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Pruebas, mascarillas, guarecerse y cerco sanitario, lo más eficaz contra COVID-19

Todos los seres humanos, sin importar nacionalidad, religión color o sexo, nacemos libres e iguales en libertades y derechos, de acuerdo a la Declaración Universal de los Derechos Humanos; sin embargo, garantizarlo siempre ha dependido de las herramientas con que cada Estado cuenta para eso, y el Coronavirus, o Covid 19, se ha encargado de mostrar de manera contundente las diferentes realidades que vivimos los ciudadanos en México y en otras latitudes.

A escala internacional observamos experiencias seriamente contrastantes con las de algunos países del Primer Mundo. Tenemos a Corea del Sur y Alemania, que han destinado gran parte de su presupuesto a lidiar con la pandemia, con estrategias de diagnóstico (realizando gran cantidad de pruebas, hasta medio millón por semana en el país europeo) y aislamiento, además de contratar empresas para fabricar cubre bocas y brindarlos a su población, lo que les ha permitido obtener las tasas más bajas de mortalidad por el mal, pese a los altos números de contagios.

El país asiático no ha parado por completo las actividades de sus ciudadanos, pero en Alemania sigue el confinamiento y el pasado 17 de abril dijo tener controlada la pandemia, pues se ha reducido en gran proporción el número de contagios, y analiza relajar las medidas de encierro. La realidad de estas potencias económicas no puede compararse con la de países como Brasil, donde el Presidente prefiere negar la gravedad de la pandemia, o Ecuador, del que incluso hemos observado imágenes desgarradoras de muertos en las calles.

Lo anterior evidencia el arduo trabajo que falta para lograr nivel de desarrollo óptimo y equitativo en el mundo global, a la vez de servir como ejemplo para que en nuestro país se pueda garantizar el derecho humano a la salud de la manera más eficiente posible en este contexto crítico, con la ágil reconversión de los hospitales, construcción de otros y el acondicionamiento de instalaciones diferentes para atender a pacientes del mal, como se está haciendo de manera eficiente, pero también con la  aplicación de pruebas, localización y aislamiento de contagiados, e incluso el empleo obligatorio de cubre bocas.

Todo eso además de tomar medidas extremas de cuidado a nuestros médicos, enfermeras, paramédicos, personal de limpieza y demás del ramo, que hoy más que nunca merecen nuestro respeto. Paradójicamente, son de los más afectados por la enfermedad y constantemente sufren agresiones, cuyos responsables deben ser sancionados sin excepción por las autoridades competentes.

Las diferencias entre métodos para combatir la pandemia a escala internacional son notables entre unos y otros países y se manifiestan en lo interno de cada uno; México no es excepción, con la agravante de que la gran desigualdad económica, que data de muchos años, se ha acentuado en estos días y obstaculiza que toda la población pueda mantenerse en casa, observar la cuarentena, pues miles de compatriotas viven al día y deben salir a trabajar pese al riesgo de contagio.

Atendiendo a la encuesta titulada Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos, elaborada por la Universidad Iberoamericana, nos encontramos con que familias mexicanas que acataron el “#quédaetencasa” a fin de evitar contagios,  el primer día de este mes 4 de cada 10 familias ya no contaban con dinero para continuar sin actividades económicas, que en uno de cada tres  hogares los ingresos se han reducido hasta 50 por ciento y, en consecuencia, 27.5 por ciento la calidad y cantidad de sus alimentos, y 27 por ciento de ellos presentan cuadros de depresión, temor e incertidumbre.

Estas cifras muestran la labor titánica que tenemos que desarrollar gobierno y sociedad durante y una vez controlada la pandemia, para la recuperación de la economía y, paralelamente, disminuir la incertidumbre que embarga a gran parte de la población. El único factor para el caso es la creación de empleos, ya sea por el sector público o el privado, por lo cual es indispensable dar certeza jurídica y seguridad para las inversiones, una vez que la salud y la vida de los ciudadanos se encuentren garantizadas.

Existe la posibilidad de que aproximadamente el 18 de mayo se reinicien las labores productivas en los municipios de menor contagio en país, para lo cual es indispensable tomar en cuenta las recomendaciones de instituciones emblemáticas como la UNAM, de retomar con cautela las actividades.

No cabe duda de que es necesario reavivar las actividades económicas y, paralelamente, que las autoridades cumplan su labor de hacer llegar los apoyos necesarios para que los empleos no se pierdan, que haya acciones urgentes como el seguro de desempleo, salario general o vales despensa, de emprender todo lo preciso para que la población se pueda seguir cuidando y de evitar que la crisis económica nos haga descuidar lo más preciado, que es la vida.

Tomemos como ejemplo a Alemania, que pese a su éxito en controlar el virus y todas las herramientas que tiene como país de primer mundo, sigue llamando a sus ciudadanos a tener cautela y prudencia, pues la OMS ha advertido que cualquier descuido puede originar nuevo brote del virus, y China ya ha dado muestra de esto.

Menudo reto tiene el Estado, pues es el que debe procurar la estabilidad y progreso de la economía y garantizar los derechos humanos; respetar la dignidad humana, la salud, incluso la alimentación –no padecer hambre–, son parte de éstos. Sería una imprudencia que al querer privilegiar alguno de esos derechos se ponga en riesgo lo más esencial, que es la vida humana.

Y… si puedes, “#quédateencasa “

Así es el Derecho.

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