Editorial

Nuevo pacto para el crecimiento económico

El mundo del trabajo en México atraviesa un proceso de transformación. Sin embargo, esto no es nuevo. Cuando se menciona a la Reforma Laboral en el país nos preguntamos ¿Cuál de ellas?

Esto ocurre porque en los últimos años se introdujeron numerosas modificaciones a la Ley Federal del Trabajo (LFT). Se puede afirmar que hubo al menos seis grandes cambios que se aprobaron desde 2018 en adelante.

Vamos a detenernos en la Reforma Laboral publicada el 1ro. de mayo de 2019, Día Internacional de los Trabajadores. Ese día se reformaron un importante número de disposiciones en la LFT.

Esta representa un antes y un después en materia de justicia laboral, democracia sindical y negociación colectiva. Sin dudas también significa un importante cambio en la relación entre patrones y trabajadores.

Se trata de la implementación de un nuevo modelo de Reforma Laboral en México, el mismo se basa en la justicia, libertad y democracia en el mundo del trabajo.

La Reforma Laboral se convirtió, en aquel momento, en una transformación histórica y profunda que el país estaba necesitando desde hacía muchos años. Sin embargo, no fue hasta el 2020 que inició el esquema transitorio de implementación gradual que se prevé concluirá en 2023. Es decir que falta un año más para que se implemente en su totalidad esta nuevo modelo laboral.

Bajo esta Reforma Laboral nueva, las y los trabajadores recuperan la libertad de decidir quiénes los representan. Además, pueden tener una participación activa en la negociación de sus contratos colectivos de trabajo. Todo esto a través del voto personal, libre y secreto. De esta forma, pueden elegir tanto a sus representantes como sus condiciones laborales. Gracias a ello se elimina el antiguo método de votación a mano alzada a través de delegados. Al tiempo que se protege la libertad de los colaboradores para decidir si quieren o no pertenecer a un sindicato o de construir uno nuevo.

Este es uno de los principales ejes de la Reforma Laboral. ¿Qué implica el nuevo sistema de justicia laboral? Básicamente, implica que antes de iniciar un proceso de demanda judicial será obligatorio intentar alcanzar un acuerdo entre el patrón y trabajador.

Precisamente para ello se crearon los Centros de Conciliación Laboral, los cuales serán integrados por profesionales capacitados en resolución de conflictos. En caso de que no se logre conciliar y acercar posiciones, las partes pueden acudir a los Tribunales Laborales dependientes del Poder Judicial. Allí podrán participar de juicios orales, en presencia de un juez.

De este modo se pone fin a la Juntas de Conciliación y Arbitraje. Estas desaparecerán una vez que concluya la implementación de la Reforma. Así, el nuevo sistema de justicia laboral consta de dos etapas bien definidas:

Conciliación.- Se trata de una instancia gratuita, imparcial y confidencial. Debido a que solo puede durar 45 días, se garantiza que sea rápida y ágil. En caso de no lograr un acuerdo, se emitirá una constancia de no conciliación para poder iniciar un juicio ante los Tribunales Laborales competentes.

Juicio.- Esta etapa consiste en la presentación y contestación de la demanda, incluyendo las pruebas; y en la admisión de réplicas y reconvenciones. En cuanto a la fase oral consiste en dos audiencias: una audiencia preliminar en la cual se cita a audiencia de juicio; y una audiencia de juicio, en la que se emite sentencia.

Además de la Justicia Laboral, habría que añadir la Democracia Sindical, es decir la libertad de los trabajadores para elegir a sus representantes sindicales, y la Negociación Colectiva, donde todos los trabajadores sean consultados a la hora de negociar los contratos colectivos o condiciones generales de trabajo; como entes rectores de esta nueva Reforma Laboral.

Este nuevo modelo laboral comprende diversas obligaciones y compromisos internacionales asumidos por el país en materia laboral. La Reforma representa un cambio de paradigma para la negociación colectiva y la solución de conflictos laborales. Por otra parte, impulsa la democracia sindical basada en la participación de la fuerza laboral, solo por mencionar algunos de los cambios más destacados.

Sin embargo, este avance hacia un nuevo modelo laboral se queda corto para lo que el país necesita en materia de productividad y competitividad y poder tener un crecimiento económico sostenido.

La productividad laboral incide significativamente en mayor competitividad de las empresas y la economía nacional, así como la conservación de empleos y, como consecuencia, en bienestar de los trabajadores.

Por ello trabajadores, sindicatos, y los patrones deben acordar libremente la voluntad y el compromiso de promover la productividad laboral en cada centro de trabajo. La coordinación y alianzas entre los diversos actores sociales es una relación estratégica de compromiso, que promueve la igualdad de oportunidades en el crecimiento, diversificación y competitividad en el mercado laboral.

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