creo es una práctica que no puedes realizar con todos los amantes que te encuentres porque tu seguridad física podría verse comprometida.

También es importante que no practiques el sexo oral después de sexo anal, porque es muy probable que en el miembro viril que estás manipulando con la boca se encuentren partículas de excremento u otras bacterias que podrían afectar seriamente tu salud.

Quiero que descartes toda posibilidad de engordar por tragar semen y que pienses en que no es un acto que debes hacerlo en todas las ocasiones porque no sabes si todos tus amantes en turno tengan buenos hábitos de higiene.

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