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Clase obrera, golpeada por apagones y falta de gas natural

Pese a acuerdos con empresas trabajadores pierden estímulos y pago de horas laboradas por paros técnicos

Más de un millón 300 mil trabajadores del norte y centro del país tuvieron en riesgo su empleo y el pago de su salario completo durante el mes de febrero por la falta de suministro eléctrico y de gas natural que afectó a la zona norte del país hace unas semanas.

La mayoría labora en maquiladoras, plantas automotrices, cementeras, industria metalúrgica y hasta tiendas de autoservicio en donde se padecieron retrasos en las operaciones y envíos de exportación por la falta de electricidad, agua y combustible resultado de la falta de suministro de gas natural a nuestro país proveniente de Texas luego de que los ductos por donde se transporta el combustible se congelaron por las bajas temperaturas que azotaron la región a principios de febrero.

Ante ello, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) en nuestro país declaró en alerta al Sistema Interconectado Nacional y se inhabilitaron las principales centrales eléctricas generadoras en el norte y noreste del país.

El 16 de febrero de este año la autoridad dio aviso a la industria que dado el Estado de Alerta declarado en el país las empresas automotrices, cementeras y de manufactura debían reducir el 80 por ciento del consumo de gas natural para no caer en un escenario de desabasto total cuyo impacto económico podría ser grave.

La instrucción, a la que no tenían opción a negarse pese a que contaran con reservas del combustible, orilló a las empresas a aplicar paros técnicos que afectaron no solo las producciones sino el ingreso de los trabajadores quienes al no reportar jornadas trabajadas completas, no hubo pago por ellas.

Para el sábado 21 de febrero se declaró la conclusión de la alerta crítica por desabasto de gas natural dado que “el riesgo en las condiciones operativas y en la infraestructura de SISTRANGAS ha concluido”, informaron las autoridades y aunque fue un plazo menor al esperado, el daño a los trabajadores por los paros técnicos ya estaba hecho pues las empresas giraron instrucciones para detenerse y el retorno a la normalidad sería paulatino.

Alicia Merino, abogada laborista, reconoció que en este tipo de emergencias el eslabón más débil en la cadena productiva es el empleado.

“Las empresas y el propio gobierno puede hacer uso de seguros y coberturas que protegen las pérdidas en las producciones o las sanciones por retrasos en las entregas o alguna otra actividad pactada, pero ¿y los trabajadores?, la ley no establece una protección adicional y cada empresa negocia con sus trabajadores, busca acuerdos directos o con los sindicatos, o simplemente, los deja a la deriva bajo el argumento: todos estamos perdiendo”, indicó.

Dijo que el escenario inicial tenía un tinte catastrófico porque había una incertidumbre total sobre cuándo podría restablecerse el suministro de gas natural y las industria tenía que prepararse para un golpe fuerte, siendo que apenas se está recuperando de lo que significó la pandemia todo el año pasado con altas y bajas en sus trabajos debido al riesgo de contagio y a la baja en las ventas generales.

Con la reactivación de las actividades la afectación fue menor para los empresarios dado que las escalas de dinero que manejan son altas, pero al aterrizarlo a un trabajador el haber perdido dos turnos a la semana puede significar terminar sin dinero la semana o la quincena.

“En general, tanto maquiladoras como armadoras pararon dos días completos lo que significa que los trabajadores en vez de cobrar por seis jornadas semanales solo recibirán cuatro, alrededor del 70 por ciento de su salario, eso es mortal para muchas familias que viven al día, para obreros quienes por no haber completado turnos semanales pierden estímulos y bonos, de eso no se habló, en eso no hubo acuerdo”, apuntó Merino.

Peor resultó el escenario para quienes además de ver vulnerado su ingreso padecieron en la calle por las nevadas y los apagones programados que la CFE realizó para dosificar el gas natural que le quedaba, en lo que se solucionó el suministro proveniente del país vecino.

PAROS EN MAQUILADORAS

El Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) reportó que 2 mil 600 industrias que operan en la zona fronteriza tuvieron afectaciones en sus operaciones al cerrar total o parcialmente unos días ante la incertidumbre por el combustible.

Tan solo en Chihuahua, 31 plantas tuvieron que parar actividades al no tener luz lo cual se tradujo en pérdidas económicas de 26 millones de pesos al no lograrse exportaciones comprometidas para esos días, pero para los trabajadores fue peor, porque de un día para otro les recortaron o anularon turnos de trabajo y con ello el pago semanal que recibieron.

Reportes de Index detallaron que el impacto en las industrias ubicadas en Nuevo León se centraron en aquellas que pertenecen al Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicio de Exportación.

En Matamoros, donde se concentra gran parte de la actividad maquiladora, las empresas intentaron trabajar con sus propias plantas pero no fueron suficientes siquiera para un turno completo y desistieron. De nueva cuenta aquí, la afectación fue importante para los trabajadores pues al no haber horas trabajadas, no hay horas pagadas.

