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PyMEs a dos años del apocalipsis fiscal

Carga fiscal ahorcará las finanzas de las PyMEs en México lo que podría ocasionar despidos y cierres

El 2023 será la ruina para las micro, pequeñas y medianas empresas en México debido a las disposiciones en material laboral-fiscal que generarán una carga fiscal de tal nivel que vendrá una oleada de despidos o cierres de las mismas, pero hay salvación si se hacen los ajustes necesarios con estímulos y flexibilización del outsourcing, aseguró Carlos Tapia, analista económico.

El año pasado, durante el confinamiento más estricto por el Covid19, gran parte de la actividad económica en el país se detuvo, todos tenían que resguardarse y solo las llamadas actividades esenciales continuaron e incluso aumentaron sus ingresos.

Tanto el Consejo Coordinador Empresarial como Coparmex pidieron una y otra vez apoyo al gobierno federal con la exención de cargas fiscales, la respuesta siempre fue negativa, los tacharon de abusivos y el resultado fue que muchas empresas no soportaron y cerraron, con los respectivos despidos.

Luego vinieron las reformas a la legislación en materia laboral centradas en la prohibición del outsourcing que obligó a las empresas, de cualquier tamaño a dejar de subcontratar  a su personal y asumirlo dentro de su propia nómina, lo que disparó la carga fiscal y según especialistas, en dos años “esto tronará”.

“Ahorita estamos en la etapa o plazo que da la ley para dejar de subcontratar y asumir a los empleados, hay amparos que están alargando la implementación de la medida, pero tarde o temprano lo harán. De inicio las empresas no hacen los pagos de Seguridad Social como es Infonavit y el IMSS, pero lo harán después y retroactivo, eso es trimestral y conforme avance el 2022 la carga será mayor y si la economía no está reactivada al 100 por ciento, será insostenible”, explicó Tapia.

Otro tema de carga fiscal laboral que ahorcará a las PyMEs es la reforma de pensiones que contempla un aumento en las cuotas patronales para cesantía en edad avanzada y vejez, las cuales se entregan al IMSS y éste a su vez genera los pagos a los jubilados.

La Coparmex en Nuevo León hizo un análisis sobre el tema y reveló que la cuota de cesantía que tendrán que pagar ya no será del 3.15 por ciento del salario base de cotización, sino que alcanzará un valor de 11.875 por ciento, casi cuatro veces más de lo que pagan ahora.

A partir del 2023 la cantidad irá aumentando gradualmente casi un punto porcentual, durante los siguientes ochos años y eso presionará en exceso las finanzas de las empresas.

Las empresas no solo enfrentan una mayor carga administrativa en materia laboral, sino también un impacto en costos, de ahí que las empresas intensivas en mano de obra podrían ver un efecto importante en sus costos de seguridad social”, indicó Iván Rivas Rodríguez, director de Coparmex Nuevo León.

Aunque en su momento, Coparmex nacional apoyó las reformas en términos de pensiones, la realidad es que significa mucha presión para las empresas que están en recuperación o aún en crisis económica tras el confinamiento por el Covid19.

“Son los patrones, sin importar el tamaño de su empresa, quienes asumirán el aumento en el valor de la cuota, los trabajadores no tendrán ningún efecto, ellos continuarán aportando el mismo porcentaje que hasta ahora”, añadió y lamentó que pese a la situación el gobierno siga negando los apoyos al sector empresarial.

Carlos Tapia reconoció que la intención de las reformas laborales hechas en la actual administración busca beneficiar al trabajador que históricamente ha sido explotado, pero dijo que no se dimensionó realmente lo que significaría para empresas de menor tamaño que con mucho esfuerzo pasaron de la informalidad a la formalidad.

“No todas las empresas son multimillonarias, incluso hasta ellas están padeciendo. Hablamos de aquellas que decidieron sumarse a la formalidad, buscando hacer las cosas bien, derechas, pero está saliendo más caro que cuando lo hacían en la informalidad y además impacta no solo a los dueños, también a cientos de personas que fueron empleadas y que terminarán despedidas pronto”, indicó.

¿Qué tanto tiene que pagar una PyME?

Los impuestos dque deben pagar las Pymes en México son el Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

Esto se hace mediante el cumplimiento en tiempo y forma con las declaraciones ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), tanto mensual antes del día 17 deberán de ISR y de IVA, además de las de las retenciones de IVA e ISR; y la anual para impuestos locales y estatales así como el ISR.

Además, tienen que considerar el pago de cuotas al IMSS, participación de los trabajadores en las utilidades (PTU), nómina electrónica y la generación de facturas digitales.

En total, el pago de los impuestos y cuotas puede superar hasta el 50 por ciento de los ingresos de las empresas.

Aquellas que pretendan evadir alguno de los pagos tendrán como respuesta recargos, multas y hasta un embargo.

“La carga fiscal de una PyME es alta y poco apoyo hay por aprte del gobierno. En esta administración se han vuelto más cerrados, menos flexibles y no consideran que ese tipo de actitudes traen como consecuencia el cierre de empresas y la pérdida de empleos”, concluyó Tapia.

