Los trabajadores que perciben un salario bajo tienen hasta cinco veces más probabilidades de morir que el personal mejor pagado en el país.
El estudio El efecto del ingreso en la mortalidad y hospitalización por Covid-19, demostró que aquellas personas que tienen sueldos menores fueron las más afectadas al contagiarse.
Norma Gabriela López Castañeda, directora de Incorporación y Recaudación del IMSS, explicó que el instituto compartió datos sobre estos trabajadores para el estudio.
¿Por qué mueren los trabajadores más pobres?
López Castañeda explicó que el IMSS aportó información de empleados y pacientes que tuvieron COVID-19.
Estos pacientes presentaban comorbilidades, como asma, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes, VIH, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad, enfermedad renal, tabaquismo y tuberculosis.
Los investigadores ubicaron su historia laboral, pero también si estas personas fueron hospitalizadas y cómo evolucionó su enfermedad.
Con los datos, se pudo saber el número de las personas trabajadoras peor y mejor pagadas: el resultado fue que los que tienen menos ingresos son los que más mueren.
El COVID-19 no explica por qué fallecieron esos trabajadores; tampoco por la falta de acceso a la atención médica, pues los trabajadores tienen seguridad social.
“Sin embargo, podría deberse a disparidades en la obtención de atención oportuna y adecuada.
“Otra posible explicación es que las personas de bajos ingresos esperan más tiempo para recibir atención médica, de modo que cuando finalmente van al hospital, su enfermedad ya es grave”, señala el estudio.
Estudio solo en empleos formales
Hasta ahora, los estudios que se habían hecho sobre ingresos y COVID-19, usando proyecciones o datos agregados, pero no información dura.
“El instituto ha colaborado con autoridades y con la academia en otros proyectos e investigaciones”, detalla la funcionaria.
En el estudio participaron la economista Eva Arceo-Gómez; Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, y Raymundo Campos, investigador de El Colegio de México.
Por parte del IMSS, estuvieron Eduardo Alcaraz, coordinador de Planeación y Evaluación, y Luis Alberto Martínez, Jefe de División de Planeación en Política Fiscal.
El estudio fue publicado en la revista The Lancet hace unos días.
La investigación comenzó un poco con la hipótesis de una correlación entre bajos ingresos y contagios.
No obstante, después de analizar los datos de más de 400 mil trabajadores del IMSS, se dieron cuenta que la transmisión del virus era igual para todos.
El análisis fue realizado entre los trabajadores que están en el sector formal y que cuentan con seguridad social.
Ahora, con los resultados, el IMSS pondrá mayor esfuerzo en dos acciones que ya había implementado, explica Norma Gabriela López.
Una de las primeras acciones es afiliar a las personas que hasta ahora no tenían posibilidad de tener seguridad social o que era muy difícil que pudieran hacerlo.
“Contar con seguridad social y acceso a servicios de salud sí hace la diferencia. Por ello estos esquemas de afiliación para trabajadoras del hogar o personas trabajadoras independientes son de gran importancia.
“Lo que nos interesa es que los grupos que han sido históricamente excluidos tengan atención médica, así como otros beneficios que sólo otorga un seguro”, dijo la funcionaria.
Acceso a los servicios
La cultura preventiva es lo que podría salvar vidas, subraya Norma Gabriela López.
Sin embargo, la historia clínica, la manera de reaccionar ante las enfermedades y, sobre todo, las posibilidades para reaccionar de las personas que no cuentan con seguridad social son muy diferentes a quienes sí tienen un empleo formal y seguro social.
Con información de El Economista