La política oaxaqueña está más caliente que el chocolate y el mole. Una larga, larguísima, lista de aspirantes andan como chapulines en comal. El director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda; el presidente municipal saliente de Oaxaca de Juárez, Oswaldo García Jarquín; la diputada federal y presidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas del Congreso de la Unión, Irma Juan Carlos, así como la senadora Susana Harp y su compañero de bancada Salomón Jara están inquietos por verse favorecidos.
Entre la moralla política también hay soñadores. Ejemplos: Alberto Esteva, exalcalde interino de Álvaro Obregón, en la Ciudad de México; el diputado federal Daniel Gutiérrez Gutiérrez; Héctor Sánchez, consejero independiente de la Comisión Federal de Electricidad; Armando Contreras Castillo, diputado federal, y Leopoldo de Gyves, fundador de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo COCEI.
Ah, y otro que fue depuesto de la vicecoordinación parlamentaria del Partido del Trabajo, Benjamín Robles Montoya también sueña.
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Ya es costumbre que en el Poder Legislativo quienes no entienden la responsabilidad que implica la tarea que les fue encomendada, se hagan notar cuando un personaje deportivo visita las instalaciones del Senado de la República o la Cámara de Diputados.
Divertidos buscan la foto o robar cámara, como sucedió recientemente con la visita del “Canelo” Álvarez al Senado.
Pero si usted, lector, les pregunta cuántos artículos tiene la Constitución Política, se ofenden.
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Abelina López Rodríguez, quien cobra como alcaldesa del puerto de Acapulco, armó tremendo escándalo en el aeropuerto de ese lugar porque se le quiso revisar cuando al pasar por el detector de metales sonó la alarma. Mostró un florido lenguaje digno de su nivel.
Y mientras ella demuestra su amplísima cultura, las ejecuciones en las playas siguen su marcha.
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Vienen los pagos de aguinaldos para toda la clase trabajadora, recursos que en estas etapas de crisis son un aliciente y una ayuda para quienes esperan con ansiedad ese dinero.
Pero también vienen los riesgos. ¿Habrán forman de que los cuerpos de seguridad pública puedan desempeñar su trabajo para evitar que obreros y empleados sean despojados de sus bienes?
Francamente se ve difícil.
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Las verbenas que diariamente se viven en las calles de la ciudad para visitar centros comerciales y tiendas, son cada vez mayores. Hay indicios de que comienza a darse un repunte de COVID-19, pero nadie le da importancia.
Son tiempos de extremar precauciones ante de que se incrementen los números de víctimas.
