Opinión

Teatro de la política absurda

Con respeto solidario para los y las trabajador@s miembros del SUTGCDMX en este 2021 año de retos a superar.

Donald Trump provocó el asalto al Congreso con sus palabras y mentiras, el asalto fue provocado con ira y odio por un demente agraviando la democracia y el orden constitucional  de un país que en mala hora lo llevó a la presidencia; pero en un país de leyes, no de locos, siguiendo las leyes y la Constitución es ratificado Joe Biden como presidente de los EE.UU.

Llego el año 2021 en medio de lo que podría describirse como un teatro del absurdo político, se siembra un árbol en recuerdo a las víctimas de la Covid-19, muy cerca del Templo Mayor donde existen elementos de consagración prehispánica con cráneos y restos óseos como ofrenda a Mictlantecuhtli el dios azteca de la muerte, ¿ironía o tragedia?, si fuera una ópera, sin duda sería Pagliacci, “la tragedia de un payaso” de Ruggero Leoncavallo. Este comentario cáustico es sólo un intento de ironía, concepto conmovedor, especialmente en estos tiempos desconcertantes sobre un tema trágico — la pandemia de COVID-19— que no es para morirse de risa.

Los cisnes negros hace 12 meses, anunciaron que surgía una nueva amenaza mundial, desde ese momento, la pandemia de COVID-19 ha cobrado muchísimas vidas y provocado enormes perturbaciones en las familias, sociedades y economías de todo el mundo, un año después México puede constatar los efectos de esa calamidad, destrucción de la economía, del empleo y desde entonces nos enfrentamos a una terrible crisis sanitaria, ya que en diez meses de contagios nunca pudimos salir del  primer brote, no se ha sabido controlar la enfermedad, 1 millón, 448mil 775 contagios y 127 mil 213 fallecidos registrados al 3 de enero (5,211 nuevos casos y 362 fallecidos ese día), pero el sub secretario “irresponsable en el manejo de la pandemia” y para quien la noción de la verdad le resulta superflua, se exhibe en la playa y viajando sin cubre boca.

El mundo cambiaba y la OMS declaró el brote del coronavirus como pandemia sembrando consecuencias profundas y sin precedentes para la salud, el bienestar social y económico de las comunidades en todo el planeta, un año después sigue sacudiendo al mundo entero cobrando más de 18 millones de vidas y 82 millones de contagios comprobados. Bajo esa coyuntura de pandemia y crisis no se ha salvado ningún sector, ninguna empresa, ningún lugar del mundo y se ha ensañado donde predomina la pobreza, afectando duramente el mundo del trabajo.

No sabemos a qué mundo nos vamos a enfrentar, el confinamiento no puede ser eterno, la economía se tiene que reactivar, vacunar a 100 millones llevará tiempo, estamos frente a la nueva realidad impuesta por la pandemia pero no podemos engañarnos con la suposición de que la están diseñando con buenas ideas quienes se han equivocado y mienten, la mejor razón para que no vayamos a reciclar los errores hasta hoy cometidos es que ya los conocemos y por mala que sea nuestra memoria sobre el pasado reciente sería imperdonable ignorar todos los errores cometidos. Porque lo más probable es que se pretenda llegar a los mismos o más graves errores de consecuencias nada plausibles.    

Debemos prepararnos para visualizar una nueva realidad, pues sería una gran irresponsabilidad no hacerlo cuando al igual que Sísifo (condenado a un trabajo perenne cuesta arriba), estemos subiendo una pronunciada cuesta y nos encontremos muy lejos del paso de montaña en el que se abrirá una amplia panorámica de lo que nos aguarda al otro lado da la cima, porque debemos pensar en los obstáculos que hallaremos en el camino hacia esa cumbre, si es que estamos decididos a alcanzar ese paso de montaña que nos permita alcanzar un mundo mejor apoyando al trabajador y a las empresas con planes de continuidad y regreso seguro al trabajo en la nueva normalidad, porque otro mundo es posible.

A pesar de la información de las experiencias exitosas en otros países   nuestras autoridades sanitarias han sido a todas luces incapaces de estar a la altura de las circunstancias y seguramente ha sido la buena suerte, más que nuestro buen juicio lo que nos ha librado hasta hoy de una mayor catástrofe, haríamos mal seguir durmiendo en nuestros laureles tolerando el velo de la ignorancia previó a la más importante decisión como ciudadanos ante las próximas elecciones.

