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Homeoffice, entre la eficiencia y el abuso laboral

Agotador, agobiante y eterno está resultando el home office para muchas personas durante la cuarentena por coronavirus.

La exigencia de los jefes para tener disponibilidad permanente en los grupos de Whatsapp “del trabajo”, el envío de mails durante la madrugada “porque a esa hora se les ocurrió y para no olvidarlo lo mandan”, las llamadas en el horario del desayuno, comida o cena ocurren a diario y se toleran ante el miedo de los trabajadores a ser despedidos como los 12.5 millones que han resultado víctimas colaterales del COVID-19, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

La Asociación Mexicana de Internet en colaboración con la compañía de reclutamiento OCC Mundial, realizaron durante mayo una encuesta sobre el trabajo desde casa en medio de la pandemia y el 85 por ciento dijo sentirse bien con el teletrabajo, pero a su vez, el  70 por ciento de los participantes reveló que trabaja más que antes cuando acudía a la oficina.

Dicha carga ha impactado en la salud mental de los empleados, que aunado al encierro, elevó las crisis de ansiedad, insomnio y estrés, sin la posibilidad de palearlo con ejercicio o relajándose al aire libre.

El trabajo desde casa ha significado la adaptación de espacios en medio de la dinámica familiar diaria, instalando escritorios o adueñándose de una parte de la mesa del comedor o un sillón en la sala, pidiendo (o exigiendo) silencio para las juntas virtuales o las llamadas con clientes, además de ajustes a la capacidad de internet contratada para tener cobertura todo el tiempo y sin fallas.

Durante las primeras semanas, aseguran trabajadores en esta modalidad, fueron normales los errores, problemas en la conexión y ante la inexperiencia de las empresas en el ramo, era poco el trabajo que hacer, pero conforme avanzó el tiempo, se definieron las reglas para la operación y la carga creció.

“Al principio sacamos el trabajo pendiente y lo que se podía hacer a la distancia, pero ya con el tiempo, adaptaron las actividades cotidianas de oficina para hacerlas a la distancia y simplemente no paro en todo el día”, compartió Jorge Meneses, contador.

Lamentó que persista el mito en torno a que el home office significa trabajar solo la mitad del tiempo y el resto descansar, ver tv y antes, salir a pasear.

“Eso es un mito, la realidad ahora es que nadie quiere perder su trabajo porque la situación está muy mal, estamos dispuestos a trabajar el tiempo necesario para que no nos pongan en la lista de liquidados, pero al final, es muy abusivo por parte de ellos, no es justo porque pagan igual o menos, ya ven eso de los convenios de descuentos”, apuntó.

¿Estamos listos para el home office definitivo?

Ante la posibilidad real de que esta forma de trabajo sea adoptada por empresas y hasta el gobierno, es necesario regular su operación para que tanto empleados como patrones.

Edgar Aceves, abogado especialista en temas laborales, expuso que entre los principales puntos a definir es el horario y la forma de comprobar “entradas y salidas”.

Así mismo, el funcionamiento de los grupos en redes sociales, especialmente Whatsapp, para que no se envíen, ni se tengan que responder mensajes de la oficina después de cierta hora.

En entrevista con RS Sindical comentó que las empresas en México no se habían atrevido a probar el Homeoffice como alternativa por el miedo a perder el control de los empleados, pero la emergencia sanitaria no dió otra opción y la mayoría ha respondido bien.

“Las empresas tenían miedo de permitir que el trabajador estuviera en su casa y no haga nada, se distraiga, no sea productivo, no genere lo que hace en la oficina, pero al verse obligado ahora, ya saben cómo reacciona y hasta hay una sobrecarga de trabajo”, indicó.

Expuso que en un escenario ya sin el temor al contagio del coronavirus, trabajar desde casa permitirá reducir gastos y tiempo en traslados lo que se traducirá en la calidad de vida del trabajador.

Pronósticos de especialistas en tecnología apostaban a que el trabajo en casa masivo, como el que ahora se vive, se daría dentro de 30 años, pero la pandemia lo adelantó sin que las empresas ni los trabajadores estuvieran preparados.

Leticia Gasca, directora ejecutiva de Skills Agility Lab, expuso en la Zona de Emprendimiento Innovador del Tecnológico de Monterrey que muchas organizaciones van a dejar las oficinas al ser innecesarias y las reuniones con sus equipos de manera presencial serán en espacios de coworking, transformando así el futuro laboral en el país, que hasta el momento ocurría como alternativas solo para algunos sectores..

En la Ley Federal del Trabajo el homeoffice no cuenta con reglas claras de operación y cada empresa, según sus necesidades, ha adecuado la normatividad laboral interna.

El año pasado, en el Senado se aprobó una reforma para regular el trabajo a distancia en la que se establecen derechos y obligaciones tanto para patrones como para empleados, modificando el artículo 311 de la LFT.

