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Sin trabajo y defraudados, situación postcovid de la fuerza laboral en México

Operaciones bancarias en línea recomendadas durante la pandemia son vías de robo.

Salir adelante económicamente en medio de la pandemia por Covid19 ha sido un reto para la mayoría de trabajadores en México. De inicio por la pérdida o precarización del empleo desde marzo del 2020 a la fecha y ahora se le suman un elemento más, los fraudes bancarios por robo de identidad o hackeo de banca en línea afectando ingresos, ahorros y patrimonio.

Datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios, CONDUSEF, revelan que durante el primer trimestre del año 74.5 por ciento de las quejas que recibieron los bancos por parte de sus clientes fueron por irregularidades en sus cuentas.

El organismo indica que en total se presentaron 1 millón 65 mil 334 casos quejas por un monto total de 5 mil 883 millones de pesos, cifra no menor en el contexto de crisis económica generada por la pandemia.

“Todos somos susceptibles de algún fraude o robo. A los delincuentes no les importa si son los ahorros de toda tu vida o si es lo que ganas diario, no, ven un saldo disponible y se van con todo. Desafortunadamente las víctimas más comunes son las personas mayores de edad”, explicó Alfonso Fragoso, analista de riesgos financieros.

El encierro por el confinamiento durante el año pasado elevó las transacciones en línea tanto de pago de nómina, pago de servicios y compras de productos que regularmente se hacían de manera presencial pero que por motivos de seguridad sanitaria se mudaron a la modalidad online.

En este contexto, los usuarios por ignorancia, mal manejo o descuido de las sesiones en los portales web quedaron expuestos a fraudes.

“Las supuestas llamadas telefónicas para advertir que se está haciendo un cargo a la tarjeta de crédito, dando todos los datos del titular y hasta con un sofisticado menú para ‘comprobar y garantizar’ la confiabilidad de quien llama, llevó a muchas personas a dar datos privados que permitieron a los delincuentes hackear sus cuentas y vaciarlas”, detalló.

El manejo de este tipo de situaciones por parte de los bancos ha sido complicado porque en persona, cuando el cliente va a “reclamar” además de los documentos que presentan y la exposición de motivos, el personal identifica actitudes en los demandantes que les permiten saber si miente o dice la verdad, pero al atender todo a la distancia se vuelve una misión imposible.

En su más reciente reporte, la CONDUSEF reveló que el banco con más reclamaciones por fraude es Bancoppel con 210 mil 657 casos que en total representan un monto de 186 millones 300 mil pesos.

Para Fragoso el dato además de alarmante por la cantidad en número y monto impacta socialmente ya que los cuentahabientes de esa institución bancaria son en su mayoría gente de clase media baja, ante la laxitud en los requisitos para abrir cuentas y la flexibilidad en horarios de las sucursales.

“Los fraudes los están cometiendo contra quienes menos tienen y eso los coloca en una situación de mayor vulnerabilidad, el banco no reacciona de inmediato ni cubre en su totalidad el daño económico. Ahí el único que pierde es el cliente”, apuntó.

A la lista de bancos con reclamos de sus clientes le sigue Citibanamex con 170 mil 254 quejas en el primer trimestre del año cuyo monto se eleva a los 993 millones 700 mil pesos. El análisis del especialista respecto a este banco indica que al ser de los dos más grandes en el país la intención de fraude es mayor y por ello el porcentaje de reclamación.

En tanto, el tercer lugar en la lista corresponde a Banco Azteca, con 123 mil 586 reportes de los que se estiman pérdidas por casi 302 millones de pesos.

“De nuevo otro banco popular, con reglas de operación laxas que hacen muy sencillo el robo de identidad, fraude, etc. está entre los tres primeros. La gente sigue confiando en ellos por ser accesibles pero poca seguridad hay alrededor, las nóminas no se pagan en esos bancos o al menos no su mayoría justo por la inseguridad que hay de los recursos”, acotó.

