Opinión

Regresar o no regresar, esa es la cuestión

La sentencia definitiva la dio en la mañanera del día 24 de Julio desde Boca del Río Veracruz el Presidente de República: “llueva, truene o relampaguee se vuelve a clases el 30 de agosto”.

Acostumbrados a que muchas de las declaraciones que se hacen en Palacio Nacional se vuelven tendencia y encuentran eco a favor o en contra como es lógico, pero con ésta vieja frase parece un reto, nos hizo pensar que quiere ir en contra de la corriente de opinión qué señala lo contrario, vamos a reiniciar clases, va a iniciar el nuevo ciclo escolar, no vamos a mantener cerradas las escuelas.

México junto con Bangladesh son los Países que más tiempo llevan cerradas las escuelas mencionó.

Pero seamos objetivos, como en todos los órdenes de la vida existen formas opuestas para ver la vida, el antropólogo nacido en Bélgica, Claude Lévi-Strauss defiende desde a la antropología  estructuralista que la cultura es reductible y analizable en oposiciones binarias  como blanco/negro, alto/bajo, crudo/ cocido, por lo que debemos de interpretar simple y llanamente en el tema que planteamos como un  sí o un  no, pero esas posiciones siempre tienen su razón de ser y el regreso o no a clases no es la excepción.

Una encuesta telefónica que se realizó en Palacio Nacional con 500 llamadas dio como resultado que el 32 % está por el SI pero un 62 por el NO regreso a clases.

Sin  embargo tenemos que separar a la educación pública de la privada, son dos posiciones con situaciones e intereses diferentes, en la primera es en dónde más oposición existe para el regreso a clases, las organizaciones sindicales que representan a los trabajadores de las mismas ya lo han externado y qué decir de la UNAM, IPN, UAM que están en la misma posición de rechazo.

Debe de quedar claro que mientras la pandemia se encuentre en un nivel elevado, los trabajadores de la educación pública se van a negar mayoritariamente a reincorporarse.

Sin embargo  los trabajadores del sector privado deberán de ajustarse a lo que cada Consejo de Administración de su Institución determine, en ocasiones tomando en cuenta la opinión de la Comunidad Estudiantil o de la Sociedad de Padres de Familia, por lo que en éste sector más se apoya el regreso. Ello es lógico si no hay clases presenciales quienes pagan la colegiatura no desean hacerlo y sin ello las escuelas desaparecen, existe un dato extraoficial de que se han cerrado más de 20 mil escuelas de todos los niveles, con la pérdida de fuentes de trabajo tanto de maestros como de personal administrativo, por lo que si hacemos un cálculo conservador de 20 por escuela la cantidad resultante es muy preocupante.

La desesperación de padres y alumnos por volver a clases es de entenderse, pero  está en duda por los riesgos que ello implica.

  Pero el problema no queda ahí lo extraordinariamente grave es el atraso  que se seguirá acumulando académicamente hablando y ello será muy difícil no imposible reponerlo, y la gran duda es ¿cuándo se logrará controlar la pandemia?, al momento el porcentaje de la población vacunada no llega al 45% , ello indica que para alcanzar la inmunidad de rebaño faltan al ritmo en que se han aplicado las vacunas no menos de 4 meses, luego entonces resulta imposible cumplir con la exigencia de que para el 30 de Agosto se inicien clases como lo señala el calendario de la SEP.

Pero además si se va a dejar al albedrío de los padres de familia o de los estudiantes la asistencia o no a clases y  las mismas no serán diarias y con horarios disminuidos, ello amenaza cualquier intento por normalizar las actividades, la situación no es nada sencilla, pero ahora se presenta adicionalmente el reclamo de orden económico que están haciendo mediante sus representaciones sindicales los Maestros de la UNAM, IPN y UAM, solicitando un pago adicional por el trabajo que les representa impartir las clases a distancia, sistema en el que no estaban preparados y en el que tuvieron que adaptarse, entre otras cosas desarrollando material acorde lo que les implico varias horas extra de trabajo.

Sin embargo el Presidente ordena vuelta a clases sin obligar a nadie y los maestros y trabajadores administrativos responden hasta que haya condiciones, incluso las autoridades de nuestra máxima casa de estudios la UNAM han externado que retornarán cuándo durante tres semanas continuas el semáforo epidemiológico se encuentre en verde.

Un país tan grande, poblado y diverso como el nuestro representa un cúmulo de complejidades y desde luego nada sencillo de gobernar, el dilema es muy grande regresar o no a clases presenciales, en el primer caso y como ya se ha mencionado no sólo hablando de escuelas sino con la apertura de las actividades económicas con la grave sentencia de “qué se mueran los que se tengan que morir” porque con la economía cerrada los muertos se pueden elevar considerablemente y serían de hambre.

La curva de contagios va hacia arriba, los hospitales se están saturando y algunos de los que habían dejado de ser COVID se están reconvirtiendo, los fallecimientos han aumentado, oficialmente pronto llegaremos a 250 000, aunque agrupaciones diversas hablan de números mayores llegando incluso a más del doble.

La orden presidencial está dada, el 30 de Agosto se regresa a clases, eso sí en forma voluntaria. La Maestra Delfina Gómez Álvarez, novel Secretaria de Educación Pública, tendrá que negociar con los Sindicatos SNTE y CNTE lo anterior, tarea nada fácil y una auténtica prueba de fuego para ella.

Los dados están lanzados lo que resulte tendrá que ser lo mejor para los estudiantes, preservando en todo momento su salud y la de sus seres queridos.

¿Quién ha dicho que gobernar es fácil?

  

Etiquetas
Ver más

Notas Relacionadas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Close