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De afectados a deudores, huelguistas en la Universidad Autónoma de Chapingo

UACH exige la indemnización del 65 millones de pesos por proyectos perdidos

Trabajadores de la Universidad Autónoma de Chapingo estallaron hace cinco meses la huelga por no recibir un bono de 12 mil 500 pesos en diciembre del año pasado, y hoy no pueden desactivarla hasta que paguen a la institución 65 millones de pesos que exige como reparación del daño durante el cierre.

“El rector sigue empeñado en hacernos responsables de los daños en la universidad. ¿De dónde saca esa cantidad?, ni siquiera han entrado, no han revisado, como para sacar 65 millones, eso tiene muy trabada la negociación”, expuso José Feliciano Gómez Flores, Secretario General del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Chapingo.

En entrevista con RS, aseguró que la suspensión de clases por la pandemia del Covid19, que ocurrió a nivel nacional un par de semanas después del estallamiento de huelga, también hubiera provocado la pérdida de los materiales orgánicos que demanda la universidad.

Acusó a las autoridades de ser omisos en el cuidado de los 400 proyectos que se desarrollaban dentro de las instalaciones de los diferentes centros, ya que la ley permite que en caso de suspensión de actividades por un paro o huelga de los trabajadores, se designe una comisión de especialistas a quienes les autorizan el paso para que revise y dé mantenimiento a los organismos vivos que estén en algún experimento.

“En otras ocasiones, administraciones pasadas señalan al personal de emergencia que les permite la ley y es el personal que ingresa a revisar los proyectos, hasta maquinaria, porque aunque estamos en huelga, se es responsable con los proyectos. Pero en este caso no asignó a nadie para el resguardo y mantenimiento”, apuntó.  

Acusó que las propias autoridades quieren sabotear la huelga rompiendo la malla perimetral del campus central por lo que tuvieron que reforzar los rondines de seguridad nocturnos para evitar que daños ajenos, les sean adjudicados a ellos.

Hasta el momento suman ya cinco los meses en huelga y para el sindicato a la universidad ya le conviene que continúe.

“Entendemos que ellos no quieren levantar la huelga porque le es muy cómodo que le sigamos cuidando la universidad ahora en la contingencia”, dijo Gómez Flores.

El STUACH interpuso la semana pasada una queja ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje por la impartición de clases a distancia en la mayoría de las carreras que realiza la universidad y que estaría violando los términos de las negociaciones en donde se exigió la suspensión total de labores.

Anunció que en la más reciente reunión de negociación, a la que no acudió la representación de la universidad, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social propuso una salida para destrabar el conflicto.

“La secretaria propone que se pague una quincena de sueldos caídos y el resto se haga de manera paulatina en una calendarización. Nosotros propusimos que se paguen cinco o tres, en eso estamos y con eso levantar la huelga”, señaló.

Indicó que si la rectoría acepta la propuesta de la STPS el sindicato que agremia alrededor de 2 mil trabajadores, podría convocar de inmediato a un plebiscito para el levantamiento de la huelga.

Al concluir, está prevista la formación de una comisión tripartita entre el sindicato, gobierno y universidad para hacer una revisión a fondo de las condiciones de la universidad tras la huelga y se deslinden responsabilidades por los daños.

El origen de la huelga

Los trabajadores administrativos de la UACH recibían desde el año 2012 una prestación bajo el concepto de apoyo a festividades decembrinas y fue subsecuente hasta el año pasado cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no quiso reconocer el gasto en el presupuesto y lo eliminó como parte de las “economías de la institución”, dejando sin recursos a la universidad para entregarlo a los trabajadores.

“Por acuerdo, desde hace casi una década, se nos venía entregando el bono en un monedero electrónico y al día de hoy dijeron que no y mañosamente y de muy mala fe utilizaron esta contingencia para no entregar lo que por derecho le corresponde al sindicato y a los compañeros, arriesgando la salud de nosotros y las familias”, denunció. 

La desaparición del bono generó tal descontento que el sindicato acordó estallar la huelga el pasado 25 de febrero, con un pliego petitorio en el que  aprovecharon para incluir la atención a las demandas que surgen cada año durante la revisión del Contrato Colectivo de Trabajo, elaborando una petición integral.

“Consta de revisión del CCT, revisión de salario, revisión de prestaciones y revisión de violaciones al CCT, es un pliego petitorio muy amplio”, expuso Gómez Flores en entrevista con RS Sindical.

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