Cuántas veces hemos escuchado esta frase, que encierra un contenido privilegiado para aquellos que en realidad quieren un beneficio en común, La Unión hace la fuerza, pero también es imprescindible llevar en mente el trabajar en equipo, que es meramente imposible, ya que siempre nos resistimos y no sabemos tomar una decisión entre el bien y el mal y casi siempre tomamos la decisión equivocada.
Este apotegma no es de una persona, ni de un caso, sino de un sistema que no nos da margen de maniobra para capitalizar los buenos objetivos que beneficien a la mayoría. Obedece a la mercadotecnia implementada por el sistema a quien vaya dirigido el objetivo, tratado con mucho contenido de manipulación para obtener las ganancias que este les pueda aportar en bien y mejoría de unos cuantos.
Pero lo que más se admira de estos personajes es que siempre consiguen lo que quieren y se salen con la suya, aunque de sobra sabemos que va en detrimento de la gran mayoría por lo cual sólo se benefician unos cuantos. Es increíble cómo esa gran mayoría se deja atropellar por los intereses personales de unos cuantos.
Porque mire y usted no me dejará mentir, cuántos casos hay en nuestras relaciones sentimentales y familiares, pero particularmente en la vida política o de cualquier rubro o rama donde siempre se aprovechan de los más ignorantes, de los más humildes, de los desvalidos, de los jóvenes, quizá porque no tienen la experiencia de los adultos, de los adultos mayores o de los grandes corporativos, de los sindicatos y no se diga de los ciudadanos en general.
En fin, de todo lo que se les pone enfrente, ya que manipulan a su antojo, engañan y mienten con un cinismo que la verdad sería la envidia de los mejores actores a nivel mundial y todo esto acontece simplemente porque saben y abusan de su poder, intelectual y económico, pero sobretodo siempre viene acompañado de su forma