Para evitar el racismo y que la gente no sea contratada por alguna cuestión de equidad, empresarios crearon la Bolsa de Trabajo para Talento Racializado
“Con la Bolsa de Trabajo para Talento Racializado no hay pretextos para no ser incluyentes”, señala José Antonio Aguilar-Contreras, fundador y director de la organización RacismoMX.
En esta base de datos se encuentran distintos perfiles, sobre todo de aquellas que no han tenido buenas oportunidades laborales por su color de piel u origen étnico.
“Empresas trasnacionales nos buscaron para entender qué acciones debían tomar para ser verdaderamente diversas y no sólo enfocarse en los temas que tradicionalmente se conocen, como la comunidad LGBT+, mujeres o, muy pocas, población con discapacidad”, explicó el economista.
La discriminación por los rasgos físicos, el color de piel o el origen étnico de las personas se ha convertido en un factor para violar derechos humanos, como lo es el trabajo.
Sin embargo, también es una violación grave el negar, desconocer o desdeñar este tipo de exclusión histórica que provoca falta de ingresos o ganar muy poco.
¿Cómo funciona la bolsa de trabajo?
RacismoMX surgió en las redes sociales hace dos años, creando iniciativas como Poder Prieto en el que participan actrices, actores, artistas y activistas.
El año pasado se comenzó a capacitar, educar y sensibilizar al personal de diferentes empresas, así como a facilitar la vinculación laboral de la población que sufrido racismo.
La organización está convocando a las personas racializadas —afrodescendientes, morenas, indígenas o de algún otro grupo, como la comunidad rom (o gitana) o la comunidad asiática— a registrarse mediante un formulario que encuentran en sus redes sociales @Racismo_MX en Twitter y @racismomx en Instagram y Facebook.
Esa base de datos se pondrán a disposición para las empresas que quieran aliarse con la organización para ofrecer distintas vacantes.
» Consulta aquí el formulario de la Bolsa de Talento Racializado
La mentira de la meritocracia
El activista explicó que las empresas aseguran que casi no hay afrodescendientes en México, aunque hay 2.5 millones de personas, según datos del Inegi.
También dicen que las personas indígenas tampoco piden trabajo.
Invisibilizar a esa población, estereotiparla con la idea de que sólo laboran en el campo y no quieren y no pueden emplearse en una empresa de tecnología, por ejemplo, es racismo, subraya José Antonio Aguilar.
En tanto, los encargados de reclutamiento usan constantemente la frase “es que no hay”, y así invisibilizan a mujeres, personas racionalizadas o con alguna disparidad que tienen el perfil del puesto.
Otra frase que usan mucho es: “Yo me fijo en el talento y no en la persona”, haciendo alusión a la meritocracia.
Pero esto es una falacia en un país muy desigual, donde el desarrollo de las habilidades está relacionado con las ventajas del origen.
“Queremos lugares de trabajo mucho más justos, mucho más diversos, donde se refleje la mayor parte de la población mexicana”, puntualizó el activista.
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