A un año de la pandemia, la brecha laboral se sostiene y 55% de las mujeres en edad laboral están fuera de la vida económica, mientras que en el caso de los varones la cifra es de apenas 24%.
Aida Cerda Cristerna, consultora especialista en género, economía e igualdad laboral, explicó que las acciones por la igualdad entre hombres y mujeres es un pendiente de las empresas, la sociedad, el gobierno y la academia.
La brecha entre géneros se recrudece al momento de ingresar al mercado laboral, ya que en las universidades la matrícula es pareja y la mitad de los estudiantes son mujeres, pero al momento d egresar, comienza la disparidad.
La realidad de México está lejos de ser igualitaria, como lo reflejan los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2020 del INEGI, que señalan que existe una brecha de 30% de participación en la economía.
“Solamente 45% de las mujeres en edad de trabajar están en la vida económica del país; mientras que en el caso de los hombres la participación es de 76%, es decir, hay todavía una brecha de 30% en la participación de hombres y mujeres”, destacó la especialista.
De aquellas que logran entrar al mercado laboral tienen sueldos más bajos que sus pares varones y la tercera parte de ellas gana un salario mínimo, en comparación con la quinta parte de los hombres que ganan lo mismo.
Y el problema se agrava al momento de jubilarse, pues solo 12% de las mujeres tendrán una jubilación, en comparación con 29% de los hombres, lo que supone un reto que enfrentará la sociedad, añade Cerda Cristerna.
En el ámbito empresarial las cosas no son mejores: del total de empleadores en México, solo 2 de cada 10 son mujeres. Y aquellas que son exitosas en sus carreras tienen retos mayores en temas de inserción, negocios exitosos y desarrollo profesional.
“¿Qué es lo que pasa si la mitad de la matrícula universitaria son mujeres, porqué después no están en puestos jerárquicos? ¿Por qué a la hora de llegar al nivel más alto de la empresa hay solo 8% de mujeres CEO contra 92% de los hombres?”, cuestionó la especialista.
Para ella, una de las principales barreras es la discusión sobre la vida personal de las mujeres, pues en las entrevistas de trabajo preguntan si tienen hijos o si planean tenerlos, si están casadas o planean casarse, si seguirán trabajando al casarse o convertirse en madres, cosas que a ningún hombre le preguntan.
Ante estas situaciones, la sociedad todavía enfrenta serios retos que se deben abordar desde las políticas públicas, la educación, los sindicatos, los hogares y las empresas.
Con información de Milenio