Gobierno abandona e IP rescata

El Consejo Mexicano de Negocios (CMN), a través de su programa de apoyo a las Pymes apoyó a más de 4 mil 500 microempresas durante la pandemia para evitar su cierre y conservando así 30 mil empleos.

Antonio del Valle Perochena, presidente del del CMN declaró que las Pymes son la columna vertebral de la economía global por lo que los grandes empresarios deben apoyar a que se desarrollen y en momentos de crisis como los vividos por el Covid19, resistan.

Por su parte, Juan Carlos Ostolaza, director general del Centro de la Competitividad de México (CCMX), explicó que el programa fue lanzado de la mando con Banco Interamericano de Desarrollo desde abril del año pasado y actualmente dispersa 60 millones de dólares mensuales a este fin, principalmente a sectores como el automotriz, telecomunicaciones y construcción.

El programa consiste en la capacitación de las empresas para que conozcan, igualen y pongan en práctica prácticas exitosas que grandes empresas afiliadas al CMN realizan.

A su vez, ofrecen consultorías  y acompañamiento para que las iniciativas que implementen cuenten con el acompañamiento para que sean eficientes, productivas y sólidas, en especial, aquellas que involucran la tecnología y que permite la innovación.

Sobre éste último tema, el CMN coincidió en que la pandemia obligó a las empresas migraran hacia el comercio digital, desde la exposición, la venta y el manejo mismo de las empresas en un entorno digital, que en la mayoría de los casos aumentó en 50 por ciento sus ingresos en momentos en los que otros estaban cerrando por inviabilidad económica.

Otro ejemplo de apoyo a las Pymes es el acuerdo entre BBVA México y Microsoft para apoyar a las más de cinco millones de pequeñas y medianas empresas digitales afectadas por la crisis, dándoles financiamientos que impulsen la innovación de este tipo de negocios.

El banco ofrece tres tipos de financiamiento, uno es de capital operativo que busca robustecer el flujo diario de inversión para solventar los gastos de nómina, impuestos y negociación con proveedores; el fondo de emergencia y préstamos para modernizar los negocios.

“Con estos apoyos, precisó el banco, las firmas y los emprendedores podrán apalancar su desarrollo y tener acceso a mejores formas de digitalización, sin importar que sean plataformas de hardware, software o servicios en la nube”, señaló

La institución bancaria identificó que ocho de cada 10 Pymes han tenido que optimizar sus procesos operativos a raíz de la pandemia; el 79 por ciento vieron reducidos sus ingresos en los últimos meses.

“Estamos orientando todas nuestras capacidades, tanto físicas como digitales, al servicio de todos los negocios del país. Hoy atendemos a más de 600 mil negocios y nuestro objetivo es llegar a un millón en los siguientes tres años”, dijo Hugo Nájera, director general de soluciones al cliente de BBVA México” refirió el banco.

Indicó que actualmente de las 600 mil pymes que atiende la institución bancaria, siete de cada 10 son micronegocios y este es el segmento donde existe una mayor posibilidad de negocio.

Otro banco que también le entró al apoyo para las pequeñas y medianas empresas mexicanas es Santander y en alianza con la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ofrecieron créditos con condiciones preferenciales a sus asociados en la Ciudad de México.

Las líneas de crédito pueden ir desde menos de 500 mil pesos, hasta los 15 millones de pesos, informó Armando Zúñiga, presidente de la Coparmex CDMX, quien explicó que la alianza surge como una respuesta a la crisis, para que no se pierdan más empleos formales.

Por su parte, Luis Ricardo Álvarez, director ejecutivo del Segmento PyMEs en Santander México, detalló que estos préstamos tendrán mejores condiciones, beneficios en las comisiones por apertura de los créditos, plazos de 36 a 60 meses para pagar y una tasa de interés hasta 300 puntos más baja que los que se ofrecen actualmente.

“El promedio de montos que estamos buscando podría ser de entre los 4 y 5 millones de pesos, pero tenemos un abanico muy amplio para todas las necesidades”, añadió el directivo del banco.

La reactivación

El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (INEGI) estima que el 20.8 por ciento de las Pymes cerraron sus puertas de manera definitiva durante la pandemia.

Las que sobrevivieron modificaron su forma de operar, invirtieron en digitalización, capacitación, nuevas formas de financiamiento e incluso cambios en el modelo de negocio.

La Asociación de Emprendedores de México (ASEM) ofreció cursos y asesorías en lo que va de la pandemia con el objetivo de ayudar a las Pymes a sobrevivir y hacer crecer sus negocios.

Según la Radiografía del Emprendimiento 2020 realizada por la ASEM las principales causas del fracaso en el empredurismo es la falta de conocimiento en el mercado, la mala administración, falta de capital del trabajo y problemas para conseguir financiamiento.

La asociación exhorta a la autoridad para considerar esquemas amigables de pago de impuestos y las cuotas obrero patronales para que no se mermen las finanzas diarias, se logre cumplir con la normatividad y sobre todo, se mantengan las empresas abiertas.

Piden también simplificar los trámites legales y obligatorios por parte del gobierno que deben cumplir las empresas y tras ello, disminuir la carga fiscal, al menos en los primeros años tras la pandemia, en los que la reactivación es lenta.

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