A detalle, CONDUSEF informó que en el rubro de robo de identidad que consiste en la apropiación de la identidad de una persona frente a terceros públicos o privados para obtener recursos o beneficios a su nombre, en Citibanamex se han presentado la mayor parte de las quejas con 2 mil 226 casos por un monto de 33 millones 900 mil pesos, seguido por BBVA con 922 casos por alrededor de 18 millones de pesos, y Santander con 719 reportes por 96 millones de pesos.

Las instituciones bancarias inician complejos procedimientos de evaluación para determinar la responsabilidad tanto del banco y también la del cliente, que en muchos casos termina siendo el responsable por el mal manejo de sus datos y pierde su dinero.

Sobre el uso de banca electrónica que durante la pandemia fue la única opción para muchos en cuanto a las compras y pagos de servicios, los reportes por robo también son representativos.

BBVA recibió 15 mil 959 quejas por 164 millones de pesos, seguidos de HSBC con 7 mil 645 casos y 167 millones de pesos y Banorte con 2 mil 984 denuncias por 76.5 millones de pesos.

El problema para los usuarios con la banca en línea ha sido la incomprensión del funcionamiento, el reporte diferido de las transacciones y la imposibilidad, por cuestión de seguridad, de que los agentes conozcan a detalle los movimientos.

Más allá de en qué banco hubo más o menos fraudes o robos, lo importante es el impacto a la economía de las familias mexicanas en medio de una pandemia.

“En medio de la pandemia, todavía en el primer trimestre del año estábamos en plena pandemia, imaginen lo que significó para una familia perder el ingreso con el que están al día, pero aún si contagiaron del virus y requirieron atención médica, la situación fue mortal en todos los sentidos”, apuntó Alonso Fregoso.

Expectativa laboral

Superando el tema de los fraudes bancarios o los robos que afectaron el ingreso de muchas familias la recuperación del empleo resulta esperanzadora a corto y mediano plazo.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, registró un aumento de 791 mil 565 empleos formales, comparado con el mismo mes de 2020, el cual se concentró en

trabajadores con salarios de hasta tres salarios mínimos y casi la mitad estuvo en empresas micro, pequeñas y medianas.

Las empresas dedicadas a servicios de alimentos y bebidas presentaron el mayor incremento de empleos con 86 mil 033 puestos tan solo en el mes de junio.

Le siguieron parques recreativos, casinos, loterías y otros servicios de ocio que al volver a las actividades significaron oferta laboral y estabilidad.

Julio Santaella, titular del INEGI, destacó en sus cuentas de redes sociales que las actividades secundarias con el mayor crecimiento, respecto a junio del año anterior, fueron las relacionadas con la fabricación de prendas de vestir y productos textiles.

Mientras que las entidades con mayor incremento del empleo formal fueron Quintana Roo con 5.5 por ciento, Baja California Sur 4.4 por ciento, Querétaro 3.9 por ciento y Nuevo León con el 3.8 por ciento.

En cuanto a la población subocupada, que son aquellos que sí tienen un empleo pero necesitan otro para completar el ingreso de frente a sus gastos, se coloca en 12.4 por ciento en junio que equivale a 6.8 millones de personas.

El empleo adicional en este tipo de población no es diferente al que realizan pero sí en condiciones más precarias como trabajar turnos extra, fines de semana o con empresas paralelas.

El último reporte del IMSS indica que en mayo fueron creados 20 mil 075 empleos, frente a una pérdida de 5 mil 737; lo que significa un crecimiento neto de 14 mil 338 nuevos puestos de trabajo.

Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó sus perspectivas sobre el mercado laboral que parten de la pérdida de 22 millones de empleos en los países miembros.

“La recuperación va más rápido de lo que esperábamos y, sin embargo, es incompleta. Los niveles pre pandemia no se volverán a recuperar hasta 2023”, señaló el secretario general de la OCDE, Matthias Cormann.

En el caso de México, advierte que se recuperarán los niveles de empleo que había antes de la pandemia hasta el último trimestre del 2022.

