Investigaciones especiales

Batallan egresados para incorporarse al campo laboral

Las ofertas laborales son con bajos salarios y pocas o nulas prestaciones y las generaciones nuevas buscan empleos a corto plazo 

La ilusión de todo estudiante universitario es incorporarse al campo laboral apenas termine su carrera, poniendo en práctica los conocimientos adquiridos y recibiendo un sueldo por ello. Todo debería salir bien, o al menos eso esperan, pero la realidad les da un portazo en la cara ya que las vacantes son pocas, las condiciones básicas o deficientes, los sueldos muy bajos y la llegada del Covid19 empeoró todo.

La Encuesta Nacional de Egresados 2021, elaborada por la Universidad del Valle de México, a través del Centro de Opinión Pública reportó que desde que inició la pandemia en marzo del 2020, alrededor del 10 por ciento de los egresados que habían conseguido su primer empleo en los meses anteriores lo perdieron dados los recortes de personal que empresas públicas y privadas realizaron ante la crisis económica que la enfermedad causó en todo el mundo.

Las carreras en las que sus egresos registran un menor ingreso al campo laboral son Ciencias Sociales, Administración, Derecho, Ciencias Naturales, Ciencias Exactas y Computación, aunado a Ingeniería, Manufactura y Construcción; prácticamente todas.

La investigación identifica que quienes trabajan actualmente comenzaron a hacerlo desde antes de iniciar a estudiar la universidad o mientras la cursaban, pero quienes se esperaron a buscar una oferta al terminar sus clases u obtener el título universitario solo uno de cada diez lo logró.

Los afortunados en conseguir empleo lo lograron a través de las bolsas de trabajo en las propias universidades que se han convertido en vínculos con las empresas de manera segura y confiable para ambas partes. También las bolsas de trabajo en internet, las agencias de reclutamiento y las ferias de empleo, han sido las opciones para encontrar vacantes.

Quienes ni así logran colocarse en su primer empleo, lo consiguen a través de un familiar o amigo en donde no se garantizan las mejores condiciones laborales, dada la informalidad en la que realizan sus actividades de apoyo u ocupación.

El estudio resalta la grave la situación laboral de las mujeres al persistir la desigual frente a los hombres, tanto en la obtención de la vacante como para promociones en su primer empleo en donde el 43.6 por ciento de los hombres logró subir de puesto y el 67.4 por ciento de las mujeres las han dejado donde iniciaron.

El sueldo, ¿mucho o poco?

Empezar a ganar dinero por su propia cuenta es la motivación de muchos estudiantes cuando están por terminar sus carreras, pero ¿cuánto aspiran recibir?.

La pregunta de ¿aspiraciones económicas? que en los formatos de solicitud de empleo la responden sin bases reales, piden lo que imaginan que les podría servir, algunos preguntan a familiares y amigos cuánto podrían pedir; otros se aventuran a pedir cifras que hasta para profesionistas experimentados es alta o imposible de recibir.

La encuesta de UVM revela que el sueldo de los recién egresados oscila entre los 8 mil y los 15 mil pesos mensuales, cifra que pareciera que alcanza para cubrir las necesidades de una persona e incluso una pareja o familia de tres, pero en comparación con los sueldos reportados en años anteriores hubo una disminución de 2.8 por ciento, frente a la inflación del 7.3 por ciento reportada por el gobierno federal, lo que impactó en sus ingresos de manera significativa.

Detalla también que el pago por carrera cambia según la universidad de la que hayan egresado los alumnos. Por ejemplo, ganan más los egresados de instituciones privadas de carreras como Ingeniería Mecánica, Ingeniería Mecatrónica, Mercadotecnia y Publicidad, Ingeniería Industrial, Negocios y Administración.

En tanto, los egresados de universidades públicas logran colocarse con mejores sueldos al egresar de carreras como Ciencias de la Computación, Electrónica y Automatización, Medicina y Tecnología de la información y la Comunicación.

Inicio truncado por Covid19

Hasta antes de marzo del 2020, cuando se decretó el confinamiento por la pandemia, se estimaba que el 38 por ciento de los egresados habían conseguido empleo, pero después de esa fecha, la cifra cayó al 26.4 por ciento, lo que representó que los despidos fueran del 11.6 por ciento.

