Opinión

Grandeza en la derrota

ANTECEDENTE

28 de mayo de 2017, final de vuelta entre Guadalajara y Universitario de Nuevo León; ganaba Chivas 2-1 cuando al minuto 92 Ismael Sosa entró al área, tocó el balón al frente donde se encontraba Damián Álvarez en fuera de lugar y después de puntear el balón, pasan dos cosas rapidísimas: 1) Jair Pereira da una patada a Sosa y 2) El mismo Pereira roza el balón antes que caiga al argentino-mexicano. Entonces, el árbitro asistente señala posición adelantada de éste y el árbitro Luis Enrique Santander avala el off side, sin decretar el penal, ante la furia de los Tigres y el Rebaño se coronó campeón. Con el tiempo, Santander declararía a MVS que se equivocó y que si hubiera habido VAR, hubiera marcado la pena máxima, pero así es el futbol, pues de contar con éste instrumento tecnológico, tal vez en el partido de ida de esa misma final, el árbitro Oscar Macías anularía el primer gol que hizo Gignac al 84’ por el empujón que le dio al defensa tapatío antes de disparar a puerta. En fin, los Tigres hicieron tremendo berrinche, Eduardo Vargas y Javier Aquino entre otros  prácticamente lucharon con el presidente de la Liga MX Enrique Bonilla a la hora de recibir su medalla de segundo lugar y André-Pierre Gignac ni se presentó a recogerla.

CONSECUENCIA

Y pues sí, el general Douglas MacArthur acuñó la frase: “No hay sustituto para la victoria” y es válida, pero en el deporte por decenios se acostumbra premiar al segundo y hasta el tercer lugar. En los Juegos Olímpicos se entrega una medalla de plata para el segundo sitial y una de bronce para el tercer puesto, pero a partir del desplante de los Tigres, la Liga MX optó por evitar otorgar reconocimiento al subcampeón a partir del siguiente torneo que fue el Apertura 2017 y que paradójicamente ganó el Universitario de Nuevo León al vencer a Tigres; los jugadores de los Rayados no recibieron medalla, porque ya no se entrega para evitar bochornos. Hay quien dice –con cierto grado de razón-, que muy pocos recuerdan al subcampeón, pero ¿No tiene suficiente mérito llegar a una final? ¿Es válido el “todo o nada”? Porque en la vida se gana o se pierde, se consigue aquél deseado puesto en el trabajo o no, se conquista ese anhelado amor o no, se completa el ahorro para viajar al extranjero o no, se pone al frente del volante del automóvil soñado o no, entonces en el deporte, el legendario Pierre de Coubertin, inspirado en monseñor Ethelbert Talbot, escribió: “Lo importante en los juegos olímpicos no es ganar, sino competir. Lo esencial en la vida no es conquistar, sino pelear correctamente.” ¿Un sabio como el francés estaba equivocado?

PERO MÉXICO NO ES EL MUNDO

Entonces llegó la final de la Concachampions en el Estadio BBVA en la que Rayados venció 1-0 al América y donde al último minuto hubo una controvertida jugada en la que Viñas estrella su remate al poste, al regresar el balón hay contrarremate que tapa Meza y en el rebote, parece que el esférico le da en la mano, el árbitro Fernando Hernández dice que no hay infracción a la regla y termina el partido. Pero CONCACAF no es la Liga MX, pues como quiera que se le desee calificar, es un organismo internacional dependiente de la FIFA. La ceremonia de premiación se hizo al otorgar la medalla de plata a los jugadores del América, quienes inmediatamente abandonaron la cancha. En ese momento, sobrio, mesurado, con  elegante traje negro perfectamente cortado y con una mano en la bolsa y en la otra su dedo índice que apuntaba a la puerta del vestidor, el técnico americanista Santiago Solari, llamaba a sus jugadores con autoridad para regresarlos al terreno de juego con el objeto  que presenciaran el momento en que los jugadores del Monterrey recibieran su presea de primer lugar y levantaran la corona, en una imagen de civilidad y deportivismo que se quedará por siempre en la historia del futbol mexicano. Guillermo Ochoa allí estaba, respetuoso, atento; consolaba sí, a algún compañero, pero era mudo testigo de la escena. Los futbolistas obedecieron a su técnico y aunque algunos aficionados censuraron al argentino, lo que ocurrió realmente allí fue que un entrenador venido del primer mundo futbolístico como lo es la estructura del Real Madrid, con mentalidad ecuánime y reflexiva, impuso el criterio lógico de quien compite, pone todo de su parte y si pierde, de cualquier forma es grande en la derrota, eso fue todo. Nada más, pero tampoco nada menos.

     ¿Le parece que –Dios mediante-, nos leamos la próxima quincena?

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