Editorial

¿Qué pasa con los sindicatos?

Hablar del sindicalismo o de los sindicatos en nuestro país normalmente no nos lleva a un resultado grato por diversas circunstancias, sobre todo por el desconocimiento que tiene la sociedad en general acerca de estos, y por la mala fama que también se han ganado a pulso por la gestión que hacen de los mismos diversos actores del mundo laboral.

En México tenemos un alejamiento radical entre los sindicatos y los trabajadores, claro con sus debidas y honrosas excepciones, pero si consideramos que, del universo de contratación colectiva en nuestro país, solamente 17% es efectiva podemos entender el motivo por el cual los trabajadores mexicanos en su mayoría desconocen el propósito que tienen estas organizaciones, así como su naturaleza.

En el país cada vez hay menos trabajadores afiliados a un sindicato, de acuerdo con las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)).

Los datos muestran que en 2010 había 30.1 millones de trabajadores subordinados remunerados, de los cuales, 4.3 millones reportaron estar afiliados a un sindicato, es decir, 14.5 por ciento de los trabajadores estaban en un sindicato.

Sin embargo, una década después, aumentaron los trabajadores subordinados remunerados, pero el número de sindicalizados casi no se incrementó.

Los datos indican que en 2020 los trabajadores subordinados remunerados subieron a 37.9 millones de personas, de los cuales, 4.7 reportaron estar afiliados a una central obrera, lo que representó 12.4 por ciento.

Lo anterior significa que la tasa de sindicalización en México pasó de 14.5 por ciento en 2010 a 12.4 por ciento en 2020.

El sindicato tiene como objetivo principal el bienestar de sus miembros, es decir, asegurar condiciones dignas de seguridad e higiene laboral y generar mediante la unidad, la suficiente capacidad de negociación como para establecer una dinámica de diálogo social entre el empleador y los trabajadores.

Un sindicato es una organización de trabajadores, formada para proteger los derechos y promover los intereses de sus miembros en lo que respecta al salario, las prestaciones y las condiciones de trabajo.

Los sindicatos defienden la igualdad de derechos y la igualdad salarial. Luchan contra la discriminación de raza, género, orientación sexual y discapacidad. Fomentan el respeto y la dignidad en el lugar de trabajo.

Los sindicatos en México se encuentran en un momento crítico decisivo. Por un lado, han sido desplazados a un rol marginal como actores políticos y organizaciones sociales. Por otro, surgen en ellos sectores que exigen formas de relaciones laborales nuevas y progresistas y que parecen capaces de imprimirle una nueva orientación al sindicalismo.

Según la nueva Ley Federal del Trabajo en México, los sindicatos tendrán que ganarse el respaldo de al menos el 30 por ciento de los trabajadores para ser reconocidas sus dirigencias. En las pasadas elecciones del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), realizadas el 22 de septiembre pasado, participaron poco más de 27 mil trabajadores, de 107 mil que conforman su padrón, es decir el 26 por ciento de los agremiados. De acuerdo a la Ley ¿es legítima esa elección?

La elección del Comité Ejecutivo General del SUTGCDMX, fue cuestionada desde del lanzamiento de la Convocatoria, ya que se realizó en base a unos Estatutos que fueron reformados, pero no conforme a lo establecido en la Reforma Laboral del 1 de mayo de 2019, señalan detractores al proceso y que no se les permitió contender en la elección.

“La Reforma Laboral devuelve el poder de los sindicatos a quienes son sus verdaderos titulares: las y los trabajadores de México; sin embargo, este cambio legal solo será efectivo si los trabajadores se los apropian”, expresó Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), durante el evento del 84 Aniversario de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Lo anterior es motivo para que los inconformes a la elección del Sindicato se manifiesten demandando la nulidad de proceso ante instancias como el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA), Judicatura del Poder Judicial de la Federación (JPJF), e interponiendo amparos.

La encargada de la política laboral del país aseguro que, la mejor forma que desde el gobierno se puede apoyar a los trabajadores para que la democracia en los sindicatos sea una realidad es sacar las manos de su vida interna, esta mención ha sido aprovechada por los grupos que apoyan a los inconformes al señalar que en la elección de SUTGCDMX, intervino en gobierno de la Ciudad de México.

Alcalde Lujan abundó: “que el nuevo modelo laboral garantiza que ni éste, ni los gobiernos venideros, utilicen la entrega de tomas de nota y registros sindicales como mecanismos para premiar a leales o castigar a opositores; es decir, nunca más se utilizará ese derecho de los trabajadores a conveniencia o guiados por criterios políticos”. En este apunte, los pretensos candidatos a participar en la elección del SUTGCDMX, han solicitado al TFCA no le entregue la toma de nota a la nueva dirigencia de ese sindicato en tanto no se limpie el proceso.

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