El reporte de UVM, el quinto de este tipo que realiza en los últimos años, indica que el 30.9 por ciento de los egresados que se encontraban desempleados en el momento en que recabaron datos contaba con experiencia laboral, lo que significa que ya habían tenido experiencia en algunas empresas o instituciones pero lo perdieron en los recortes de personal. La cifra es 5.9 por ciento mayor que en la medición anterior.

De dichos desempleados, el 61.2 por ciento perdió o terminó su relación laboral en el 2020, el resto renunció ante el riesgo de contagio, cambio de residencia o disgusto con las condiciones laborales.

Servicio Social se une a la causa

Un apoyo para que los egresados universitarios consigan empleo más rápido podrá ser la reforma aprobada en la Cámara de diputados a principios de febrero de este año, la cual dará al Servicio Social la valor como primer trabajo y con ello, experiencia laboral comprobable.

Con modificaciones a la Ley Reglamentaria del Artículo 5º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, las actividades de 480 horas que realizan todos los alumnos en alguna institución de gobierno o empresa privada como parte de la práctica previa a su egreso, serán consideradas como su primer empleo lo que para muchos resultará un respaldo al momento de solicitar trabajo.

Las instituciones con programas de Servicio Social expedirán un documento de terminación donde se haga constar las habilidades y capacidades adquiridas durante dicho periodo, información que el alumno podrá incluir en su currículum y con ello tener mejores oportunidades para conseguir empleos en donde piden experiencia laboral previa.

Según los hallazgos de la UVM la principal dificultad para conseguir empleo es la carencia de experiencia laboral práctica, por lo que el reconocimiento del Servicio Social ayudará al menos al 44 por ciento que ha padecido para encontrar trabajo.

El trabajo ideal

Para las actuales generaciones el ideal de trabajo es uno sin tantas reglas, flexible y compatible con otras actividades, el ingreso es importante pero no fundamental siempre y cuando les permita satisfacer sus necesidades básicas.

Un estudio hecho por la compañía de Recursos Humanos, Adecco y la Universidad Tecnológica de México (Unitec), indica que la generación millennial (nacidos entre 1983 y 1995) y centennial (nacidos entre 1995 y 2010) cree que el tiempo adecuado de permanencia en un trabajo es en promedio de tres años, posterior a eso se cambian sin necesidad de que los despidan, sino solo por encontrar una mejor oportunidad de crecimiento profesional tanto en empresas o instituciones, pero también considerando el emprendimiento como una vía para continuar con su desarrollo.

Ambas generaciones, en las que se centra la población de egresados universitarios en México incorpora a sus necesidades y exigencias la flexibilidad de horarios, distancias y condiciones de trabajo, la capacitación y el respeto en las áreas emocionales.

“Estamos ante una generación que está modificando drásticamente las estrategias internas de los recursos humanos de las organizaciones; para que estas puedan aprovechar al máximo el valor que sus empleados pueden darle a la empresa en un tiempo no mayor a los cuatro años”, precisa el informe.

En la ENE 2021 se detalla los principales motivos que exponen los trabajadores, recién egresados de sus carreras para renunciar a los primeros empleos son la falta de oportunidades para superarse, el interés por ganar más dinero o por estar en una actividad sin relación con sus estudios.

Sin embargo, a quienes deciden dar este paso de “libertad” otra realidad les pega, en especial a quienes optan por emprender sus propios negocios.

“Saliendo de la universidad entré a trabajar a una empresa dedicada a diseñar muebles, yo soy diseñadora industrial. Ganaba 12 mil pesos al mes, me alcanzaba para mis gastos y vivir tranquila. Cuando iba a empezar el tercer año el ambiente ya no me gustó el ambiente, los jefes eran mayores de edad y su trato hacia mi ya no me gustaba nada. Empecé a padecer episodios de estrés, colitis, etc., hasta que decidí renunciar y emprender por mi cuenta”, compartió Sofía, egresada de la Universidad Autónoma de México.