En tanto, para la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) el impacto en el desempleo pegó a las mujeres al alcanzar una desocupación del 22.2 por ciento.Los sectores económicos con mayor impacto fueron el hotelero, construcción, comercio y transporte que en conjunto concentran el 40 por ciento del empleo regional.

En las proyecciones dadas a conocer considera a los jóvenes de México de entre 15 y 24 años, como los más afectados en materia laboral con una caída del 85 por ciento en las horas trabajadas.

Preocupan nuevos cierres

Sumergidos en la tercera ola de Covid19 en México y con el semáforo epidemiológico retrocediendo, se prevé una nueva baja en la actividad económica con o sin confinamiento obligatorio.

Aunque las autoridades federales no han informado si volverán los cierres de establecimientos para contener la propagación de virus y sus nuevas y letales variantes, se estima que la situación volverá a ser igual que hace más de un año y que golpeó fuertemente la economía.

“Nadie lo queremos pero es seguro que vengan nuevos cierres que impactarán en la economía, el gobierno ya demostró que no apoyará a la iniciativa privada, los que siguen de pie estoicamente lo han hecho por sí solos. Un nuevo cierre sería fulminante pero también ya no nos agarrará en curva, hemos aprendido y evitaremos en lo particular que el impacto sea mayor”, añadió Alonso Figueroa.

Al respecto, el presidente en la Ciudad de México, de la Confederación Patronal de la República Mexicana, COPARMEX, Armando Zúñiga reconoció que hay temor en la iniciativa privada de que al regresar a semáforo rojo se venga abajo los avances en materia económica y cierran más negocios de manera definitiva, con los respectivos despidos que significa

“Desde que inició la pandemia hasta el momento han cerrado más de 70 mil negocios en la Ciudad de México, por lo que de implementarse de nuevo el semáforo rojo, desaparecerían el doble”, dijo.

En video conferencia, donde presentó datos sobre la situación de la Ciudad de México en temas como empleo advirtió que de continuar el aumento en los contagios y hospitalizaciones, la paralización de la capital del país por cuestiones sanitaria pondría en riesgo 70 mil negocios.

Explicó que el saldo hasta el momento de la pandemia, que sigue vigente, es una brecha de 216 mil empleos siendo el sector de servicios el más afectado con una pérdida promedio de uno de cada dos empleos y los planes de reactivación de la economía presentados por el gobierno federal no han funcionado y solo son paliativos que no detienen el cierre de negocios ni la pérdida de empleos.

En tanto, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, CEESP, advirtió que la recuperación económica se podría ver mermada por la tercera ola de Covid19.

En el análisis ejecutivo semanal, indicó que se requiere estimular la inversión productiva ya que las políticas que limitan la apertura de nuevas empresas mediante elevados costos laborales y fiscales, debilitan el crecimiento.

“En un entorno de recuperación tras la pandemia, que podría detenerse ante el rebrote de una tercera ola de contagios, es clara la necesidad de fortalecer el ritmo de crecimiento de la economía con el objetivo de poder ampliar la actividad formal”, sostuvo el organismo empresarial.

Reconoce que la economía informal ha tomado fuerza en la actividad productiva del país al ser una alternativa para personas que han perdido empleo formal o requieren ingresos extras para el sustento familiar en medio de la crisis sanitaria.

“En general el comportamiento de la informalidad responde al ritmo de crecimiento de la economía. Se observa que durante periodos en los que la actividad productiva del país ha mostrado elevadas tasas de crecimiento, el porcentaje de informalidad ha sido menor”, refirió el organismo.

Sobre este tema, INEGI informó que la tasa en el último mes fue de 54.1 por ciento, lo que significa que de todos los trabajadores en México la mitad lo hace de manera informal, sin estar afiliados a la seguridad social, lo cual ocurre, explicó Fragoso, por lo complejo de los trámites, la inestabilidad resultado de la crisis económica y también por lo productivo que ha resultado para muchas personas permanecer en esta modalidad.

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