En conferencia virtual, Rosalinda Torres, directiva de Index en la entidad aseguró que hubo disposición de los patrones y los empleados para mantener la mayor cantidad de actividades pero entre el frío que pegó en esos días aunado a la pandemia que obliga al distanciamiento social y protección adicional a los obreros en las maquilas, fue complicado seguir trabajando.

“En Matamoros tenemos 90 empresas de las que dependen 85 mil empleados, durante los días sin energía, ni gas, ninguna estuvo trabajando. Se intentó comunicarse con la CFE pero no recibimos ni información clara, ni solución y los cortes en el suministro de gas indispensable para las actividades continuó”, señaló.

Aunque la luz volvió, la reactivación de las industrias no fue inmediata e incluso tuvieron que ajustar su producción ante la notificación de los proveedores de reducir hasta el 75 por ciento del suministro de gas, pues aunque en Texas ya había mejorado el clima y los ductos retomaron actividad, por orden del gobierno norteamericano estaría suspendida la venta a México por un tiempo (en menos de una semana la dinámica de venta se reactivó).

Otra afectación para los trabajadores fue en términos de salud, pues las bajas temperaturas y la falta de luz expuso a muchos, junto con sus familias, a fríos que les provocaron enfermedades respiratorias o se expusieron al contagio de COVID-19, en el ir y venir tanto a las fábricas como a sitios donde abastecerse de insumos.

Algunas empresas, según el reporte de Index, adelantaron días festivos a los trabajadores para que los días que no trabajaran no significaran pérdidas económicas para ellos, a otros más les ofrecieron tomar días de vacaciones y al poderse restablecer las actividades ajustarán los calendarios para recuperar el tiempo perdido.

Por su parte, Mario Galindo, dirigente de la Federación Frontera de la CTM, informó que la inactividad en las empresas maquiladoras donde trabajan sus afiliados duró en promedio una semana y reconoció que les tomó por sorpresa tanto a patrones como a sindicatos y no esperaban que el impacto fuera de esa magnitud.

Aseguró que la dirigencia sindical estuvo al pendiente de sus agremiados para negociar con las empresas que el ingreso de los trabajadores no se viera afectado, principalmente en el tema de las inasistencias durante los días en parto técnico y para que no les fueran consideradas como faltas ya que “no fue responsabilidad de ellos”, sino por cuestiones ajenas, incluso a las propias industrias pues se detuvieron tanto el suministro de gas como de agua.

ARMADORAS DE AUTOS PARADAS

Ensambladoras de automóviles en México detuvieron la producción durante algunos días ante la falta de suministro de gas, lo cual impactó las jornadas laborales de los empleados al reducirse o cancelarse turnos, con el respectivo descuento.

En algunos casos, los sindicatos llegaron a acuerdos con las empresas para que las afectaciones fueran mínimas, en otros, tuvieron que apoyar con los paros a cambio de evitar despidos.

En Puebla, Volkswagen paró actividades dada la disminución en el suministro de gas natural y en un comunicado detalló que ajustaría su producción en especial en el segmento del modelo Jetta, Taos y Golf, los cuales dividió en diferentes días de la semana.

“El personal que labora en estos segmentos entrará en un esquema de paro técnico”, detalló la empresa en un comunicado.

La decisión generó polémica en el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz, Similares y Conexos “Volkswagen de México” pues los paros técnicos representaban un ajuste inmediato a turnos y los pagos correspondientes pero no habían sido acuerdo aún con la empresa, aunque más tarde modificaron su posición y anunciaron los cambios en las producciones estaban autorizados y todos debían acatarlos.

Al respecto, trabajadores sindicalizados reclamaron a través de redes sociales la inacción de los representantes sindicales primero por informar tarde, pues aseguraron que ya se habían enterado directamente por sus jefes en plantas y después porque el impacto a su salario por el paro los afectaría directamente, así como los horarios que les quedaron pendientes a cubrir.

“Te acomodan una friega con el descuento. Con el paro van a pagar por hora y más el descuento, es una confusión cómo quedarán los pagos”, expuso un trabajador en la publicación con el apoyo de 23 personas.

El sindicato aseguró que el pago a los trabajadores sería al 100 por ciento o no había afectaciones a los días de vacaciones, como otras empresas habían hecho.

Por su parte la armadora también alemana Audi, informó que la escasez de gas natural afectó la transportación de insumos y producto terminado.

“Se aplicará el sistema de sustentabilidad laboral para garantizar la estabilidad laboral y económica de todos los colaboradores”, indicó en un comunicado

Dicho sistema de sustentabilidad fue acordado desde el año 2018 con el Sindicato Independiente de Trabajadores de Audi México (SITAUDI) y consiste en una remuneración semanal para los colaboradores directos en temporadas de baja producción; a su vez, grupos de colaboradores podrán tener días libres adicionales los cuales se compensarán en tiempos de alta producción sin influir en las condiciones salariales de los trabajadores.

La suspensión de labores en la planta se realizó la noche del 17 de febrero. En un comunicado interno anunciaron a los trabajadores que el tercer turno que entraba a las 21:30 horas ya no se presentaría a sus actividades y preveían que duraría algunos días, pero a poco más de 24 horas lograron restablecer los suministros necesarios y fue justamente a partir del tercer turno, el nocturno del miércoles 18 de febrero, que reanudaron actividades de manera regular.

