El COVID- 19 ha dejado una estela de desgracias para millones de personas en el mundo, no sólo en vidas, salud, desempleo, económicas si no que ha impactado severamente a las Instituciones educativas, maestros, personal administrativo y a los estudiantes.
Una investigación realizada en el Centro de Estudios Espinosa Yglesias por sus siglas CEEY arroja datos que preocupan por su gravedad, entre otras menciona muy marcadamente que se impactó la movilidad educativa, con ello se prevé que a nivel regional se tendrá una pérdida en los ingresos laborales futuros superior a los 1,700 millones de dólares.
La educación es el motor más importante para la movilidad social, es un apotegma que se cumple para quienes en verdad se dedican a estudiar.
Un amigo cuándo estudiante en el ya lejano 1952, me compartía que en la inauguración de Ciudad Universitaria ese año, sólo llegaban en automóvil propio dos Profesores y un par de alumnos a la facultad de medicina y ahora quien ha visitado esas preciosas instalaciones se pueden percatar que el nivel económico es otro, empezando por los maestros.
Pero volviendo al estudio, se reportan que 5.2 millones de estudiantes de entre 3 y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar anterior 2020-2021, entre los motivos asociados a la pandemia fue por qué la mayoría 26.6% no volvió porque consideró que las clases a distancia no funcionan, no sirven para un buen aprendizaje manifestó el 25.3%, no lo hizo en virtud de que su papá o mamá o ambos perdieron el empleo.
Otra razón poderosa y ésta nos habla de la gran desigualdad que existe en nuestro país, es por carecer de computadora o conexión a internet y ahí el porcentaje es del 21.9.
Otro dato interesante es el relativo a que en nuestro País la educación de los padres determina que tanta educación tendrán sus hijos, independientemente del esfuerzo que hagan. Con menor preparación es casi seguro que los padres que se encuentren en esa condición obtienen menos recursos económicos, por lo que sus hijos en muchos de los casos si quieren estudiar tendrán que trabajar.
Ello no le es ajeno a millones que lo han hecho en el pasado, pero ahora y poniendo por ejemplo a la CDMX el tiempo de traslados dificulta aún más estudiar y trabajar y no todos pueden realizarlo.
Otro dato, si el primer empleo de una persona es informal, las posibilidades de que pasen a un formal son muy pocas y en ellos las mujeres por su flexibilidad son quienes más se encuentran en dicho supuesto aunque con ingresos precarios.
La investigación examina la posible reducción de la movilidad educativa intergeneracional, es decir si las hijas y los hijos podrán superar el nivel educativo al que llegaron sus madres y padres. Además constituye un riesgo educativo por el COVID-19.
Se menciona que la deserción en la primaria es muy baja, en la secundaria aumenta pero en el nivel de preparatoria o bachillerato ahí si es grande, se estima que abandonan la escuela en ese nivel más de 700 mil al año.
Con ese número de deserciones sería muy interesante saber cuánto del gasto público se pierde por ese motivo.
No olvidemos que el promedio de estudio en nuestro país no llega al primer año de preparatoria o bachillerato.
El mantenerse en la escuela mejora la movilidad social como ya mencionamos y en ésta condición las posibilidades que se incorporen al mercado laboral formal y que se mantengan en él son mayores.
EL dispositivo más utilizado por los estudiantes en el 2020 para tomar clases fue el teléfono celular con un 65 %, en segundo lugar las Computadoras y tabletas con un 29% y la televisión digital con un 5,3%.
De acuerdo a cifras proporcionadas por el INEGI, las madres de los estudiantes son quienes apoyan a nivel preescolar en un 84.4 %, en primaria 77 % y en secundaria 60.2 %.
En contraste los papás participan alrededor de sólo una décima parte de lo que hacen las mamás, por lo que en un hogar en dónde ellas son las jefas de familia por no estar presentes ellos, pone en particular desventaja la realización de tareas de apoyo escolar por falta de tiempo.
Esta investigación presenta una radiografía de lo que ha ocurrido o está ocurriendo en tiempos de la pandemia qué con preocupación vemos aún pasara un tiempo largo para contenerla.
Las autoridades educativas, pero principalmente los maestros y los estudiantes, son quienes tienen la gran responsabilidad de evitar que sean años perdidos de estudio, las clases a distancia tomaron por sorpresa al mundo entero y mucho hay que avanzar en ello y aunque ya existía ésta forma de aprendizaje, definitivamente no es la solución para todos y menos para quienes está fuera de su alcance por razones económicas.
Pero a los actuales estudiantes les debe de quedar claro, lo que dejen de aprender hoy seguramente lo van a lamentar mañana, nada está perdido aún, pero sobre todas las cosas deben de estar consciente de ello, que deben multiplican las horas de estudio, no existe alternativa o pagaran las consecuencias. ¿Lo dudan? Creo que no.