Una ventaja indudable de la democracia es que cualquier programa de gobierno, cualquier fantasía o utopía política, antes de lanzarse y poner en práctica, debe tomar en cuenta las preferencias y las decisiones de los millones de votantes. Las aventuras políticas, los grandes saltos y los bruscos virajes de timón, pueden ser usuales en los autoritarismos, pero resultan muy cuesta arriba en las democracias, particularmente si los millones de votantes no sólo son masas, cortadas con la misma medida irracional, sino conjuntos de ciudadanos con diferentes puntos de vista, apreciaciones y apuestas sobre lo que debe ser y hacer el gobierno.

La vacuna como espectáculo, pero, ¿y las muertes que se pudieron evitar?

La palabra “gótico” se ha convertido en sinónimo de todo lo que es “oscuro, sombrío y macabro”. La historia, a menudo se dice, es escrita por los ganadores, pero eso es sólo si pueden y saben escribir. Si no pueden, entonces la historia es escrita por los perdedores, con toda crudeza.

Cuando señalamos que las autoridades viven en otro mundo en lo que a realidad política nos referimos, posiblemente sea porque observamos lo desconectado que están del tiempo histórico-político en el que estamos situados. Después de todo lo que nos ha pasado, después del espectáculo de una incompetencia cuantificable en decenas de miles de muertos hay quienes apuestan por un darwinismo social que excluye a los trabajadores de un estado benefactor; después de escuchar una y otra vez, versiones fantasiosas -y encima irónicas – de un auto calificado «experto epidemiologo», que extiende, como moneda de curso legal, la inmunidad moral de su pastor; después del desdeñó a opiniones científicas que alertaban sobre los peligros de una pandemia que todos los virólogos sabían inevitable; después de la ocultación hasta hoy del número real de muertes y contagios con la complacencia de los “texto servidores” que aplauden, sonríen y estiran la mano; después de tanto teatro absurdo, ¿qué reacción de autocritica hemos visto ante las víctimas masivas que se pudieron  evitar? Ninguna.

Sólo la vacuna como espectáculo, recordemos el show al recibir tres mil vacunas (para una población con más de cien millones de habitantes) cuyo flete en un enorme avión de carga, debió ser más caro que el propio antiviral, el transporte y custodia espectacular, triunfal, hay un afanan por construir un relato para maquillar una pésima gestión.

Hay algo que al parecer se desconoce y es la Gobernanza: arte de gobernar. El ejercicio legal y respetuoso de los recursos públicos, se traduce en bloquear cualquier forma de patrimonialismo y corrupción, el acceso  a la información sobre la actuación del gobierno y las condiciones de la sociedad, así como la rendición de cuentas al ciudadano mediante la cual los gobernantes informan y justifican las razones que sustentan las decisiones del gobierno y los resultados alcanzados por su acción.

Recuperación y reactivación de la naturaleza pública de la Administración Pública se entiende básicamente el acento que en la disciplina y práctica administrativa se pone en la legalidad de la elección, designación y actuación de las autoridades y los funcionarios, lo que significa combatir la arbitrariedad, la discrecionalidad, la excepción, la discriminación en el trato y la impunidad.

De tiempo en tiempo, en un encuentro, un presagio, una serie definida de sucesos, me parece reconocer una fatalidad; pero demasiados caminos no llevan a ninguna parte y demasiadas sumas no se adicionan. En esa diversidad y este desorden, percibo la presencia de una persona, pero su forma está casi siempre configurada por la presión de las circunstancias; sus rasgos se confunden como una imagen reflejada en el agua.

En soledad, somos aptos para sentir muy fuertemente todo lo que nos concierne…. La conversación de un amigo nos conduce a una mejor disposición de ánimo. El hombre y su introspección, el abstracto e ideal espectador de nuestros sentimientos y nuestra conducta, requiere con frecuencia ser despertado y ser alertado de su deber por la presencia del espectador real: y es siempre de ese espectador, de quien podemos esperar la menor simpatía e indulgencia, del que podemos aprender la más completa lección de autodominio.

Por ello debemos examinar nuestra propia conducta como imaginamos que la examinaría cualquier otro espectador justo e imparcial. No nos abstengamos de invocar el escrutinio de los ojos del resto de los mexicanos, porque se requiere considerar las opiniones de otros para alcanzar la imparcialidad.

Es hora de tomar medidas ante una situación límite, el consejo que puedan dar expertos en virología, epidemiología, biología, medicina, etc. es necesario para que los políticos tomen decisiones con conocimiento. Tendría que ser algo conjunto, el experto propone al político medidas efectivas de acuerdo a la evidencia y luego el político decide. Si le pasan 100 medidas igual toma la mitad. Pero es mucho mejor eso que nada. Esto sería lo más deseable. Llegarán tiempos mejores y superaremos la pandemia, la ciencia ha desencadenado la respuesta más rápida y de mayor alcance a una emergencia sanitaria mundial en la historia de la humanidad.

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