Mazda también detuvo su producción en la planta del Bajío y anunció que estaría a la expectativa de la reactivación en la distribución del gas, siendo hasta el 20 de febrero cuando reanudó operaciones.

A su vez, General Motors, entró en paro técnico en el Complejo de Silao, en Guanajuato, al igual que Kía en su planta de Pesquería, ubicada en Nuevo León, en donde se suspendieron actividades en los dos turnos que maneja, durante dos días.

Toyota aplicó paros técnicos en las plantas de Guanajuato y Baja California, y Ford suspendió la producción en la planta ubicada en Hermosillo, Sonora, donde se producen los modelos SUV Bronco Sport en dos turnos desde el martes 16 y hasta el viernes 19 de febrero.

Dada la situación y el impacto en lo económico y laboral que significó la falta de gas natural, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones y la Industria Nacional de Autopartes, A.C. enviaron una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador donde expresaron su preocupación por la situación y por la escasez de gas para uso industrial que aunado a los efectos de la pandemia ponen en peligro millones de empleos del sector manufacturero, considerado como de los más importantes en el país. Pidieron garantizar el abasto de energía eléctrica sin reducción de suministro o consumo.

TRABAJADORES METALÚRGICOS AFECTADOS

Altos Hornos de México se declaró en paro industrial ante la suspensión en el suministro de electricidad y las entregas de gas natural que recibían para la producción en sus plantas siderúrgicas y en las minas de carbón y fierro.

En un comunicado, la empresa con sede en Monclova, Coahuila, reconoció la disposición que mostraron los trabajadores, tanto obreros como administrativos para cuidar de los equipos y espacios de trabajo mientras se detuvieron las actividades.

La empresa informó que en cuanto se resolvieran los problemas de abasto y se normalizaran las operaciones en las minas de carbón y fierro, aplicaría un plan intensivo de producción para recuperar los volúmenes perdidos de acero y con ello las horas de trabajo detenidas.

COSTCO Y HEB IMPACTADOS 

Los apagones y la falta de gas natural impactaron hasta las tiendas de autoservicio a gran escala como Costco cuyas sucursales en Chihuahua  suspendieron el servicio de comida preparada tanto en el fast food como dentro en la zona de panadería y pollos rostizados.

El problema para este tipo de establecimientos es que los productos son perecederos y de haberse extendido la medida habrían tenido pérdidas por este concepto.

La cadena de tiendas HEB también tuvo que reducir la producción de pan y tortillas en sus tiendas. En su cuenta de Twitter anunció a los clientes que debido a esto, los productos que ya estuvieran horneados se venderían de manera limitada y a terminarse no habría nuevas producciones hasta nuevo aviso.

Ambas cadenas de tiendas de autoservicio son de las más populares en la zona norte del país en donde el impacto por la falta de gas aunado a la nevada atípica que cayó en la zona puso en alerta a toda la población, según reportaron medios locales.

Lo sucedido en el mes de febrero en Texas, Estados Unidos, no será ni la primera, ni la última vez que ocurrirá, por lo que México puso en marcha un plan de emergencia que si bien buscaba atender la crisis de momento, terminará siendo una reserva.

La Comisión Federal de Electricidad adquirió un buque con 67 mil toneladas de gas natural que procedente del puerto Freeport, en Texas, arribó a la terminal LNG en Altamira, Tamaulipas. El contenido del buque equivale al suministro que requerirían 370 viviendas en un año, aunque será almacenada por un tiempo y después transformado.

Entre las compras de pánico de la CFE se prevén tres buques más de gas licuado y que arribarán a los puertos de Manzanillo. La autoridad informó que lo tendrá como reserva en caso de que vuelvan a ocurrir problemas de suministro derivados de sucesos naturales o incluso por decisiones gubernamentales ya que por unos días Texas prohibió la venta del combustible a México.

El gobernador texano, Greg Abbott, restringió la venta de gas natural a clientes fuera del estado como una medida para evitar el desabasto interno y  reestablecer las fuentes de suministro luego de la helada dejó sin luz, sin combustible y en condiciones de vulnerabilidad a los habitantes de dicho estado.

También nuestro propio país impuso medidas restrictivas internas como apagones escalonados en diferentes entidades que dado el contexto de pandemia resultan peligrosas pues dejar sin luz un hospital o domicilios en donde se encuentre una persona conectada a un oxigenador para sobrellevar el COVID-19, puede causarle la muerte. Además de temas de comunicación y hasta seguridad.

“Reitero que el ciudadano de a pie, el trabajador, es siempre el más afectado con este tipo de decisiones. Un apagón es letal para quien vive al día, lo obligan a gastar en otras formas de energía, calefacción, refrigeración o ventilación. Entiendo que el tema es complejo en términos energéticos, pero para los trabajadores es un golpe durísimo a su bolsillo y a su estabilidad”, apuntó la abogada Merino.

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