Inició un negocio de joyería, con sus ahorros invirtió en material y las redes sociales fueron su mejor escaparate hacia el mundo.

“Al principio mis clientes fueron mis amigas y mi familia. Poco a poco fue más conocida mi marca y mis productos y las ventas subían, especialmente para el 14 de febrero y para Navidad. El golpe de realidad vino a los dos años, casi lo mismo que había durado en la otra empresa, aquí mi jefa era yo y no me maltrataba como lo hacían mis otros jefes, pero el ingreso ya no era el mismo, mis ahorros se acabaron y empecé a trabajar ya por necesidad, con la angustia y tensión impresa en mi trabajo, pero aquí ya no podía renunciar, yo perdía todo, mi inversión, mi trabajo, todo”, compartió en entrevista para RS.

Dijo que las prestaciones y “hacer antigüedad” fueron los aspectos que más le afectaron ya que no cotiza al infonavit y ahora a casi 6 años de graduada no le alcanzan sus ingresos ni sus ahorros para adquirir un inmueble, mientras que ve cómo algunos de sus compañeros de la universidad ya están en eso.

“Fiestas de fin de año, puentes, días feriados o vacaciones no forman parte de mi espectro, no puedo darme ese lujo, al contrario, mientras los demás descansan es cuando más debo intentar vender para recuperar la inversión”, añadió.

Ahora busca reincorporarse al campo laboral, ya cuenta con experiencia pero el hecho de que no sea reciente ha sido obstáculo en algunas empresas que no cuentan su emprendedurismo como actividad laboral formal.

“Ya no estoy chavita, ya no puedo ni debo vivir al dia, ya me angustié y creo que eso ha impedido que encuentre trabajo pronto, espero que todo cambie”, dijo.

La historia de Sofía coincide con los datos de la citada encuesta que revelan que el 82 por ciento de los profesionistas aspira a tener un empleo en el sector público o privado, tras haber probado por la vía independiente, por presión familiar, social o por necesidad.

“Ese gusto o aspiración responde a la formación académica universitaria en donde no se les enseña a los jóvenes a ser emprendedores o independientes, sino a enrolarse en una empresa o institución de gobierno y ahí poner en práctica lo que aprendieron”, refirió Salomón Linares, analista en reclutamiento de Recursos Humanos.

¿Faltan o sobran habilidades?

El hecho de egresar de una universidad pública o privada, titularse o tener buenas calificaciones (todas o al menos una de las anteriores) no garantiza que las personas tengan las habilidades necesarias para trabajar en equipo y ese ha sido otro obstáculo y a la vez, decepción con la que se han topado al intentar empezar a trabajar.

El estudio de la UVM, realizado en el Centro de Opinión Pública Laurate México, destaca el bajo dominio de lenguas extranjeras y una mala comunicación no verbal (gestos, movimiento corporal y manejo de la voz), como los puntos flacos que padecen los egresados desde las entrevistas de trabajo.

“Hay muy pocas, pero de verdad muy pocas vacantes laborales en las que no se pida que el postulante hable inglés, aún así llegan sin saber al menos comprensión y no llenan el perfil que las empresas nos piden para llevarles candidatos. Sobre la comunicación no verbal, considero que las deficiencias vienen de la mano con la generación actual de millenials o centennials que poco trabajo de autoimagen y humildad, hay chicos super sobrados que exigen los trabajos, hay otros totalmente apagados que no entiendes cómo podrían ayudar a una empresa a salir adelante con su actitud”, explicó Linares.

Se endosa a las universidades la falta de apoyo para adquirir esas habilidades, aunque es realmente en la educación inicial donde se deben enfocar los esfuerzos para dotar a los alumnos de mejores herramientas para el campo laboral.

Un tercer aspecto destaca en la encuesta, es el manejo de software especializado lo cual va de la mano con la experiencia laboral, reiteró Linares, ya que los chicos aprenden en la universidad el uso de algunos apegados a la teoría, pero en pocas instituciones educativas en verdad se les enseña a trabajar lo que utilizarán en el campo laboral real, son ellos a partir de sus prácticas profesionales o el Servicio Social donde los conocen y hasta llegan a dominar.

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