En ese momento, Alejandra Reynoso, senadora del PAN, pidió que ley establezca condicionantes en los contratos laborales en cuanto al uso de los medios tecnológicos (computadora personal, de la oficina, etc.) y considerar si el entorno familiar del trabajador es óptimo para esta forma de empleo.

Así mismo, que en el trabajo a distancia vaya de la mano con igualdad de trato, remuneración, capacitación, formación, seguridad social y posibilidades de ascensos o mejoras laborales, tal como si los trabajadores acudieran al centro laboral diariamente.

Cuando la minuta pasó a la Cámara de Diputados se quedó en la congeladora, pero con la situación actual, partidos como el PAN PRI y PRD ya anunciaron que promoverán que se retome ya que quedará como modalidad de trabajo para muchas personas y requiere reglas claras y no improvisadas.

La secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, reconoció que el home office es una alternativa que muchas industrias, empresas y el propio sector público, han explorado en estos meses.

“Se han abierto estos canales de comunicación y los ha venido fortaleciendo, demostrando que se pueden hacer muchos trabajos a distancia, no todos, por supuesto, hay trabajos que necesariamente son presenciales”, señaló como parte de los balances laborales durante la emergencia sanitaria y aunque reconoció la reducción en costos de traslados y operación, “nada sustituye el contacto con la gente y la presencia territorial”.

¿Quienes ahorran con el homeoffice?

Para que el homeoffice funcione tanto empresa como empleados tienen que invertir para contar con la tecnología adecuada, sin embargo, a la larga podría significar ahorros también para ambas partes.

Para los trabajadores, les ahorra el gasto de tiempo y dinero en los trayectos que en México son de 30 a 45 minutos, o más, a los centros de trabajo, además de las comidas o snacks que se consuman durante el día, la ropa formal o uniformes de trabajo y gastos hormiga durante el día.

Con las empresas, el hecho de tener a sus trabajadores en casa haría innecesaria la renta de oficinas, internet, servicios de limpieza y mantenimiento, etc. Pero tendría que invertir en plataformas y sistemas de trabajo que permitan fusionar las tareas de cada quien en un mismo espacio en la nube.

El pago de internet ha sido un tema durante esta contingencia ya que hay trabajadores que reclaman el uso de su propio servicio de luz e internet para trabajar, mientras que la empresa se lo ahorra en sus oficinas. En opinión del abogado Aceves, las empresas deberán acordar si se paga un adicional por concepto de la conectividad o el si se asume como parte de los servicios profesionales que el empleado ofrece a la empresa. Cada caso será diferente.

Por ejemplo, Coparmex detectó que trabajadores que hacen homeoffice, pero tienen niños pequeños en casa, no rinden igual que en la oficina.

“Hay obstrucción, detectamos que cuando va el trabajador a su casa, si los hijos también atienden por tecnología remota la escuela, hay una reducción de la disponibilidad de los papás, la mamá, y requerimos tener alguna adaptación”, indicó Eduardo ramos, presidente del Centro empresarial de Coparmex en Ciudad Juárez.

Y es cierto, ya que la contingencia llevó a casa no solo a trabajadores sino a los hijos que en muchos casos tienen clases online mientras los papás tienen juntas, todo al mismo tiempo, lo que hace que alguna de las dos partes no esté al cien por ciento de atención en sus labores.

Sin embargo, la postura de los patrones podría derivar en discriminación por lo que tendrán que llegar a un acuerdo de horarios donde se comprometa el trabajador a no permitir interrupciones.

Como resultado de la pandemia global por el coronavirus, grandes empresas como Twitter y Facebook anunciaron que adoptarán el trabajo en casa de manera permanente como una forma de procurar la salud de sus colaboradores. En ambos casos, la tecnología está a su favor, ya que todo se puede hacer por esa vía.

APUNTES

El Whatsapp se convirtió en la vía de comunicación directa entre los equipos de trabajo, sin embargo, el Observatorio RH reconoce que su uso es incorrecto en especial en los horarios de uso, contenido e interacciones.

Aquí las recomendaciones:

  1. Establecer horarios de comunicación, idealmente en el mismo de la jornada laboral o de 8 a 18 horas, ni más temprano, ni más tarde.
  2. No enviar memes, imágenes personales o noticias fuera del tema laboral.
  3. Comentar solo si se está involucrado en el tema y de manera constructiva, en lugar de repetir mensajes ya dichos.
  4. Uso de un lenguaje respetuoso (evitar groserías), claro y conciso.
  5. Evite el uso de emoji porque se puede dar a malas interpretaciones y hacer ver a quien los envía como poco profesional
  6.  Si surge un problema se debe atender en privado, ya sea por llamada o mensaje directo, no en el grupo.
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