Sin embargo, este último aumento es aún insuficiente para los cerca de 14 millones de personas que tienen un empleo informal y ganaban hasta un salario mínimo el año pasado.
Y es que en México los sueldos de los empleos informales están, en promedio, muy deprimidos. Veamos: el salario promedio de un trabajador con empleo informal es 47% menor que el de un trabajador con un puesto de trabajo formal.
En ese sentido, estos aumentos al salario mínimo son una medida en el sentido correcto, pero puestos en perspectiva sólo benefician al 11% de la población que trabaja y apenas deja a esos trabajadores con un poder adquisitivo similar al que tenían quienes ganaban un salario mínimo ¡en 1985!
Para ello necesitaríamos estímulos del gobierno, del SAT y del IMSS, para crear más micro, pequeñas y medianas empresas formales, que pudieran obtener créditos fiscales o prerrogativas en el pago de cuotas a cambio de capacitar y contratar a quien fuera personal subcontratado.
Sofía Ramírez Aguilar ( @Sofia_RamirezA) es economista y directora México, ¿cómo vamos?Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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